martes, 30 de diciembre de 2014

Tozal del Mallo - Faja Racón

Tozal del Mallo
El valle de Ordesa nunca defrauda. Hagas el camino que hagas, no deja de sorprenderte. Si ya te quedas boquiabierto con la multitud de alicientes que tiene la ruta clásica a la famosa Cola de Caballo por el fondo del valle, qué decir de la ruta que hoy os describimos.

En octubre tuvimos una perspectiva totalmente nueva del valle. Ascendimos al Tozal del Mallo (2254 metros), uno de los emblemas del Parque Nacional, por las Clavijas de Carriata, descendiendo a la vuelta por el paso de la Fajeta y la Faja Racón para volver por el Circo de Cotatuero.

Iniciamos la marcha en la pradera de Ordesa y retrocedecemos unos 800 metros por la carretera hasta llegar al centro de información para discapacitados llamado Casa Olibán. No hay que olvidar que el valle tiene un sendero adaptado para que personas con movilidad reducida puedan disfrutar de este privilegiado entorno.

Ordesa desde la cima
En Casa Olibán tomamos el camino marcado como Tozal del Mallo – Circo de Carriata – Faja Racón. Desde el inicio, el sendero gana altura con zig-zags por un sombrío y fresco bosque. Tras unos 30 minutos, llegaremos a una cabaña abierta que, en caso de necesidad, sirve de refugio.

Al salir del bosque, el Circo de Carriata se abre y la silueta del Tozal comienza a cambiar a medida que ascendemos. Este paredón posee una belleza singular, una pared vertical con un cortado de más de 300 metros de altura muy frecuentado por los escaladores.

Seguiremos disfrutando de la panorámica mientras seguimos camino. Cuando llevamos una hora y 40 minutos llegamos a una bifurcación. Dejaremos atrás el desvío a la Faja Racón y el Circo de Cotatuero y seguiremos recto hacia las Clajivas de Carriata – Fajeta en dirección al Tozal y cruzaremos el barranco de Salarons.

Paredes de Mondarruego
El camino no ofrece lugar a dudas, desde el primer momento bien señalizado en cada cruce. Tras realizar el sendero una amplia curva llegaremos a una zona de trepe fácil, sólo con apoyar las manos es suficiente para salvarlo y llegaremos, en 50 minutos desde la anterior bifurcación, al desvío de la Fajeta, el cual dejaremos atrás y continuaremos hacia las clavijas.

Las clavijas de Carriata son dos tramos equipados que, más que complicados, impresionan por la sensación de altura. El primero de ellos es más sencillo y menos vertical que el segundo tramo, que consta de una chimenea vertical de unos ocho metros encajada en la roca. Chino chano, poco a poco, apoyando bien los pies y buscando agarres para las manos iremos ascendiendo uno a uno los clavos hasta superar esta prueba. Muy importante extremar la precaución en ambos puntos y evitarlos cuando no estemos seguros de poder salvarlos.

Clavijas de Carriata
Ya arriba, con la satisfacción de haber superado las clavijas, sólo queda seguir el sendero y disfrutar, sobre todo disfrutar. No todos los días te encuentras en lugares así. Divisaremos la Fajeta, por la que luego caminaremos, la Faja de las Flores, Ordesa con la pradera muy debajo de nosotros y algún que otro sarrio que nos da la bienvenida.

Tras cuatro horas nos plantamos en la cima del Tozal del Mallo, desde donde contemplaremos la entrada al valle de Ordesa desde la localidad de Torla, el curso del río Arazas, el pliegue acostado y los picos Mondarruego o Punta Escuzana (2848 metros), Gallinero (2752 m), Otal o Arañonera (2701 m), Tendeñera (2845 m), Cebollar (2179 m), Mondiciero (2295 m),  Litro (2019 m), Manchoya (2033 m), entre otros muchos. Al sur, la Sierra de las Cutas y Punta Acuta (2247 m). La panorámica es impresionante y la ascensión no es excesivamente dura para la recompensa que nos ofrece.

Paso de la Fajeta
Tras reponer fuerzas, comenzamos el camino de regreso. La vuelta, como ya hemos dicho, no la realizaremos por las clavijas sino por la Fajeta. Antes de llegar a la misma, nos encontramos con una zona de entretenidos y sencillos destrepes. El sendero desaparece pero los abundantes mojones nos ayudan a descender. Cruzaremos de nuevo el barranco de Salarons y poco después llegaremos a la Fajeta.

La Fajeta es un corto y expuesto sendero de poco más de un metro de ancho que sirve como alternativa a las clavijas y que está provisto de pasamanos. Discurre colgada por el borde del precipicio pero impresiona menos que desde arriba. Tras recorrerla, nos queda seguir el camino hasta llegar, en menos de dos horas de descenso, al inicio de la Faja Racón. 

