martes, 27 de septiembre de 2016

Chipeta Alto, el vigía de Oza

Cresta de Chipeta Alto
Ubicado en el Parque Natural de los Valles Occidentales, el Chipeta Alto (2175 metros) es una proa montañosa que se alza imponente sobre la Selva de Oza. Una privilegiada atalaya desde la que contemplar el Pirineo Aragonés occidental y parte del central.

A esta cima podemos llegar desde el refugio de Tacheras, en el valle de Zuriza, o desde el paraje de Guarrinza, ambos caminos unidos por el GR-11.

La proa de Chipeta desde el inicio
Comenzamos en el conocido parking de La Mina (1190 metros), pasada la Selva de Oza unos 2’5 kilómetros, punto de inicio también de las ya descritas rutas hacia el ibón de Acherito y hacia el valle glaciar de Aguas Tuertas.

A los pocos metros de pista y antes de llegar al puente sobre el barranco de Acherito, nos encontraremos con un panel informativo de los dólmenes de Ferrerías Norte y Acherito y un cruce de direcciones del sendero GR-11, que seguiremos en dirección Zuriza. 

Refugio de Saburcal y Mallos de las Foyas
Cruzaremos una valla de madera que delimita pastos ganaderos e, inmediatamente, veremos dos senderos, uno sin señalizar que remonta la margen derecha del barranco de Acherito y otro que se va separando del mismo en dirección noroeste.

Seguiremos las marcas rojas y blancas de éste último, que coinciden con la dirección hacia los citados dólmenes, y comenzaremos a ascender rodeados de helechos.

Desde el inicio, acompañan nuestros pasos los Mallos de las Foyas y Añarón (1821 metros) al norte, Lenito (2339 metros) y Peña Forca (2390 metros) al sur y nuestro estético objetivo, al oeste. 

Los Alanos y Ezcaurre
Ascendiendo con moderada pendiente, el sendero zigzaguea abriéndose paso entre extensos pastizales para llegar, en media hora, al precario refugio de Saburcal (1430 metros) donde pastan a sus anchas varias cabezas de ganado vacuno.

El GR rodea el refugio por su izquierda y gana altura sobre el barranco de Acherito, con fantásticas vistas a nuestra espalda del valle de Guarrinza y del Castillo de Acher (2384 metros). Al frente, podemos observar la cabecera del valle de Acherito y algunos de los picos que lo custodian como el Petrechema (2371 metros), Sobarcal (2257 metros), el Mallo Acherito (2374 metros) y las Agujas de Ansabere.

Ibón de Acherito
Antes de llegar a la hora de camino, dejaremos a la derecha el desvío señalizado hacia los dólmenes de Acherito y Ferrerías y continuaremos ascendiendo por los extensos campos de Saburcal por la falda sur del Mallo de las Ferrerías (1813 metros). 

Ya intuimos la ubicación del collado de Petraficha (1964 metros), al que nos dirigimos, custodiado por su derecha por su pico homónimo (2186 metros) y el Quimboa Alto (2182 metros).

Guarrinza. Al fondo el Midi, los Infiernos y el Anayet
A la izquierda del collado la silueta del Chipeta Alto va cambiando conforme avanzamos, haciéndose menos intimidante, al igual que la piedra del terreno que se va tornando de un precioso color rojizo que nos habla de su origen volcánico.

Tras dos horas de ascenso contando las paradas llegamos al collado, paso natural de Oza a Zuriza, donde descansamos unos minutos. Las sierras de los Alanos y de Quimboa nos dan la bienvenida y, al fondo, podemos ver la Peña Ezcaurre (2045 metros) que marca la frontera con Navarra.

Acher, Bisaurín y Agüerri. Abajo, la Selva de Oza
El GR-11 continúa, en descenso, hacia los Llanos de Tacheras y Zuriza por la margen derecha del barranco de Petraficha. A la izquierda del collado (sur) podemos ver unos hitos que nos indican el camino hacia la cima de Chipeta Alto. Al principio caminaremos por un terreno descompuesto pero, unos metros más adelante, se convierte en un cómodo sendero que remonta el borde de la loma y nos dejará en lo más alto en poco menos de media hora.

Desde este punto gozamos de una panorámica absolutamente espectacular. Se trata de un balcón panorámico de fácil acceso desde donde admirar paisajes aragoneses, franceses y navarros.

Desde el Petraficha hasta el Anie
El largo valle de Guarrinza y la marcada línea fronteriza de los puertos de Palo (1944 metros) y de la Cunarda (1962 metros) junto con los picos Lariste (2164 metros), Marmida (2078 metros), Cotdoguy (2015 metros), Burcq (2104 metros), Rouge (2176 metros), Aillary (2216 metros), Arlet (2208 metros), ya en la divisoria del valle de Aguas Tuertas, Arri (2154 metros) y Acué (2258 metros).

