Salida del Congosto del Entremón |
Hace algún tiempo mencionamos el
Congosto del Entremón en un artículo llamado ‘Defensas de altura’, en el que hablábamos de la ruta
que asciende al conjunto de Samitier.
El día que realizamos esa ruta
supimos que tendríamos que volver para realizar el sendero del Entremón. Las
vistas que desde el castillo se divisaban no nos dieron lugar a dudas. Y la semana pasada pudimos disfrutar de este camino.
Hasta la construcción de la presa
del embalse de Mediano en 1959, el Entremón fue un paso muy temido por los
navateros del Sobrarbe. Sus remolinos, sus rápidos y el alto riesgo de chocar
con sus rocas lo hacían muy peligroso. En época de mayencos, éstos hombres descendían el río Cinca en las navatas para transportar la madera de las mismas desde los
Pirineos hasta zonas bajas para su posterior venta.
Hoy se trata de un desfiladero
por el que discurre remansado el río, entre los embalses de Mediano y de El Grado. Andamos
por un sendero estrecho y agradable, de tres kilómetros de longitud (sin contar
la vuelta), en algunos tramos excavado en la roca, muy fresco y sombrío sin
apenas desnivel ideal para realizar en familia.
Cueva de las Palomas |
Partimos de las inmediaciones de
Ligüerre de Cinca, en concreto desde el puente que cruza el río en dirección
hacia Palo y el valle de La Fueva. En un pequeño aparcamiento nada más cruzar el puente dejamos el coche y nos encontramos unos paneles informativos sobre la ruta.
Iniciamos nuestro camino recorriendo la carretera unos 150 metros hasta que encontramos a la izquierda unos
postes señalizados que nos adentran en el estrecho. Hoy recorremos el Sendero
Histórico GR-1 con destino a Humo de Muro y su ruta ornitológica.
Turquesas del Cinca |
Tras un inicio en ligero ascenso
la panorámica se va abriendo ante nosotros, divisando Ligüerre de Cinca y la
cabecera del embalse de El Grado, algo bajo de caudal.
Poco a poco nos introducimos en el cañón, erosionado durante siglos por el agua, hasta llegar al primer punto de interés, la Cueva de las Palomas. A lo alto sobre sus paredes, casi desapercibido, encontramos el conjunto de Samitier (s. XI), formado por la iglesia y el castillo, que nos acompañará durante la ruta.
Poco a poco nos introducimos en el cañón, erosionado durante siglos por el agua, hasta llegar al primer punto de interés, la Cueva de las Palomas. A lo alto sobre sus paredes, casi desapercibido, encontramos el conjunto de Samitier (s. XI), formado por la iglesia y el castillo, que nos acompañará durante la ruta.
Este tramo es el más estrecho,
pero no por ello complicado. Con prestar atención a nuestros pasos no tendremos
problemas para superarlo. Continuamos avanzando y el estrecho se va abriendo
poco a poco, mostrándonos toda su belleza. Llegaremos en unos minutos al lugar
más espectacular y más peligroso de la ruta, conocido como el Paso de la Media
Caña.
Este paso fue excavado en la roca
por el hombre hace siglos, dada la imposibilidad de un camino alternativo por
la verticalidad de sus paredes. Es difícil imaginar lo duro que debió de
resultar esta tarea y el tiempo que tardaron en realizarla. Merece la pena
detenerse unos minutos, el mejor lugar para divisar las azuladas aguas del
Cinca y su fluir por el Congosto.
Presa de Mediano |
Tras contemplar la panorámica,
seguimos camino hacia la presa del embalse de Mediano. Un nuevo paso provisto
con cinco peldaños metálicos nos facilitará el progreso. Superaremos las muchas
torrenteras de piedras (pedrizas) del
camino y llegaremos a un panel que nos indica el fin de la ruta ornitológica.
A partir de este punto el sendero pierde belleza, pero nosotros continuamos en corta y dura pendiente por el mismo hasta llegar a una pista que desemboca
en la carretera de acceso a la central eléctrica, atravesando varios túneles con
detector de presencia que se iluminan conforme vamos avanzando.
Torre de Mediano |
Nada más salir de ellos, nos
encontramos a los pies de la presa y subiremos unas escaleras que nos conducen
a su parte alta y al final de la ruta.
Resulta sobrecogedor contemplar
la punta de la Torre de Mediano en medio del embalse, resistiendo todavía a su
cruel pasado. Es difícil no prestar atención unos minutos a tan triste lugar e
imaginar lo que para sus gentes supuso el abandono de su pueblo para la
construcción de este embalse. A lo lejos, Aínsa, la Peña Montañesa, los Sestrales
y las Tres Sorores nos reciben.
El Paso de la Media Caña |
La vuelta la realizamos por el mismo camino aunque se puede hacer circular,
regresando por la margen derecha del río. Es un sendero pendiente de limpieza que
no está recuperado totalmente y que fue el utilizado para la construcción de
la presa de Mediano.
Si no se conoce la historia de
Mediano, merece la pena ver el documental titulado ‘Mediano, la memoria ahogada’, en el que se detalla el duro pasado
del pueblo con testimonios de antiguos vecinos que sufrieron en primera persona
lo que ocurrió la noche tuvieron que marchar para siempre de sus casas dejando
en ellas toda una vida. Esa fatídica noche del 29 de abril de 1969.
Más fotos en nuestra galería de Pinterest.
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