'Rincón' de Faja Racón
Esta faja discurre colgada a más 1800 metros de altura por la base de las paredes del pico Gallinero y comunica los circos de Carriata y Cotatuero. Es un sendero cómodo, sin desnivel apreciable y con unas vistas preciosas del valle.

El nombre de esta faja se cree que está relacionado con un rincón de la misma, por el que discurre el barranco de l'Abellana. En aragonés, "racón" significa "rincón". Desde luego que este bonito rincón es digno de tener el privilegio de darle nombre a este sendero.

Tras una hora y cuarto llegamos al final de la faja pero, antes de continuar el regreso hasta la pradera, nos acercamos hasta el puente sobre el barranco de Cotatuero para contemplar a lo lejos la cascada, de más de 200 metros de altura. 

Barranco y Cascada de Cotatuero
Tras realizar las fotos pertinentes, continuamos descendiendo acompañados por el sonido de las aguas del barranco hasta la pradera, a la que llegaremos en poco más de una hora desde el puente anterior, y en la que ponemos punto y final a esta gratificante ruta tras aproximadamente ocho horas y media de camino.

A pesar de ser una ascensión, no vamos a catalogarla de dura. Los 930 metros de desnivel son bastante sencillos. La única precaución y dificultad de la ruta son los dos tramos de clavijas y el paso de la Fajeta. Por lo demás, es una ruta sencilla para disfrutar de la grandeza de este Parque Nacional. ¡Esperamos que os animéis a realizarla!

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domingo, 30 de noviembre de 2014

Miradores de Revilla

Circo de Angonés y barranco Os Sacos
Ya os hablamos anteriormente de la Garganta de Escuaín, pero nos quedó pendiente hacer la ruta de los Miradores de Revilla. Es un sendero que, probablemente, sea el más frecuentado de este sector del Parque Nacional de Ordesa y Monte Perdido.

Esta ruta no deja de ser un paseo. Es corta, tanto en distancia como en tiempo, sombría y altamente gratificante. Recorreremos sus apenas dos kilómetros en menos de una hora, a lo que habrá que sumarle la vuelta. Por tanto, es ideal para realizar en familia por su sencillez.

El sendero se inicia justo antes de entrar al pueblo de Revilla, en una curva cerrada a la derecha, y se encuentra bien indicado con dos paneles interpretativos y con varias señales a lo largo de su recorrido.

Cruzaremos por un puente metálico el barranco de Consusa, muy descendido por los amantes de este deporte, y caminaremos por una zona de muros de piedra que, antes de su abandono en los años 70, servían para delimitar las zonas de cultivo.

Garganta de Escuaín. Fuente del Yaga
Otro punto de interés de la ruta es la Peña La Faixa, también conocida como Peña del Teléfono, a donde los vecinos de Revilla acudían para comunicarse a gritos con sus homólogos de Escuaín, al otro lado del valle.

Al cuarto de hora de camino, nos encontraremos con un desvío hacia las ruinas de la ermita rupestre de San Lorién, construida en el siglo XI. En la roca, podemos apreciar unos grabados que se cree que son manifestaciones populares de carácter religioso realizadas entre los siglos XVI y XIX.

Volvemos al sendero principal y llegamos al primero de los tres que vamos a ver con vistas a la Garganta de Escuaín, al río Yaga y al Castillo Mayor (2014 metros), que nos acompaña a lo largo del camino.

Garganta de Escuaín. Peña del Teléfono
Tras cuarenta minutos desde el inicio, llegaremos al segundo mirador. Descubriremos la Fuente del Yaga, el nacimiento de este río, el Circo glaciar de Angonés y el barranco Os Sacos. Un buen lugar para disfrutar del silencio y del vuelo de algún quebrantahuesos.

El tercer mirador lo tenemos a escasos metros, así que no nos costará nada llegar hasta él. Desde él, podemos divisar el pueblo de Escuaín custodiado por el Castillo Mayor y Cuello Ratón, por donde discurre el límite del Parque Nacional.

La vuelta la realizamos por el mismo camino, disfrutando de la panorámica de la Peña Montañesa (2295 metros), Peña Solana (1903 metros), Punta Lierga (2267 metros) y, tras ellos, asomando el macizo de Cotiella (2912 metros).

Esta ruta se puede hacer circular. Es por ello que nos encontraremos una bifurcación antes de llegar a los dos últimos miradores en la que ascenderemos unos 100 metros para descender a Revilla por un sendero muy soleado y con interesantes lapiaces de roca caliza.

Castillo Mayor y Escuaín entre la vegetación
Esperamos que no tardéis en conocer este sendero, ideal para pasar una mañana o tarde en familia. Tiene alicientes para ello. ¡Os lo recomendamos al 100%!