Las murallas del Castillo de Acher y de Costatiza, el Bisaurín (2670 metros), Agüerri (2447 metros) y la sierra de Secús por encima de la Selva de Oza.

Sayéstico, Lenito, Peña Forca y Rincón de Alano
La sierra de Lenito, Peña Forca, los picos Tortiella (1987 metros), Chipeta Bajo (1897 metros) y Estibiellas (2045 metros), el Rincón y la preciosa sierra de Alanos que concluye con La Espelunga o Forca de Alano (2106 metros) y el pico Ruzquía (2074 metros), además de la Peña Ezcaurre.

Las vistas hacia el ibón de Acherito son espectaculares, bien protegido por escarpadas murallas fronterizas entre las que destacan la Peña del Ibón o Pic du Lac de la Chourique (2138 metros), las Agujas de Acherito, el pico Larraille (2146 metros) y el paso de la Brecha de Hanas

Mallo de Acherito, Petrechema y Agujas de Ansabere
Siguiendo nuestra cresta hacia el norte, al otro lado del collado de Petraficha, encontramos los picos Petraficha, Quimboa Alto, Anzotiello (2209 metros), el Mallo Gorreta (2106 metros), la Gorreta de los Gabachos (2266 metros), Chinebral de Gamueta (2324 metros), el Mallo Acherito, Sobarcal, Petrechema, las Agujas de Ansabere, la Mesa de los Tres Reyes (2446 metros), la Punta de Acherito o Pic de la Chourique (2082 metros) e, incluso, llegan a asomar el Anie (2499 metros) y el lejano Orhi (2017 metros).

Guarrinza y Acher, de regreso
En la distancia apreciamos más siluetas conocidas como el Midi d’Ossau (2884 metros), los tresmiles del Balaitous, las Frondiellas, Infiernos, Garmo Negro, Argualas y Gran Facha, el Arriel (2824 metros), el Palas (2974 metros), Lurien (2826 metros), el macizo de Sesques, el Anayet (2574 metros) y el Vértice de Anayet (2559 metros).

Si queremos más, nos podemos acercar hasta el pico Sayéstico (2084 metros). Únicamente tendremos que seguir unos 800 metros la cresta de Chipeta hacia el sur. Desde allí, tendremos una perspectiva diferente de esta proa tan característica.

Petraficha, Quimboa Bajo y, al fondo, el Orhi
El regreso lo realizamos por el mismo itinerario en menos de dos horas, habiendo hecho una ruta lineal de 11’5 kilómetros de distancia y un desnivel positivo de 1000 metros en 4 horas sin contar paradas.

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jueves, 22 de septiembre de 2016

El valle de Barrosa, un gran desconocido

Circo de Barrosa
De nuevo en el Sobrarbe y bajo un cielo que amenazaba tormenta, nos decantamos por conocer el accesible y solitario circo de Barrosa

Rodeado de las sierras Pelada al norte y Liena al sur, el valle de Barrosa no tiene nada que envidiar al cercano valle de Pineta, su vecino más famoso. Al no pertenecer al Parque Nacional de Ordesa y Monte Perdido es un valle poco frecuentado, ideal para un paseo familiar y para iniciarse con raquetas de nieve.

Pasada la localidad de Parzán unos 4’5 kilómetros en dirección Francia, hemos de estar atentos a una pequeña explanada a nuestra izquierda, a pie de carretera, con sitio para dejar el coche. En este pequeño parking comienza una pista forestal que comienza ascendiendo en dirección sur (1400 metros). 

Estación inferior del Cable Luisa
Aquí se inicia el PR-HU-187 hacia el Puerto de Barrosa. Este itinerario aprovecha uno de los ancestrales caminos de comunicación entre el valle de Bielsa y la vecina Francia. El camino recorre, desde el Hospital de Parzán, el desconocido y espectacular valle glaciar de Barrosa.

La pista, con algún tramo corto de moderado desnivel, se adentra en un pinar y cambia bruscamente de dirección hacia el norte, punto donde encontramos información y señalización sobre las minas de Parzán y sobre el expuesto Camino de las Pardas, antiguo camino fronterizo utilizado por los contrabandistas y por los ingenieros en su viaje desde Francia a las minas de hierro y plomo de Ruego y Liena de Parzán. 

Valle de Barrosa
En la zona del Hospital de Parzán se conservan algunas de las instalaciones para la explotación de las minas que fueron construidas a principios del siglo XX. 

La casa Bosar, hogar del director e ingenieros de la mina, algunas conducciones de agua, escombreras y un elemento de gran espectacularidad como es el cable aéreo nos dan testimonio de la importancia de este centro de explotación de plomo, plata y hierro, entre otros minerales.

