viernes, 28 de febrero de 2014

El carnaval belsetano

Fachada del Ayuntamiento
Este fin de semana es uno de los más festivos en el Pirineo Aragonés. Muchos municipios celebran el Carnaval aunque uno destaca por encima de los demás, el de Bielsa, una población de origen medieval situada en el Alto Cinca, en la comarca del Sobrarbe, a 1030 metros de altitud.

Esta histórica villa, declarada Paisaje Pintoresco en 1976, es la última población aragonesa antes de cruzar a la vecina Francia a través del túnel de Bielsa-Aragnouet, construido e inaugurado en los años 70 uniendo los valles de Bielsa y Aure mediante un paso de más de tres kilómetros de longitud que atraviesa las montañas pirenaicas.

Situada entre los ríos Cinca y Barrosa, fue prácticamente destruida en el último episodio de la Guerra Civil en tierras aragonesas, la denominada Bolsa de Bielsa, y se comenzó a reconstruir pasado este enfrentamiento bélico.

La Bolsa de Bielsa fue un ejemplo de heroicidad y resistencia por parte del ejército republicano, concentrado en la 43º División, contra las tropas franquistas entre abril y junio de 1938.

Tranga y madama
A finales de mayo de ese mismo año el debilitado ejército republicano, cercado y sin municiones tras haber resistido los duros ataques y bombardeos franquistas, decidió que su resistencia no iba a poder durar mucho más y se inició una ordenada retirada de unos 5.000 civiles a través de los puertos de la Lera y Viejo hacia tierras francesas. Fue el 16 de junio cuando todas las fuerzas de la 43º División habían cruzado totalmente la frontera, poniendo fin a la resistencia de los republicanos en el Pirineo Aragonés.

Para recordar este episodio de la Guerra Civil, en el Ayuntamiento de esta localidad se encuentra el Museo Etnológico, inaugurado en 1982 y que acerca al visitante a su historia y a la vida de sus habitantes.

Cornelio Zorrilla
Todos los años en febrero se celebra el Carnaval, uno de los más antiguos de España y al que acuden gran cantidad de turistas. La fiesta empieza el jueves, cuando Cornelio Zorrilla es colgado de la fachada del Ayuntamiento, desde donde presidirá las fiestas. Cornelio es un muñeco fabricado con ropas rotas rellenas de paja y es considerado el culpable de todos los males ocurridos en el valle durante el año. El domingo, será juzgado y condenado a morir en la hoguera, siendo el acto de fin de fiestas.

Unos de los personajes más populares del Carnaval belsetano son las trangas. Éstos son los solteros del pueblo que representan la fertilidad y que se visten con la piel y cuernos de un macho cabrío portando camisas de cuadros, sayas y esquirlas. Son los encargados de recoger a las madamas, solteras que se visten de blanco, símbolo de pureza, sedas y lazos de colores.

Amontato y caballé
El onso es otro de los personajes ilustres del Carnaval. Símbolo de fuerza, es representado por jóvenes y sólo serán amansados con tragos de vino y garrotes por los domadores, que los llevan atados con cadenas. El amontato, también conocido como agüeleta, representa a una abuela llevando a un hombre a sus espaldas. El caballé simula ser un jinete y las hiedras son mujeres con vestidos cubiertos de hojas.

Uno de los edificios más representativos de Bielsa es su Casa Consistorial, con una bella fachada renacentista del siglo XVI con una torre defensiva en una de sus esquinas. La iglesia de la Asunción, originalmente del siglo XV, ha tenido que ser reformada varias veces y reconstruida tras su destrucción en la Guerra Civil.

Valle de Pineta
Bielsa es la puerta de entrada al valle de Pineta, uno de los sectores del Parque Nacional de Ordesa y Monte Perdido. Es un valle glaciar del que parten infinidad de rutas senderistas. Al fondo del mismo se encuentran el Parador Nacional, inaugurado en 1968, el refugio de Pineta y la ermita de Nuestra Señora de Pineta. Cabe destacar la estación de esquí de fondo, donde se imparten clases de iniciación a este deporte.