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jueves, 30 de octubre de 2014

Ascensión al Petit Astazou (3015 metros)

Balcón de Pineta
Mucho tiempo llevábamos queriendo subir al Balcón de Pineta y, por fin, cumplimos nuestro propósito. Y además, con creces, porque aún tuvimos fuerzas para ascender a nuestro primer tresmil, el Petit Astazou o Astazou Occidental (3015 metros).

Quién nos iba a decir que acabaríamos el año a esta cota, cuando el año pasado nos quedamos sin subir más allá de los 2270 metros del Puerto de Bujaruelo. Muy contentos por haber terminado y disfrutado de un pico que, para ser un tresmil, es bastante accesible. 

Comenzamos el largo camino en el aparcamiento del fondo del valle de Pineta. Saliendo del mismo se inicia el sendero que cruza el río Cinca por una pasarela metálica con indicaciones hacia el Camino de Marboré, las Cascadas del Cinca y Llanos de Lalarri. El sendero nos adentra en un frondoso y sombrío bosque y poco a poco comenzamos a ascender.

Glaciar del Perdido y Cilindro
Tras una hora desde el inicio, saldremos del bosque con una vista espectacular de las Cascadas del Cinca, y proseguiremos hasta una nueva bifurcación. A la izquierda dejaremos el desvío hacia las Cascadas del Cinca, Collado de Añisclo y la Faja Tormosa, a la derecha se queda el Camino de Montaspró, mientras que nosotros seguimos recto. 

Como podéis ver, el valle está lleno de alternativas para los amantes de la montaña. De alguna de ellas hemos tomado nota para el futuro…

A partir de aquí, un único desvío marcado hacia el Balcón de Pineta que deja a la derecha el Puerto de la Lera y el camino al Circo francés de Estaubé antes de encarar el imponente paredón que tendremos que salvar. A pesar de la aparente inaccesibilidad, el sendero es fácil de seguir gracias a los mojones o hitos que nos vamos encontrando. Sendero en continua pendiente y algunas en zonas algo inestable al pisar. Mucha paciencia y tomarlo con calma.

Ibón de Marboré y Refugio de Tucarroya
La ascensión al Balcón de Pineta es monótona y sin descansos, a ratos dura y a ratos más suave, pero sin tregua. La panorámica no cambia y parece que no avances. Pero al llegar arriba tras tres horas te sientas, respiras profundamente y logras saber el porqué has subido más de 1200 metros de desnivel hasta llegar allí. La vista de 360 grados es increíble.

Al este, la Sierra de Chinipro (2781 metros) con los picos Robiñera (3005 metros), Peña Blanca (2902 metros) y La Munia (3132 metros) detrás de ella. Al noroeste y al fondo, divisamos los Astazous. A nuestros pies, el largo valle de Pineta. La cara norte de Monte Perdido (3355 metros), su glaciar y el Cilindro (3328 metros) nos acompañarán por el sur hasta nuestro objetivo.

Circo de Gavarnie
Tras el descanso obligado en el Balcón, seguimos camino. Cruzaremos un caos de roca marcado con abundantes mojones que nos facilitan el progreso por la Plana Marmorés, y tras cuarenta minutos desde el Balcón, llegaremos al lago de Marboré. Vemos el que fue el primer refugio del Pirineo, el Refugio de Tucarroya (2660 metros), con capacidad para 15 personas, ubicado en la llamada Brecha de Tucarroya, separación entre España y Francia.

El camino se hace largo pero tiene zonas en los que las piernas descansan y toman fuerzas para el último y duro tramo de subida al collado del Astazou (2953 metros) y a la cima (3015 metros). Este tramo nos cuesta casi una hora y cuarto y subir al collado, un poco menos de media hora. Vemos dos montañeros con los que coincidiremos e intercambiaremos impresiones en la cima descendiendo del Gran Astazou (3071 metros) por el collado de Swan.

Sierra de Chinipro, Peña Blanca, La Munia y Robiñera
Desde el collado a la cima nos separan diez minutos. La cresta es muy horizontal y sólo con caminar con cuidado se llega a la cima. Impresiona tener a ambos lados varios cientos de metros de caída por lo que, más que nunca, extremar las medidas de seguridad.

Ya en la cima, tras cinco horas y media de trayecto, la vista deja boquiabierto a cualquiera. Al sur, el Circo de Gavarnie nos da la bienvenida junto con el Taillón (3144 metros), el Dedo (2907 metros), la Falsa Brecha, Bazillac (2976 metros), la Brecha de Rolando (2804 metros), el Casco (3006 metros), la Torre de Marboré (3012 metros) y los Picos de la Cascada. Si agudizamos la vista, podemos ver el Refugio de Serradets, a 2587 metros. Y al noroeste el imponente macizo del Vignemale (3299 metros), el manto verde del valle del Pouey d’Aspe y el Lac des Especieres.