Refugio de Barrosa
Caminamos cómodamente por la pista hasta llegar a un pequeño ensanche situado encima de las escombreras del material que se sacaba de la mina, donde encontramos unos paneles que nos indican el porqué de estas minas aquí y de la formación de los minerales que extraían de ellas.

Unos metros más adelante, otros paneles nos invitan a conocer los secretos del aprovechamiento del agua y de las revolucionarias máquinas que se usaron en la mina años atrás, entre ellas los dos cables aéreos para el transporte de mineral: el Transpirenaico y el Cable Luisa, construidos en 1912.

Sierra de Liena
En 20 minutos llegamos a la estación inferior del cable aéreo que bajaba de la mina Luisa. Aquí llegaba el plomo proveniente de la mina tras salvar un desnivel de unos 970 metros. 

Una vez aquí, el material era transportado en vagonetas sobre raíles hasta el lavadero y después del tratamiento era llevado a la estación de salida del Transpirenaico. Toda la estación de este cable aéreo permanece casi completa.

Estas vagonetas estaban enganchadas en el cable aéreo con una pinza desembragable, un mecanismo revolucionario en ese momento y que hoy en día es muy usado en los telesillas de las pistas de esquí.

Camino hacia el Puerto de Barrosa
El Transpirenaico fue construido para transportar hacia Francia el material de las distintas minas, una vez tratado en los lavaderos del Hospital de Parzán. 

Su estación de salida partía de una cota de 1450 metros, subía hasta el Puerto de Salcorz a 2464 metros y descendía hasta el pueblo francés de Pont du Moudang a 1120 metros, donde era cargado en camiones y llevado a la estación de Arreau. Fue totalmente desmantelado y vendido como chatarra en 1968.

Nubes en Robiñera
El cable aéreo significó un cambio muy importante en la organización del trabajo y el transporte en esta explotación minera. Se pasó de las caravanas de burros de carga a un mecanismo más eficiente que permitía el transporte de, aproximadamente, una tonelada de material a la hora en vagonetas que podían cargar con 300 kilos cada una, lo que equivalía a dos o tres burros además del consecuente ahorro de tiempo.

En 1974 la compañía arrendataria de las minas vendió parte de los terrenos e instalaciones ya abandonadas para que se pudiera construir la carretera que conduce a Francia.

Aristas y nieblas amenazantes
Este interesante camino nos va sacando a la luz el duro trabajo desempeñado en estas minas. Continuando la pista, dejaremos a la izquierda una canalización de piedra que recoge el agua del río Barrosa aguas arriba y que era trasvasada a la central hidroeléctrica dando la energía necesaria para generar la electricidad que mantenía el alumbrado y el funcionamiento de las instalaciones.

Tras media hora de camino, dejaremos a la izquierda el desvío que asciende hacia las minas de Liena, ubicadas a 2430 metros, y hacia el Camino de las Pardas -aunque no lo indique- (1520 metros), y seguiremos encontrándonos edificaciones mineras en ruinoso estado.

Río Barrosa
Poco a poco, el valle se va abriendo dejándonos ver su todavía lejano circo, bien custodiado por los tresmiles de Robiñera, La Munia, Sierra Morena y Troumouse. Las nubes, amenazantes, nos impedían ver sus cimas al mismo tiempo que nos preguntábamos si nos libraríamos de la lluvia.

Sin darnos cuenta, la pista se convierte en un sendero que llanea y el bosque va dejando paso a extensas praderas y bloques de roca. Continuamos caminando por la margen derecha del río Barrosa, escuchando únicamente el sonido de sus pequeños saltos de agua.

Las nubes por fin despejaban
El sendero, bien definido y de fácil seguimiento gracias a las marcas amarillas y blancas del PR, cruza a la margen izquierda del río ya con la mirada puesta en el cercano refugio libre de Barrosa (1745 metros), al que llegamos en poco más de una hora y media de camino.

El refugio, bastante limpio, es un buen cobijo en caso de tormenta. Dispone de mesas, sillas, chimenea y unos tablones de madera que hacen de literas. En el exterior, tenemos indicaciones hacia el Puerto de Barrosa, situado a 2536 metros de altitud, que da paso al valle francés de Aragnouet y a los Lacs de Barroude.

Circo de Barrosa
Ascendimos unos metros siguiendo el sendero hacia el Puerto sin más interés que para aumentar la panorámica del valle y ver las cascadas del barranco de las Neveras. El día no estaba para muchas alegrías pero por momentos los rayos del sol parecían querer penetrar entre las nubes.