Agradecimientos a Lucía Mur, a ordesa.net, al Refugio de Pineta y al Ayuntamiento de Bielsa por la cesión de las fotografías.

sábado, 22 de febrero de 2014

El Cañón de Añisclo

Fuente de los Baños
El Cañón de Añisclo es uno de los sectores en los que se divide el Parque Nacional de Ordesa y Monte Perdido. Se extiende en dirección sur a lo largo de unos diez kilómetros, desde las faldas del macizo de Monte Perdido hasta unirse al río Aso en las proximidades de San Úrbez.

Su acceso es a través de la carretera HU-631 que se puede tomar desde las localidades de Sarvisé o Escalona, en los valles de Broto y del Cinca, respectivamente.

Si partimos desde Escalona, esta bonita carretera discurre rodeada de vegetación y paralela al río Bellós por el llamado desfiladero o ‘Congosto de las Cambras’, donde sus aguas bajan encajonadas y embravecidas entre las rocas.

En este lugar es donde se encuentra la Fuente de los Suspiros (700 metros), también llamada Fuente de los Baños, muy conocida por sus aguas medicinales y a la que se llega tras descender 278 escalones. Eso sí, para que las aguas hagan efecto, hay que hacer una ‘novena’, es decir, beberla durante nueve días consecutivos directamente desde la fuente. 

Ermita de San Úrbez
Tras haber aparcado en el parking, es obligado visitar la Ermita de San Úrbez, a la que se llega tras cruzar un precioso puente de piedra de estilo románico situado a más de 50 metros por encima de las encañonadas aguas del río Bellós.

Declarada Bien de Interés Cultural, la ermita está situada en la ‘Cueva de Sestral’, lugar donde este santo, de oficio pastor, dormía cuando marchaba con su ganado. A ella también acudían en romería los vecinos a pedir agua de lluvia para paliar la sequía.

Desde aquí, se nos abren dos opciones, ascender por el Cañón por el GR-15 o realizar la denominada ‘Ruta del Agua’, una ruta circular, corta y apta para todas las edades que nos llevará a parajes muy bonitos como las cascadas y el molino de Aso o la cueva del Moro.

Cascadas del río Aso
Nuestro objetivo era conocer el Cañón y llegar hasta la Ripareta (1420 metros), así que tras realizar la circular, comenzamos a ascender por él. El río nos acompaña en los primeros compases, para alejarse de nosotros conforme vamos ganando altura tras cruzar el puente de Sangón.

Tras aproximadamente una hora desde San Úrbez, llegamos al llano de Cumaz, donde hay una fuente para poder coger algo de agua, aunque en época estival no suele llevar mucha. A partir de aquí, comenzaremos a ganar altura de forma considerable con pendientes pronunciadas, llegando en unas dos horas a la zona boscosa de ‘Selva Plana’.

Tras un descanso, en una media hora de sendero llano llegamos a la Ripareta. Una pradera en las inmediaciones del barranco de la Pardina, que vierte sus aguas al río Bellós. Sin duda, bonito lugar, con rocas calizas que forman escalones de piedra y cascadas de agua. Lugar donde ponemos punto y final a nuestra ruta de unas tres horas de duración.
La Ripareta

El paso de los siglos ha producido una enorme erosión glaciar y, posteriormente, el río Bellós ha conseguido abrirse paso entre los gigantes paredones de roca que conforman este bello entorno, dando lugar a infinidad de cascadas y surgencias.

Una de ellas es la Fuen Blanca o Fonblanca (1700 metros), una surgencia que nace de la pared del Mallo Negro (una prominencia que se encuentra debajo de la Punta de las Olas), que se desploma verticalmente al cañón y a la que se llega en algo más de una hora desde la Ripareta. 