Gavarnie desde el Petit Astazou
Al norte, justo a nuestros pies, un cortado con caída libre de más de 1600 metros nos separa del pueblo francés de Gavarnie, bien visible desde la cima, junto con el Pic Rouge de Pailla (2781 metros) y la Hourquette d’Alans (2432 metros). 

Al sureste, el camino que hemos recorrido, con el valle de Pineta al fondo, acompañado por el Monte Perdido y su glaciar, el Cilindro, el lago de Marboré y su meseta y, al este, el Gran Astazou y el Pico Pineta (2861 metros).

La vuelta la realizamos por el mismo camino en unas cinco horas, con los rayos de sol entrando por el valle y disfrutando de las últimas luces del día conforme descendíamos. Sin duda, una experiencia para repetir.

Cascadas del Cinca
Esta ruta supone una dura jornada de senderismo con un desnivel positivo de 1700 metros (3400 metros totales) y casi once horas. Hay que tener claro que no es un paseo y hay que estar preparado para ello. Pero no hay nada más gratificante que cumplir los retos que uno se va marcando y ver el cielo, cada vez más cerca, acariciando la palma de tu mano. 

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viernes, 10 de octubre de 2014

Circular al Pico Musales (2654 metros)

Camino a Ibonziecho. Se abre el valle de Tena
Hace unas semanas hicimos una ruta de una dificultad mayor a las que estamos acostumbrados a realizar. Queríamos ver el valle de Tena desde una perspectiva diferente y, sin duda, lo conseguimos. 

Nuestro afán por conseguir retos nuevos nos llevó a ascender hasta la cima del Pico Musales (2654 metros) pasando por el bonito Ibonziecho y el embalse de Respomuso para regresar acompañando al río Aguas Limpias hasta el embalse de La Sarra.

Es una ruta que catalogamos de dificultad media-alta, no porque haya tramos complicados o expuestos, sino por el desnivel positivo de 1200 metros que tenemos que salvar para alcanzar la cima de Musales. Por lo tanto, para esta ruta se necesita un mínimo de condición física.

Peña Foratata y embalse de La Sarra
Llegamos al embalse de La Sarra (1420 metros), al que se accede desde la localidad de Sallent de Gállego, y aparcamos el coche. Nada más cruzar la presa, a nuestra derecha, encontramos la pista que debemos coger y que nos conducirá al Ibonziecho. La pista está señalizada y restringida para vehículos con una cadena.

Desde el primer momento, la pista tiene un sencillo pero continuo ascenso. Nos encontraremos hitos o mojones que acortan las numerosas lazadas de la pista y nos adentran en un frondoso y sombrío bosque. Lógicamente, estos atajos nos hacen caminar por un sendero con más pendiente que la pista pero, en cambio, ganamos algo de tiempo. La ruta de hoy es larga y cualquier ganancia de tiempo nos vendrá bien para ir más tranquilos.

Ibonziecho. Pico Pazino y Peña Telera al fondo
Una vez terminado el bosque continuamos por la pista divisando la silueta de la Peña Foratata (2341 metros), la Sierra de la Partacua y el Pico Pazino (1965 metros), al que ya ascendimos el año pasado.

Tras salvar la primera mitad del desnivel, nos encontramos con el Chalet, punto de referencia en nuestra ruta, donde dejaremos la pista. Sobre la ladera que hay detrás de él, continúa el sendero que debemos de seguir y que nos llevará al pequeño y tranquilo Ibonziecho (2225 metros) al que llegamos tras 3 horas y cuarto de camino, donde repondremos fuerzas contemplando la panorámica del valle de Tena.

Embalse de Respomuso desde el Musales
Nos queda el tramo con mayor pendiente de la ruta. El ascenso desde Ibonziecho hasta el Collado de Musales (2570 metros) con 340 metros de desnivel que se salvan por medio de lazadas en aproximadamente una hora. Desde el collado hasta la cima nos quedan menos de 100 metros de desnivel, así que recorremos la fácil arista y en pocos minutos llegaremos a la cima.

Una vez arriba, el esfuerzo se ve gratamente recompensado con la panorámica de 360 grados. Nos recibe el Circo de Piedrafita, con el embalse de Respomuso y su pequeño Refugio bien custodiado por los tresmiles de Frondiellas, Balaitous (3150 metros) y Gran Facha (3005 metros), junto con otros como la Peña Aragón (2918 metros), Llena Cantal (2956 metros), Piedrafita (2952 metros), Tebarray (2886 metros) y Campoplano (2717 metros). Todo en una mirada.

Sanchacollons, Infiernos y Macizo de Panticosa
Al oeste, la Peña Foratata se erige abajo, vigilando el valle. Delante nuestro, el Garmo Carnicero (2257 metros), el Pico Arriel (2824 metros), el Pic de Soques (2715 metros) en la frontera y, escondido detrás suyo, el coloso francés del Midi d’Ossau (2884 metros). Al fondo, el pico Collarada (2883 metros) y la zona de Anayet.