Descansamos a las puertas del refugio, tumbados en la hierba, impresionados por el silencio y la tranquilidad de este recóndito y escondido lugar, único para contemplar un gran número de sarrios y marmotas. Tuvimos la suerte de ver, en la distancia, una manada de sarrios con sus crías jugando y saltando felizmente.

Y por fin aparece Robiñera
La vuelta la realizamos por el mismo camino en una hora y 45 minutos, disfrutando del sonido del río, viendo sus saltos, pozas y su fluir modelando el valle a su antojo. Captando detalles que habían pasado desapercibidos en la ida. El tiempo se detiene en lugares como éste.

NOTA. Desde este valle, el Camino de las Pardas carece de indicación hasta el Puerto de Barrosa. Tenemos dos opciones, cogerlo en este Puerto o desviarnos por la señalización mencionada anteriormente hacia las Minas de Liena, al poco de comenzar la pista que se adentra en el valle de Barrosa. Se trata de un camino que se extiende por una faja, en ocasiones muy aérea y expuesta al rigor climático, por lo que hay que extremar las precauciones y las medidas de seguridad. Presenta tramos equipados con sirga en muy mal estado de mantenimiento y es aconsejable no utilizarlas. 

Escombrera de las minas de Parzán
Sencilla ruta lineal de 10 kilómetros de distancia, un desnivel positivo de 350 metros con una duración de 3 horas y media sin contar paradas.

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miércoles, 14 de septiembre de 2016

El ibón del Sen, un paraíso escondido

Ibón y Agujas del Sen
En la zona más occidental del Parque Natural Posets-Maladeta, a más de 2300 metros de altitud, se encuentra uno de los ibones más bonitos y menos conocidos del Pirineo Aragonés: el ibón del Sen

Se trata de un itinerario poco frecuentado ideal para los que buscan la tranquilidad de un entorno idílico. Salvando su desnivel positivo, que asciende a unos 1150 metros, la ruta no entraña ninguna dificultad salvo el estar atentos para seguir las marcas amarillas y blancas del PR-HU-115.

Nos desplazamos hasta la localidad de San Juan de Plan y sobrepasamos el pueblo en dirección Chistén. Apenas un kilómetro y medio después, antes de llegar al inicio de la pista que va hacia las bordas y el refugio de Viadós, nos encontramos con un pequeño parking donde dejar el coche.

Puen Pecadó
En este punto veremos unos paneles informativos indicando la dirección a seguir y una pista que, casi de inmediato, se convierte en un sendero que nos conduce en breve descenso al Puen Pecadó (1210 metros). 

Ubicado a 50 metros de altura sobre un estrechamiento del río Cinqueta, cuentan que por este puente arrojaban a los pecadores y condenados cuando la justicia se dirimía así entre las gentes del valle.  

Es difícil saber de cuándo data este puente. Desde muy antiguo fue el único paso estable entre las dos orillas del río. Se utilizaba para ir a los campos de la otra ribera cuando las riadas destruían las pasarelas cerca de los pueblos.

Peña de San Martín, Punta Lierga y macizo de Cotiella
Hablar del Puen Pecadó es hablar de sus impresionantes telleras, que destacan por su altura y corpulencia. El grupo consta de unos 10 ejemplares de tilos, el mayor de los cuales mide 25 metros, y están catalogados dentro de la Guía de árboles monumentales y singulares de Aragón.

Seguiremos el PR compartiendo trayecto con el sendero S-7 del Parque Natural que se dirige al Puen d'El Molín o de la Fondería, paralelos a la margen izquierda del Cinqueta. 

Cruz de Puyadase y bordas de La Poma
A pocos metros encontramos una bifurcación. Dejaremos este sendero a la izquierda para comenzar a ascender en moderada pendiente en dirección al ibón del Sen por un bosque mixto donde podemos ver, entre otros, ejemplares de fresno, cerezo, avellano, serbal, roble, álamo, arce y boj. A medida que ganamos altura, el valle nos va abriendo su inmensa panorámica.

Frente a nosotros podemos ver el mirador de la Cruz de Puyadase, las bordas y el barranco de La Poma y las lomas del Tozal de Igüerra (1956 metros) y de la Peña Cuezo (1921 metros). Siguiendo río arriba el Cinqueta, podemos distinguir el pico Montó (2462 metros) y la cresta fronteriza de los Culfredas al fondo.

Rodeados de campos nos vamos acercando a la pista
Tras 25 minutos saldremos a una zona más despejada con una espectacular vista hacia el macizo de Cotiella, viendo las peñas de Las Diez (2568 metros), Las Once (2658 metros) y Mediodía (2468 metros), la Punta Es Litás (2623 metros), los Mobisones y La Truesa, así como las poblaciones de San Juan de Plan, Plan y Chistén. Encontraremos una nueva bifurcación donde dejaremos a la derecha el desvío que desciende hacia San Juan de Plan.