Cañón de Añisclo
Si el objetivo es llegar al final del Cañón de Añisclo y a su collado (2450 metros), hay que tener en cuenta que en  el Parque Nacional no se puede acampar, aunque sí está permitido pernoctar y recoger todo al amanecer. El duro descenso hasta el Refugio de Pineta (1240 metros) salva un desnivel de 1200 metros en apenas dos kilómetros.

Añisclo se encuentra rodeado de montañas muy accesibles con balcón hacia el Cañón y unas excelentes vistas de todas las cumbres de las proximidades, donde destacan las Tres Marías y las Tres Sorores (Cilindro, Monte Perdido y Soum de Ramond) por encima de las demás. El Mondoto (1962 metros) y los Sestrales (2100 metros) son los mejores miradores para contemplar una de las mejores panorámicas de la zona. Sus ascensos son sencillos y su recompensa aún mayor.

Camino a la Ripareta
Sin estar tan masificado como el valle de Ordesa, Añisclo posee una belleza que difícilmente se puede olvidar. Este estrecho Cañón hará las delicias de quien venga a visitarlo por primera vez y sigue impresionando como el primer día a quien lo haya recorrido en numerosas ocasiones. No hace falta recorrerlo en su totalidad, basta con darse una vuelta por su entorno para saber que has de volver de nuevo.

Más fotos en:
http://www.pinterest.com/huellaenlanieve

viernes, 14 de febrero de 2014

El Pazino de Sallent

Sallent de Gállego
Esta semana nos dirigimos al Valle de Tena, un valle que se extiende desde la Tierra de Biescas hasta el Portalet, paso fronterizo a Francia. Su entrada es a través del Congosto de Santa Elena, lugar donde se encuentran un fuerte militar, un dolmen y la ermita de Santa Elena, patrona de la Tierra de Biescas y del Valle de Tena.

En su cabecera se halla la villa de Sallent de Gállego, capital del valle y situado a 1305 metros de altitud a orillas del embalse de Lanuza, que fue construido en 1976 y que acabó ahogando bajo sus aguas el pueblo que lleva su nombre.

Lanuza y escenario de 'Pirineo Sur'
En la actualidad, Lanuza se está recuperando y poco a poco vuelve a tener vida, en parte al trabajo de sus antiguos habitantes. Cada verano, en julio, se lleva a cabo el Festival musical Internacional de las Culturas ‘Pirineo Sur’, gran reclamo turístico para el valle y cuyo escenario se encuentra encima de las aguas del embalse.

Pasado el pueblo de Sallent en dirección a Formigal, nos encontramos una gran tubería verde y, a pocos metros, un desvío a la izquierda que nos marca nuestro punto de partida, el Pacino (o Pazino, 1965 metros). Un pico muy accesible y un espectacular mirador de todo el valle. 

Sierra de la Partacua y Embalse de Escarra
La primera parte del camino discurre por una pista paralela a la tubería pero pronto cogemos una senda señalizada hacia el collado del Pacino que nos introduce en un bonito hayedo, la llamada Selva de Sallent, y comenzaremos a ascender mediante lazadas.

Tras salir de este bosque nos encontraremos ante un claro en el que se sitúa una torre de descompresión hidráulica (1603 metros), visible también desde el aparcamiento desde donde hemos comenzado a andar.

Seguiremos la senda, siempre bien marcada, hasta llegar al collado del Pacino (1826 metros). En este punto, el camino desaparece hasta la cima, bien visible ante nosotros, a la que llegamos tras salvar un duro desnivel.

Peña Foratata y Sallent
Las vistas de 360 grados desde la cima son espectaculares. Al norte, El Midi d’Ossau nos señala el territorio francés, Formigal y Sallent de Gállego a los pies de la Peña Foratata. Al este, el pueblo de Lanuza se ve diminuto en la orilla del embalse. Al oeste, la sierra de la Partacua y el embalse de Escarra. Al sur, el embalse de Búbal y la Sierra de Tendeñera. Toda una maravilla para la vista.