Al este, vemos el Pico Sanchacollons (2697 metros), los tresmiles del macizo de los Infiernos con su característica marmolera blanca, los Arnales (3005 metros), Pondiellos (3011 metros), el Garmo Negro (3064 metros), Argualas (3045 metros) y Pico de Algas (3033 metros), formando estos tres últimos el Macizo de Panticosa.

Embalse de Respomuso y Circo de Piedrafita
Da pena tener que descender, pero aún nos queda un largo camino por recorrer. Volvemos al collado, desde el que hay un breve y sencillo destrepe. El descenso parece algo complicado, pero hay buenos apoyos que nos facilitan el trabajo. No obstante, siempre hay que extremar la precaución y apoyar con cuidado en zonas estables.

Tras esta zona, alcanzamos una pedrera sin dificultad y pronto alcanzaremos la hierba de la bonita pradera verde que nos acompañará buena parte del descenso hasta el embalse. Los mojones por esta zona se pierden en alguna ocasión pero teniendo como referencia el azul de las aguas y los riachuelos que nos vamos encontrando, pronto cogeremos el sendero que lo bordea por la izquierda y cruza la presa. Desde el collado tardamos una hora y cuarto hasta la presa.

Barranco de la Balsaroleta
Tras cruzar la larga presa cogeremos el transitado GR-11 que comunica el Refugio de Respomuso (2200 metros) con el embalse de La Sarra, no sin antes descansar en la Ermita Virgen de las Nieves y fotografiar este rincón rodeado de poderosas e inmensas paredes. Resulta complicado poder olvidarse fácilmente de esta estampa.

Retomamos el camino hasta La Sarra siguiendo el curso del río Aguas Limpias. La primera parte es muy pedregosa, incómoda e inestable pero el terreno va mejorando a medida que vamos descendiendo.

Pasaremos por delante de la cascada que forma el barranco de Arriel y por el bonito Paso del Onso, donde el río se encañona. Nos queda únicamente seguir el cómodo sendero hasta cruzar los barrancos del Garmo Negro, el de la Balsaroleta, con su fabulosa cascada, y el del Ministiro hasta ver finalizada nuestra ruta circular de hoy en el embalse de La Sarra tras unas 8 horas de camino.

Juego de luces: atarceder
Recomendamos no cruzar el pequeño puente al llegar a La Sarra y continuar por la derecha para rodear el embalse por sendero hasta llegar a la presa, punto donde comenzamos la jornada. Es un camino sombrío y tranquilo que nos aportará una visión diferente de este bonito lugar.

La ruta que hemos realizado es una de esas que te dejan boquiabierto. Eso sí, es una ruta de larga duración y de desnivel considerable, por lo que se necesita estar habituado a la montaña. Nosotros lo estamos y, para los más perezosos, la hemos detallado aquí. Esperamos que os haya gustado.

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miércoles, 17 de septiembre de 2014

O Saldo de Escarrilla

Cascada O Saldo 
Os presentamos un itinerario sencillo en esta ocasión. Se trata de O Saldo de Escarrilla, un lugar en el que el río Escarra se precipita formando una bonita cascada de unos 50 metros de altura y una poza circular cerrada entre grandes paredones de roca erosionados con el paso de los siglos.

Nuestro punto de partida es la boca sur del túnel de Escarra, a la salida de la localidad de Escarrilla, en el valle de Tena. Antes de cruzar el puente sobre el río nos encontramos un cartel indicador de la ruta que nos indica una duración de 40 minutos, pero ponedle algo más de tiempo, anda próximo a una hora. Hoy el PR-HU-91 será nuestro compañero.

Dimensiones de la poza
Los primeros metros caminaremos por la antigua carretera hasta coger un sendero a la izquierda señalizado con varios hitos de piedra. El sendero es estrecho y muy vestido de vegetación y poco a poco vamos ascendiendo de forma llevadera sin desviarnos del camino principal. En algunos tramos nos encontramos con pequeñas bifurcaciones sin señalizar que nos pueden confundir.

Cruzaremos dos pequeños barrancos sin dificultad y siempre seguiremos los pocos mojones que nos encontraremos en esta primera mitad de recorrido. Poco a poco iremos dejando atrás la espesa vegetación hasta alcanzar una zona soleada de roca caliza con pendiente más pronunciada. Extremar la precaución si el terreno está mojado ya que se hacen muy resbaladizos algunos tramos. 

Panorámica del lugar
A los 35 minutos llegaremos a una pista forestal procedente de Escarrilla. Seguiremos por ella unos metros, atravesando una valla para el ganado, y al poco tomaremos un desvío bien señalizado con estacas de madera con marcas amarillas y blancas.