El sendero, en ocasiones perfectamente empedrado, discurre ahora entre muros de piedra delimitando las bordas, prados y campos de Puyarruego para llegar a la fuente-abrevadero de San Martín tras 45 minutos de camino.

Barranco del Sen
Van apareciendo más siluetas conocidas como Punta Lierga (2267 metros), la peñas de San Martín (1792 metros) y Artiés (1642 metros), La Planota o Peña de Sin (1643 metros), el pico Pegueras (2045 metros), El Yerri (2672 metros), la cresta de Maristás (2419 metros) y Punta l’Orbar (2420 metros), la sierra de Fubillons y Punta Suelza (2972 metros). 

Cuando llevamos una hora de camino, el PR enlaza con una cómoda pista (1600 metros) que asciende desde San Juan de Plan por las bordas y la ermita de San Mamés y que discurre por un pinar de pino silvestre. 

Un cartel nos indicará que entramos en los dominios del Parque Natural Posets-Maladeta. Esta pista nos lleva a las proximidades de una pequeña presa de hormigón (1695 metros) que regula el caudal y controla la erosión del barranco del Sen.

Aquí, abandonamos la pista siguiendo las indicaciones hacia el ibón. Ascendemos a media ladera, rodeando un prado con una cabaña derruida y llegaremos a un bonito puente de madera que cruza el barranco (1865 metros). Un rincón muy fotogénico donde hacemos una breve parada.

Cascadas del barranco del Sen
Pocos minutos después, pasaremos por delante de la cabaña de Las Pardas (1890 metros), un cobijo que nos puede servir en caso de tormenta pero que se encuentra bastante descuidado y sucio.

Por medio de lazadas y rodeados de pastos de alta montaña, iremos poco a poco remontando el barranco del Sen por su margen izquierda hasta ya ver al fondo las poderosas Agujas del Sen, que cierran la amplia cubeta donde se ubica el ibón.

Tras poco más de dos horas sin contar paradas, llegaremos a las cascadas del barranco del Sen. Remontaremos la última parte del ascenso cruzando a su margen derecha hasta llegar a los restos de una presa de piedra destruida por alguna crecida (2310 metros) que remansa las aguas del pequeño ibón inferior del Sen. 

Las Agujas del Sen y los restos de la presa
El sendero desaparece y se convierte en un incómodo caos de rocas que nos dejará en la orilla del ibón (2340 metros) en dos horas y 45 minutos contando las paradas.

En un entorno alpino, ubicado en una cubeta excavada en un circo glaciar de roca granítica, rodeado de las impresionantes paredes de las Agujas del Sen y de los picos Barbarisa (2708 metros) y Turmo (2753 metros) se encuentra este paradisíaco rincón.

Sus aguas turquesas inspiran paz y merece la pena disfrutar del silencio unos minutos, sólo perturbado por el sonido de alguna marmota curiosa que nos vigila.

Ibón inferior del Sen
Desde la orilla del ibón no se tiene una perspectiva ideal del mismo. Recomendamos no quedarse aquí y ganar altura por la falda del pico Barbarisa. La panorámica mejora considerablemente aumentando la belleza de este solitario rincón.

Otra opción es ascender la loma aislada que queda delante del ibón (2422 metros), a los pies del caos de roca que hemos atravesado para llegar a la orilla, pasando por los restos de un sistema de canalizaciones que desaguan del ibón. Este pequeño esfuerzo extra será recompensado. Además, veréis un pequeño ibón (sin nombre) que no es apreciable ni desde la orilla del ibón del Sen ni ascendiendo por la falda del pico Barbarisa.

Ibón del Sen
La vuelta la realizamos por el mismo camino, costándonos el mismo tiempo, por lo que los datos totales de la ruta hasta el ibón son unos 13 kilómetros de distancia con un desnivel de 1150 metros realizados en 5 horas y media.

Si añadimos los ascensos mencionados para aumentar la panorámica, hay que añadir 200 metros de desnivel y unos 45 minutos de duración aproximada, por lo que el total asciende a unos 1350 metros positivos y 6 horas y cuarto de duración.

Atardece en el curso del Cinqueta. Al fondo, el pico Montó
Junto con los de Anayet, Bernatuara y su vecina Basa la Mora, el ibón del Sen es uno de los ibones con más encanto que hemos tenido el placer de conocer. Un mundo de sensaciones escondido en un recóndito lugar de la Bal de Chistau.