Tras disfrutar del entorno y del silencio, bajamos de nuevo al collado. Seguimos el sendero que rodea el pico, bien marcado, hasta llegar a un panel identificativo que nos ofrece dos posibilidades. A la derecha, descender hacia el Embalse de Escarra y hacia la izquierda tomar el llamado ‘Camino de los Forzados’ hacia Sallent y Escarrilla. 

Tomamos el desvío de la izquierda y continuamos la marcha hasta llegar a un segundo poste indicativo que nos vuelve a ofrecer dos posibilidades. A la derecha, sendero hasta el pueblo de Escarrilla. A la izquierda, el camino a Sallent, rodeando el Pacino por la Selva de Lanuza.

Panorámica desde el collado del Pacino
Tomamos el ramal de Sallent por el camino de ‘As Crampas’ y nos adentramos en las sombras de la Selva de Lanuza siguiendo las marcas azules y blancas hasta divisar, de nuevo, la torre de descompresión y la tubería verde que hemos de saltar para finalizar nuestra ruta en unas cuatro horas. La tubería transporta el agua desde el embalse de Escarra hasta la central hidroeléctrica situada a la entrada del pueblo de Sallent.

Puente del Paco
Este embalse recoge las aguas del río Escarra, que nace en la Sierra de la Partacua y que desemboca en el Gállego cerca de la localidad de Escarrilla, a la que debe su nombre. En su recorrido, forma varias cascadas y saltos de agua. El más famoso es el llamado ‘O Saldo’, próximo a Escarrilla.

Atravesado por los ríos Gállego y Aguas Limpias, Sallent se encuentra a los pies de la Peña Foratata (2341 metros), emblema natural de la villa. Su iglesia de la Asunción es de estilo gótico y fue declarada Bien de Interés Cultural en 2001. A la entrada del pueblo destaca su puente medieval, llamado ‘Puente del Paco’ del siglo XVI.

El Mirador de San Mamés es otro de sus puntos de interés. Situado en el ‘Barrio del Paco’, desde él se tienen unas bonitas vistas del embalse y el pueblo de Lanuza, así como del Pacino, Tendeñera y Peña Foratata. 

Iglesia de la Asunción
Paralelo al embalse por su margen derecho, se encuentra el Camino Natural del embalse de Lanuza, un bonito y sencillo sendero cargado de vegetación que une Sallent con la presa del embalse y que tiene una duración de unas dos horas. Si se desea, se puede seguir, cruzar la presa y visitar a pie Lanuza haciendo del paseo una excursión circular sencilla y apta para todas las edades.

El valle de Tena cuenta con dos estaciones de esquí, Formigal y Panticosa, ambas del grupo Aramón, que con sus más de 170 kilómetros esquiables son uno de los lugares de referencia en invierno para los amantes de este deporte blanco.

Muchos rincones nos quedan por descubrir en el valle de Tena, hoy os hemos descubierto unos cuantos. Espero que os hayan gustado y que os animéis a conocerlos. Merecen la pena. Sallent es uno de esos lugares con encanto que tienen nuestras montañas y, seguro, que a nadie le dejará indiferente.

Más fotografías en http://www.pinterest.com/huellaenlanieve

viernes, 7 de febrero de 2014

Las bruxas de Tella

Tella
Si hay algún lugar del Pirineo del que se cuentan historias y leyendas llenas de magia ese es, sin duda, Tella. Un bonito pueblo del Sobrarbe situado a 1384 metros de altitud relacionado desde antaño con la presencia de brujas, hechizos y aquelarres. 

En este pequeño rincón del Pirineo destacan sus casas de piedra y las chamineras típicas con espantabrujas, las cuales se utilizaban para que aquellos seres malvados no entraran en las casas y que hoy son utilizados como elemento decorativo (y turístico) haciendo mención a la historia de este lugar.

La iglesia de Tella es de origen románico, del siglo XVI y está dedicada a San Martín Obispo. Desde su puerta comienza el sendero que vamos a descubrir.