Este sendero es el que tendremos que seguir hasta el final de la ruta. Cruzaremos el barranco de Tallata y comenzaremos a descender hasta el cauce del río Escarra. Un panel interpretativo nos informará lo que pocos minutos después veremos ante nuestros ojos, un rincón espectacular que bien merece ser visitado.

Escarrilla y Panticosa al fondo
La poza, de unos 20 metros de diámetro, se puede rodear por completo, lo que recomendamos encarecidamente. Eso sí, el baño está prohibido por la presencia de una captación de aguas para consumo humano río abajo, una auténtica pena.

Una hora aproximada nos separa de este bonito lugar que esperamos no tardéis en conocerlo. Un itinerario de apenas 300 metros de desnivel, en ocasiones con moderada pendiente, por el entorno del valle de Tena. Un rinconcito especialmente bonito cuando hay un buen caudal en O Saldo.

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miércoles, 3 de septiembre de 2014

Ibón de Espelunziecha

Ibón de Espelunziecha
Hace un par de semanas nos fuimos a la cabecera valle de Tena a visitar el ibón de Espelunziecha, situado a 1950 metros de altura. Se trata de un pequeño oasis de paz ubicado en el entorno de la Estación de Esquí de Formigal, en un rinconcito escondido de sus remontes rodeado de montaña.

Es una ruta muy sencilla de apenas 240 metros de desnivel y 6 kilómetros ida y vuelta, ideal para realizar en familia y con niños. El punto de partida es el aparcamiento de Espelunziecha o del Portalet, muy próximo a la frontera con Francia, pasado el pueblo de Formigal.

Punto de inicio. Parking del Portalet
Desde su inicio, el camino no tiene pérdida alguna. Simplemente seguiremos la pista que se dirige al collado de Canal Roya, uniendo así el valle de Tena con el del Aragón por este amenazado valle del que ya os hablamos anteriormente. Podemos acortar la pista varias veces por senderos evidentes y evitarnos alguna lazada.

Conforme vamos avanzando, podemos hacernos la idea de la ubicación de nuestro objetivo, situado en el circo conocido como la Rinconada de Espelunziecha.

A los 45 minutos de camino, cogeremos un evidente sendero a la derecha que remonta por la margen izquierda el barranco de Espelunziecha, que recoge las aguas del ibón, para llegar pocos minutos después a este bonito lugar. No dejéis de rodearlo y visualizar la panorámica desde cada uno de sus lados porque no os dejará indiferentes.

Desde otro ángulo
Destaca el pequeño macetero natural que hay en el interior del agua, aportando un detalle que difícilmente veremos en algún otro ibón. Todo ello acompañado por los picos Peiralún (2440 metros) y los tremiles Balaitous, Frondiellas, Infiernos y Garmo Negro como telón de fondo.

Tras reponer fuerzas en su orilla y ver algunos renacuajos y tritones, regresamos por el mismo camino, pudiendo contemplar una manada de caballos salvajes en el entorno del ibón y alguna marmota que alertaba de nuestra presencia a sus compañeras. Si caminamos en silencio y atentos, la fauna que podemos observar seguro que os sorprenderá.

Garmo Negro e Infiernos
Para finalizar nuestra excursión, recomendamos acercarse hasta la explanada del Portalet para contemplar de cerca la parte francesa de la frontera, con la imponente figura del coloso Midi d’Ossau (2885 metros) frente a nosotros.

Sencillo paseo hasta un rincón poco frecuentado donde disfrutar de la naturaleza y de la tranquilidad que nos falta en nuestra vida diaria. Si la ruta os resulta corta, podéis continuar por la pista hasta el collado de Canal Roya y acercaros hasta el entorno de los ibones de Anayet.

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jueves, 21 de agosto de 2014

Rinconcitos de la Bal de Chistau

Panorámica desde la Cruz de Puyadase
Hace tres meses os hablamos en un artículo sobre él, pero siempre es un buen momento para volver a escribir sobre el valle de Chistau. Os dimos a conocer el valle de forma general, pero siempre quedan lugares que describir de forma más extensa.

Para nosotros, los pequeños detalles son los que hacen recordar de una manera diferente nuestros viajes y, por ello, hoy os mostramos varios de esos rinconcitos que pasan desapercibidos para la mayoría por resultar desconocidos y que merece la pena conocer para llevarnos un agradable recuerdo de los mismos.

Merendero Cruz de Puyadase
El primero de ellos se encuentra en Chistén y es el merendero llamado Cruz de Puyadase. De acceso fácil por pista señalizada y situado a un par de kilómetros del pueblo, es un lugar donde gozaremos de una bonita panorámica de la cabecera de la Bal de Chistau y la Sierra de Chía.

