martes, 27 de octubre de 2015

Ibón de Ip por los caminos de La Solana y La Besera

Ibón de Ip
Este verano estuvimos recorriendo gran parte del valle del Aragón y una de las rutas que hicimos fue el ascenso al ibón de Ip, subiendo por el camino de La Solana y descendiendo por el de La Besera. Un total de 13 kilómetros y un desnivel positivo de poco más de 1000 metros que realizamos en menos de 7 horas.

Nos dirigimos al pueblo de Canfranc por la N-330 en dirección Francia. Justo antes de pasar el cartel norte de final de poblado, nos desviaremos a la derecha y cruzaremos un puente sobre el río Aragón, donde estacionaremos los vehículos en una explanada (1075 metros).

Inicio de ruta. Río Aragón
Comenzamos a andar desde el parking por la pista y, a pocos metros, aparece la primera desviación. A la derecha el camino de La Besera, por el que realizaremos el descenso y, a la izquierda, el de La Solana, que es el que tomamos para el ascenso.

Este primer tramo coincide con el GR-65.3 y con el Camino de Santiago Aragonés, que desciende el valle del Aragón desde el Somport para dirigirse a Jaca. En pocos minutos, dejamos a la izquierda este GR para seguir las marcas amarillas y verdes hacia La Solana y cruzar el barranco de Ip, con escaso caudal, por un puente de cemento (1130 metros – 15 minutos).

Los Campaniles de Collarada desde La Solana
El camino vira decididamente al este para llevarnos paralelos al barranco por su margen derecha, pasando por debajo de la vía ferroviaria del Canfranero. Nos introducimos entonces en un bosque de pinos y comenzamos a ascender sin pausa, alternando zonas de fuerte pendiente con tramos llanos.

El día nublado amenaza lluvia pero la subida se hace muy agradable. A medida que vamos ascendiendo, el valle del Aragón se va abriendo a nuestras espaldas. Tras una hora y media de camino, abandonamos el bosque (1610 metros) y comenzamos a contemplar los paredones que custodian el barranco de Ip. Los Campaniles de Collarada, con sus más de 2650 metros, parecen inexpugnables desde nuestra posición.

Primeras vistas del Carretón de Ip
El camino de La Solana discurre ahora entre llanuras, pudiéndose apreciar el gran cortado existente hasta el fondo de la Canal de Ip. En algunos momentos caminamos muy cerca de este cortado sin dificultades técnicas. Esta parte es muy llevadera con unas buenas vistas al Carretón de Ip comenzando a ver el Circo del mismo nombre, escondido entre las espesas nubes que se dispersaban conforme nos íbamos acercando.

A las dos horas y media de camino a una cota aproximada de 1900 metros, pasamos al lado de un refugio de pastores muy sucio en su interior y continuamos en leve ascenso entre prados de alta montaña.

Una de las casetas de trabajo
En las inmediaciones del ibón nos encontramos pequeñas edificaciones relacionadas con la construcción de la presa, que data de la década de los 60, así como un refugio no guardado (2070 metros) de dos plantas en buen estado y muy limpio, con mesas y bancos en la parte de abajo y numerosas colchonetas en la parte de arriba para pernoctar una veintena de personas. 

Sólo nos queda remontar la altura de la presa por su ladera herbosa para acceder al ibón (2100 metros) y poder disfrutar de sus azules aguas. Nos ha costado casi 3 horas y media a ritmo lento y con muchas paradas.

Refugio y presa de Ip
La estética del ibón no llama nuestra atención, todo lo contrario que las imponentes paredes que lo rodean: La Moleta (2576 metros), La Tronquera, Pala de Ip (2778 metros), Bucuesa o Pala de Alcañiz (2765 metros), Peña Nevera (2720 metros), El Fraile (2705 metros) pero, sin duda, Collarada (2886 metros) destaca imponente sobre las demás.

La vuelta la realizamos por el camino de La Besera, por la margen izquierda del barranco, ladera más umbría y fresca, aunque en días nublados como el de hoy apenas se nota.

Camino de la Besera. El Aspe y los Lecherines al fondo
Situado en la falda de Collarada, es un camino repleto de edelweiss en el que abundan los hitos o mojones pero no las señales de pintura. Alguna manada de sarrios nos vigilaba desde las alturas a medida que lo íbamos recorriendo. Desde esta ladera se ve muy bien el camino que hemos recorrido de subida, al otro lado de la Canal.

El Aspe (2645 metros) y los Lecherines hacían acto de presencia a medida que las nubes los comenzaban a cubrir. Buen chaparrón estaba cayendo por el valle de Aísa y que poco a poco se iba acercando hacia nosotros. Cada vez escuchábamos la tronada más cerca así que aligeramos el paso para introducirnos lo antes posible en el bosque (1600 metros), pero al final no nos libramos de la lluvia. Poca para lo que amenazaba el cielo.

Curiosidades del camino
Tras poco más de dos horas de descenso, nos encontramos un chozo en un claro del bosque. Utilizados por los pastores como refugio ante cualquier contratiempo se caracterizan por construirse sólo con piedras, las cuales están colocadas a peso unas encima de las otras. 

Tras esta curiosidad, comienza un tramo de lazadas con las que perdemos altura rápidamente caminando entre pinos por un estrecho y bonito sendero.

Ya sabemos el dicho de “tras la tempestad llega la calma”. Hubo suerte y apenas nos mojamos. El último par de kilómetros lo realizamos con tranquilidad, disfrutando del bosque mientras los últimos rayos de sol apuntaban sobre las todavía verdes laderas de La Besera y La Solana. 

Edelweiss en La Besera
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