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jueves, 8 de septiembre de 2016

Circular por Santa Elena y Polituara

Calle única de Polituara
Un sencillo y entretenido paseo a caballo entre la Tierra de Biescas y el valle de Tena es el que nos lleva desde el parking de Santa Elena hasta el despoblado de Polituara

Podemos decir que este camino se trata de la continuación a la ruta que ya os describimos que iba desde Biescas hasta la ermita de Santa Elena. Ambas por separado son rutas cortas, ideales para realizar en una mañana o en una tarde. Si lo preferís, las podéis unir, teniendo en cuenta que es una ruta lineal que requiere de combinación de vehículos si no queremos volver por el mismo camino.

Línea P. Batería de San Martín
Unos 4 kilómetros al norte de Biescas encontramos el conjunto de Santa Elena, formado por el Fuerte, la ermita y el dolmen. A pie de carretera tenemos un parking donde dejar el coche (990 metros).

Comenzamos a caminar por asfalto cruzando el río Gállego por un puente. A los pocos metros, nos encontraremos una bifurcación que seguiremos hacia la izquierda enlazando con el PR-HU-78 procedente de Biescas. A la derecha, el camino se va hacia el dolmen y el Sendero Adaptado.

Búnker de la Línea P
Siguiendo las indicaciones hacia el Fuerte de Santa Elena y Hoz de Jaca, llegaremos a una barrera que impide el paso a vehículos no autorizados. Aquí se halla un pequeño aparcamiento y el desvío del PR hacia Hoz de Jaca que debemos seguir (1000 metros). Este PR es un ramal del Camino de Santiago como así nos indica un panel informativo.

Por este sendero vamos a encontrar numerosos restos de la organización defensiva de los Pirineos, conocida como Línea P, una barrera defensiva que se construyó entre 1939 y 1948 formada por unos 6.000 búnkeres. Mediante un trazado estratégicamente dispuesto se levantaron espacios para evitar que la Alemania nazi o los aliados entrasen a España por la cordillera pirenaica.

Mortero de la Línea P
Junto al desvío del PR tenemos la Batería de San Martín, un muro aspillerado ubicado debajo del Fuerte de Santa Elena. Tras un breve descenso, nos encontramos con la vía ferrata de Santa Elena, donde comienza un espacio natural de multiaventura con paneles sobre la flora que nos vamos a ir encontrando.

Entramos en un agradable, sombrío y fresco bosque mixto donde podemos observar algunas especies como fresnos, acebos, pinos, boj, coronas de rey, abedules, sauces, grasillas, orejas de oso y avellanos.

Barranco Espumoso
A la media hora de comenzar, llegamos a un espectacular búnker de mortero que consta de dos zonas, una exterior y otra cubierta. Construido en 1946, es una de las obras más grandes que se conservan en el entorno de Biescas. Para disimular la construcción y evitar que fuese reconocida por el enemigo, se mimetizó con el terreno, por lo que puede llegar a pasar desapercibida.

Pocos metros más adelante, cruzaremos por un puente de madera el barranco Espumoso (990 metros), punto donde finaliza la Tierra de Biescas y comienza el valle de Tena.

Puente tibetano sobre el Gállego
Junto al camino tenemos un nido de ametralladora desde donde se tenía acceso y alcance directo hacia la carretera. También podemos ver los restos de una pequeña central hidroeléctrica que aprovechaba las aguas del barranco que acabamos de cruzar.

Seguimos el PR para llegar, en un cuarto de hora, a un puente tibetano (990 metros), donde finaliza este circuito multiaventura.

Antiguamente este puente era de piedra y formó parte de las comunicaciones obligatorias entre Biescas y Polituara. Tras muchos años de uso y con la construcción del primer camino carretero en el valle de Tena, fue cayendo poco a poco en desuso.

Pozas de Polituara
Tras caminar por la orilla del Gállego y ver unas tranquilas y cristalinas pozas, ganaremos algo de altura pasando por un pequeño bosque de hayas para llegar a la losera de Polituara (1060 metros), una cantera de la que se extraían lajas de pizarra para construir los tejados de las casas. 

En sus alrededores pueden verse dos zonas de extracción, una escombrera y restos de las casetas de los loseros donde se cobijaban mientras realizaban este trabajo.

En media hora desde el puente tibetano, enlazaremos con el asfalto de la carretera de acceso restringido que va a la ya visible presa del embalse de Búbal. Dejaremos a la derecha el PR en dirección a la presa y Hoz de Jaca y giraremos a la izquierda (sur) para cruzar un puente y llegar al despoblado de Polituara (1015 metros).

El sendero es muy sombrío y fresco
Documentado por primera vez en el año 1295, su origen está ligado a la existencia de una antigua ermita románica conocida como Nuestra Señora de Polituara, que servía de albergue a peregrinos y viajeros.