Panorámica en la que abundan las bordas, como las de la Poma, hoy la mayoría ya en desuso, pero que otorgan al paisaje un encanto especial. Al sur y abajo divisamos San Chuan de Plan y su Cabo Lugá o Barrio Alto y la carretera de acceso a Chistén. Un mirador que pasa desapercibido fácilmente si no se conoce.

El merendero está adaptado para personas con movilidad reducida. Encontramos varias mesas y bancos de piedra para comer, además de una pequeña y restaurada caseta con chimenea donde se pueden realizar barbacoas en los periodos en los que la normativa lo permite. Un buen lugar donde pasar un día en familia.

Bordas de Biadós
Descendiendo de Chistén hacia San Chuan de Plan y tomando a la izquierda una pista señalizada llegaremos a nuestro segundo lugar con encanto, las bordas de Biadós. Tras 10 kilómetros de pista en buen estado (unos 30 minutos) llegaremos al Refugio de Viadós (1760 metros), desde donde la panorámica es de postal. Frente a nosotros, la cara oeste del macizo del Posets, formada por los tresmiles Veteranos, Gemelos, Espadas, los Eristes y el nombrado Posets, entre otros y la verde llanura donde se ubican las famosas bordas.

Lugar de inicio de múltiples rutas y ascensiones, el Refugio consta de múltiples servicios y tiene una capacidad de 70 personas. Abierto desde Semana Santa hasta septiembre, es utilizado por un gran número de montañeros. Si lo tuyo no son las grandes caminatas, basta con darse una vuelta por su entorno y disfrutar de este privilegiado lugar.

Basa la Mora
Ya de vuelta, ascenderemos al lugar más famoso del valle, el ibón de Plan o Basa la Mora. Para ello, nos dirigimos al pueblo de Saravillo. Tras coger el ticket (pago de 3€ en verano), ascendemos por pista en buen estado gracias a los últimos trabajos de mantenimiento, y llegaremos en unos 40 minutos al Refugio de Lavasar, donde aparcamos e iniciamos el sendero de 20 minutos a pie hasta la Basa.

Como es lógico, en agosto la Basa se encuentra algo baja de nivel, lo que no le resta encanto. Eso sí, recomendamos subir en primavera y al atardecer, puesto que las últimas luces del día se reflejan en el agua dando un aliciente extra al fotógrafo.

Mirador de Lavasar
Si la Basa te ha cautivado, también lo hará el Mirador de Lavasar. Las vistas que desde él se divisan son impresionantes. Plan, San Chuan y Chistén y toda la cabecera del valle desde lo alto. Una maravilla y todo un descubrimiento.

Estos fueron los lugares que descubrimos en nuestro último viaje al valle. Detalles que hacen que cada vez estemos más enamorados del mismo. Esperamos que os hayan gustado y que no tardéis demasiado en conocerlos.

Más información sobre el valle aquí.
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martes, 5 de agosto de 2014

Congosto del Entremón

Salida del Congosto del Entremón
Hace algún tiempo mencionamos el Congosto del Entremón en un artículo llamado ‘Defensas de altura’, en el que hablábamos de la ruta que asciende al conjunto de Samitier.

El día que realizamos esa ruta supimos que tendríamos que volver para realizar el sendero del Entremón. Las vistas que desde el castillo se divisaban no nos dieron lugar a dudas. Y la semana pasada pudimos disfrutar de este camino.

Hasta la construcción de la presa del embalse de Mediano en 1959, el Entremón fue un paso muy temido por los navateros del Sobrarbe. Sus remolinos, sus rápidos y el alto riesgo de chocar con sus rocas lo hacían muy peligroso. En época de mayencos, éstos hombres descendían el río Cinca en las navatas para transportar la madera de las mismas desde los Pirineos hasta zonas bajas para su posterior venta.

Hoy se trata de un desfiladero por el que discurre remansado el río, entre los embalses de Mediano y de El Grado. Andamos por un sendero estrecho y agradable, de tres kilómetros de longitud (sin contar la vuelta), en algunos tramos excavado en la roca, muy fresco y sombrío sin apenas desnivel ideal para realizar en familia.

Cueva de las Palomas
Partimos de las inmediaciones de Ligüerre de Cinca, en concreto desde el puente que cruza el río en dirección hacia Palo y el valle de La Fueva. En un pequeño aparcamiento nada más cruzar el puente dejamos el coche y nos encontramos unos paneles informativos sobre la ruta.

Iniciamos nuestro camino recorriendo la carretera unos 150 metros hasta que encontramos a la izquierda unos postes señalizados que nos adentran en el estrecho. Hoy recorremos el Sendero Histórico GR-1 con destino a Humo de Muro y su ruta ornitológica.

Turquesas del Cinca 
Tras un inicio en ligero ascenso la panorámica se va abriendo ante nosotros, divisando Ligüerre de Cinca y la cabecera del embalse de El Grado, algo bajo de caudal.