La ruta de las ermitas es un recorrido circular, bien señalizado, sin apenas desnivel y de una hora aproximada de duración. No ofrece ninguna dificultad siendo apta para todas las personas, independientemente de su edad o condición física.

Puntón de las Brujas y ermita de San Juan y Pablo
En este sendero vamos a poder ver tres ermitas muy cercanas entre sí debido a la necesidad de cristianizar y proteger esta zona debido a los aquelarres que realizaban las brujas cuando aquí se reunían.

La primera ermita que nos encontramos es, a mi gusto, la más bonita de todas por todo lo que representa. Situada a 1348 metros, está dedicada a San Juan y San Pablo y data del siglo XI. Es la ermita documentada más antigua del Sobrarbe y una de las muestras más importantes del románico aragonés. Está dedicada a dos santos para hacer frente a la enorme brujería de la zona.

Tras esta ermita, nos encontramos con el Puntón de las Brujas o Piedra de San Juan, un alfiler de roca donde se dice que las brujas realizaban sus aquelarres. Como telón de fondo, el Castillo Mayor (2020 metros), montaña que domina el valle del Cinca y la Garganta de Escuaín y a la que se puede ascender desde las cercanías del pueblo de Bestué.

Ermita de la Virgen de la Peña. Al fondo, la de Fajanillas
Siguiendo nuestro camino llegamos en pocos minutos a la ermita de la Virgen de la Peña (1400 metros), del siglo XIII. Desde aquí podemos observar unas excepcionales vistas del Castillo Mayor, la Peña Montañesa (2290 metros) y el valle del Cinca. Una pena que las nubes no nos dejaran disfrutarlas mejor. Aun con todo, este lugar es una pasada. Son momentos en los que piensas que merece la pena ir hasta allí sólo por contemplar el entorno y el imponente silencio que se respira.

La última de las ermitas es la de la Virgen de Fajanillas (1391 metros), del siglo XVI y que fue iglesia parroquial de Tella hasta 1595. Está situada enfrente de la ermita de la Virgen de la Peña y desde ella se ve el pueblo ya bastante cerca. En poco más de una hora volvemos a la iglesia de San Martín, cerrando el círculo que nos ha llevado por uno de los senderos más mágicos y misteriosos del Pirineo.

Museo de las Brujas
Para complementar esta ruta, nos podemos acercar al Museo de las Brujas, localizado en la antigua Casa de la Maestra, dedicado a la brujería y a la etnobotánica, o bien al Museo del Oso de las Cavernas, que ofrece visitas guiadas a la Cueva del Oso Cavernario, lugar en el que se encontraron restos de este extinguido animal, además de restos humanos y materiales de la Edad de Bronce allá por los años 70.

Muy cerca del pueblo encontramos el dólmen megalítico de Tella, también llamado Piedra de Vasar o Losa de Lacampa. En los años 50, se descubrieron en su interior una gran cantidad de huesos. Como dicen los músicos de La Ronda de Boltaña, “debajo del dolmen de Tella se siente girar y girar el planeta” y no les falta razón. Debajo de estas piedras se siente el paso de los siglos e, incluso, hay indicios de que este lugar ya estaba habitado en la Prehistoria.

Dolmen de Tella
Como habéis podido observar, a pesar de ser un pueblo muy pequeño, Tella tiene un gran reclamo turístico. Nos deja sorprendidos la cantidad de opciones que tenemos para elegir y todas muy interesantes que nos harán pasar buen rato rodeados de magia, paisajes y brujas.

Nuestra visita fue breve pero intensa. Es difícil encontrar un sendero tan corto, completo y gratificante como el que acabamos de describir. Lugar de obligada visita. Tella se siente, y espero volver a hacerlo pronto, haciendo caso omiso a aquel refrán que decía “Tella, Dios te libre de ella”. 

Más fotos en http://www.pinterest.com/huellaenlanieve
Agradecimiento a Natalia Giménez por la cesión de alguna de las fotos.

Fuentes:

Villa de Aínsa
Turismo Sobrarbe