Polituara era el primer pueblo del valle de Tena en la ruta hacia Francia y el Balneario de Panticosa. Estaba junto al Camino Real que recorría de norte a sur este valle. Como paso obligado de personas y mercancías era un lugar propicio para el cambio de caballerías, el paso del ganado en trashumancia y para el establecimiento de comercios.

Restos de una caseta de loseros
Para hacernos una idea del trasiego de gentes que pasaban por aquí, este pequeño pueblo llegó a tener dos comercios de ultramarinos, panadería, herrería, zapatero, losero y parada de la ruta de autobuses. Llegó a tener seis casas, destacando sobre el resto Casa Domec, que era panadería, comercio de ultramarinos, mesón y carnicería.

La primitiva ermita románica fue construida antes del siglo XIII y sobre ella se edificó la actual en el XVIII.

La expropiación de sus casas y tierras por la construcción del embalse de Búbal en la década de los años 60-70, apenas a un kilómetro del pueblo, y la modificación del trazado de la carretera provocó su abandono.

Ermita de Polituara
Una buena noticia. Una persona vecina del pueblo, lo ha comprado entero y lo está rehabilitando. Encontramos mucho material de construcción en su única calle. Ni resto de la maleza que se apoderaba de sus ruinas. El tejado de la iglesia es de nueva construcción y su perímetro lo encontramos rodeado de andamios. El tejado de otra de las casas, que debía ser la panadería, también estaba nuevo.

Tras la visita, seguiremos por la carretera en dirección sur hasta encontrar un búnker y una barrera. A los pocos metros, encontramos a la izquierda un desvío marcado con un hito y un panel en mal estado que desciende de nuevo al puente tibetano. Un panel nos informa de su obligada normativa. 

Calle única de Polituara
Lo cruzaremos con cuidado y desandaremos el sendero que nos había traído hasta aquí hasta regresar al Fuerte de Santa Elena y al parking en 40 minutos desde Polituara.

Sencilla ruta, en su mayoría circular, con una distancia de 6 kilómetros y un desnivel positivo acumulado de 250 metros realizada en 2 horas y media contando las paradas.

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jueves, 1 de septiembre de 2016

Circular por Escuer Alto y la Torraza

Puerta de acceso a la Torraza
Hace un par de semanas estuvimos por la Tierra de Biescas visitando lo poco que nos quedaba por conocer. Entretanto, hicimos una ruta muy sencilla e interesante en la que visitamos el despoblado de Escuer Alto y su bella e imponente torre defensiva, conocida como la Torraza.

El pueblo de Escuer, también llamado Nuevo Escuer o Escuer Bajo, se localiza unos 4 kilómetros al sur de Biescas, al pie de la carretera que se adentra en el valle de Tena. Pero ésta no fue su ubicación original. De hecho, este pueblo se construyó en el siglo XX.

Ascendiendo por la pista
Arriba, en lo alto del barranco del mismo nombre, todavía se divisa su torre, el principal resto del pueblo del que salieron sus habitantes para fundar este nuevo Escuer.

Escuer Alto fue despoblado en la década de los 50 aunque ya antes de la Guerra Civil comenzó su abandono. Este éxodo fue propiciado por su mejor comunicación, a pie de la carretera nacional, y fomentado por el maestro adscrito al pueblo.

Llegando a Escuer Alto y la Torraza
El abandono aceleró, además, la total ruina del pueblo ya que muchos vecinos optaron por llevarse elementos constructivos de sus antiguas casas para construir las nuevas.

Este sencillo paseo se inicia en el nuevo pueblo de Escuer (840 metros), donde aparcamos al lado de su iglesia parroquial de San Bartolomé. Junto a la misma, un poste de madera marca el PR-HU-196 en dirección a la Torraza y Escuer Alto.

A los pocos metros, vemos una señal de madera que nos indica el camino a Escuer Alto por pista. Obviamos este desvío de forma momentánea y seguimos las marcas amarillas y blancas del PR. 

Fuente de Escuer Alto
Dejamos el asfalto de las calles del pueblo y continuamos por sendero bien balizado paralelo a un muro de piedra que conecta con la pista antes mencionada, la cual seguiremos dirección sur (izquierda) abandonando así el PR, que se va hacia la derecha.

Esta pista es la que nos va a llevar hasta Escuer Alto por la margen derecha del barranco de Escuer salvando el desnivel de forma más suave y cómoda que por el mencionado PR.

A los pocos minutos, cuando la pista hace su primera lazada, dejaremos a la izquierda un desvío sin señalizar (910 metros) hacia el cercano núcleo de Arguisal. En este punto, el acceso por la pista se restringe y sólo está permitido el paso a vehículos autorizados.

Escuer Alto. Ruinas de la iglesia de San Esteban
Continuaremos ganando altitud sin sobresaltos por cómodas lazadas hasta llegar, en 45 minutos de marcha, a un nuevo cruce sin señalizar (1060 metros). Dejaremos a la derecha una pista que desciende al cauce del barranco y continuaremos por la izquierda.

Poco más de medio kilómetro después, continuaremos por la derecha en otro nuevo cruce (1090 metros) teniendo ya visión, en la margen izquierda del barranco, de la bonita Torraza de Escuer.

La pista cruza el barranco y, tras una hora y cuarto de camino, llegaremos al ruinoso pueblo de Escuer Alto (1120 metros). Sus casas no han logrado sobrevivir a décadas de abandono y expolio y hoy la vegetación engulle cualquier resto de construcción. Únicamente algunas bordas, la fuente (de la que todavía mana agua), las ruinas de la iglesia de San Esteban (s. XVII) y la torre defensiva son reconocibles entre la maraña vegetal.

Interior de la Torraza
Fue un pueblo de gran tamaño, llegando a tener 23 casas a principios del siglo XX, incluidas la escuela y el molino, organizadas en dos barrios separados por el barranco. El barrio principal, donde se concentraban la mayoría de los edificios y el llamado barrio verde conformado por tres casas y sus edificios auxiliares.

Continuando unos metros por la pista, veremos a mano derecha otra pista que nos lleva hasta el cercano castillo de Escuer (1140 metros), también conocido como la Torraza, uno de los ejemplares más señeros en cuanto a fortificaciones de finales de la Edad Media. Junto con la Torraza de Biescas y la Torre del Moro de Lárrede formaba parte del sistema defensivo de la zona media del Gállego.

Torraza de Escuer
Su interés radica, además de su buen estado de conservación, en su buena ubicación y en que, al contrario que las otras dos, conserva su perímetro amurallado y una capilla advocada a Santiago. A esta capilla sólo se podía acceder desde el interior del recinto aunque, en alguna reforma posterior, se le tabicó este acceso y se abrió el ahora existente, por el sur.

Situada en un emplazamiento prácticamente inexpugnable, esta torre defensiva fue construida en el siglo XV y se reformó profundamente en el XVI. La torre era un soberbio inmueble de cinco plantas, con pisos de madera, donde numerosas aspilleras se abrían en sus cuatro caras, con un acceso a pie de calle y otro elevado mediante una escalera.

Aspilleras de la Torraza
El interior actual poco tiene que ver con el original. En la reforma del siglo XVI se construyeron bóvedas de cañón, lo que ocasionó que las cinco plantas originales se redujeran a tres. El desarrollo de las bóvedas hizo que numerosas aspilleras quedaran ocultas e inutilizadas.

Junto a la Torraza, nos alegra saber que hay una casa de campo construida y habitada, Casa Altabás, suponemos que para residencia vacacional. 

Capilla de Santiago
En la valla de la casa, enlazaremos con el PR-HU-196 que desciende a Escuer Bajo por la margen izquierda del barranco de Escuer. Cruzaremos un barranco secundario (1100 metros) y continuaremos pegados a unos muros de piedra que delimitan antiguos bancales de cultivo.

Entre boj, carrascas y pinos iremos perdiendo altura, divisando la Punta Güé (1579 metros) con el visible puesto de vigilancia contra incendios en su cima. En algunos tramos el sendero está bastante estropeado por efecto del agua pero está acondicionado con tablones a modo de escalones.

Caminando entre muros
Tras poco más de media hora de descenso, nos encontramos con el ramal que viene de Biescas (1020 metros) por el que nos desviamos momentáneamente porque, a pocos metros, encontraremos un mirador interpretativo con una buena panorámica de la Tierra de Biescas.

Desde este mirador divisamos los picos Tendeñera (2853 metros), Sabocos (2757 metros), Otal (2701 metros), Basechango (2256 metros), Toronzué (2263 metros), Erata (2003 metros) y la ermita de San Benito, el Oturia (1910 metros), la plana de Santa Orosia y los pueblos de Gavín, Orós Alto, Orós Bajo, Escuer, Arguisal, Oliván y Susín.

Panorámica de la Tierra de Biescas
Regresamos a la bifurcación anterior y continuamos descendiendo siguiendo las indicaciones del PR hacia Escuer Bajo, tras volver a cruzar el barranco de Escuer.

Por último, enlazaremos brevemente con la pista por la que hemos ascendido y desharemos los últimos metros hasta llegar al coche, al que llegamos tras menos de una hora y cuarto de descenso.

Sencilla ruta circular matutina de 6’5 kilómetros de distancia con un desnivel positivo acumulado de 350 metros realizada en menos de dos horas y media sin contar paradas.

Nuevo Escuer. Iglesia de San Bartolomé
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