Poco a poco nos introducimos en el cañón, erosionado durante siglos por el agua, hasta llegar al primer punto de interés, la Cueva de las Palomas. A lo alto sobre sus paredes, casi desapercibido, encontramos el conjunto de Samitier (s. XI), formado por la iglesia y el castillo, que nos acompañará durante la ruta.

Este tramo es el más estrecho, pero no por ello complicado. Con prestar atención a nuestros pasos no tendremos problemas para superarlo. Continuamos avanzando y el estrecho se va abriendo poco a poco, mostrándonos toda su belleza. Llegaremos en unos minutos al lugar más espectacular y más peligroso de la ruta, conocido como el Paso de la Media Caña.

Este paso fue excavado en la roca por el hombre hace siglos, dada la imposibilidad de un camino alternativo por la verticalidad de sus paredes. Es difícil imaginar lo duro que debió de resultar esta tarea y el tiempo que tardaron en realizarla. Merece la pena detenerse unos minutos, el mejor lugar para divisar las azuladas aguas del Cinca y su fluir por el Congosto.

Presa de Mediano
Tras contemplar la panorámica, seguimos camino hacia la presa del embalse de Mediano. Un nuevo paso provisto con cinco peldaños metálicos nos facilitará el progreso. Superaremos las muchas torrenteras de piedras (pedrizas) del camino y llegaremos a un panel que nos indica el fin de la ruta ornitológica.

A partir de este punto el sendero pierde belleza, pero nosotros continuamos en corta y dura pendiente por el mismo hasta llegar a una pista que desemboca en la carretera de acceso a la central eléctrica, atravesando varios túneles con detector de presencia que se iluminan conforme vamos avanzando. 

Torre de Mediano
Nada más salir de ellos, nos encontramos a los pies de la presa y subiremos unas escaleras que nos conducen a su parte alta y al final de la ruta.

Resulta sobrecogedor contemplar la punta de la Torre de Mediano en medio del embalse, resistiendo todavía a su cruel pasado. Es difícil no prestar atención unos minutos a tan triste lugar e imaginar lo que para sus gentes supuso el abandono de su pueblo para la construcción de este embalse. A lo lejos, Aínsa, la Peña Montañesa, los Sestrales y las Tres Sorores nos reciben.

El Paso de la Media Caña
La vuelta la realizamos por el mismo camino aunque se puede hacer circular, regresando por la margen derecha del río. Es un sendero pendiente de limpieza que no está recuperado totalmente y que fue el utilizado para la construcción de la presa de Mediano.

Si no se conoce la historia de Mediano, merece la pena ver el documental titulado ‘Mediano, la memoria ahogada’, en el que se detalla el duro pasado del pueblo con testimonios de antiguos vecinos que sufrieron en primera persona lo que ocurrió la noche tuvieron que marchar para siempre de sus casas dejando en ellas toda una vida. Esa fatídica noche del 29 de abril de 1969.




lunes, 21 de julio de 2014

Ibones de Anayet por Canal Roya

Panorámica de Canal Roya
Por desgracia, mucho se está hablando últimamente de Canal Roya. El proyecto que el Gobierno de Aragón hizo público en abril ha puesto al valle en boca de todos. 

Dicho proyecto consistirá en la unión de las Estaciones de Esquí de Astún, Candanchú y Formigal destruyendo este entorno paisajístico para el que no encontramos calificativos en un período de diez años, suponiendo un despilfarro mínimo de sesenta millones de euros.

El valle de la Canal Roya es un valle glaciar de pasado volcánico con escasa innivación invernal. Esto supondrá, además, un aumento del coste para el mantenimiento de unas instalaciones construidas en un lugar que no reúne las características para la práctica del esquí y que con el paso de los años irá a más por efecto del cambio climático.

La Rinconada
Si este proyecto sigue adelante, son muchas las preguntas que nos hacemos. ¿Hace falta gastarse todo ese dinero en los tiempos que corren? ¿Merece la pena sacrificar de esta manera la riqueza que atesora este lugar? ¿Es rentable este megaproyecto abocado a su utilización por parte de unos pocos? ¿Es éste proyecto una forma de desarrollo sostenible?

Desde hace mucho tiempo se ha venido reivindicando la protección de la zona y su declaración como Parque Natural por parte de muchos colectivos y asociaciones ecologistas pero no se ha llegado a conseguir (ni se espera que ocurra mientras siga en pie el proyecto). Ésta protección abarcaría a Canal Roya, al macizo de Anayet, al Canal de Izas y a la Sierra de la Partacúa.

Canal Roya a vista de pájaro
Tras esta reflexión, fuimos a conocer los ibones de Anayet subiendo por Canal Roya. Nuestro punto de inicio fue el Hotel Santa Cristina (1250 metros), al norte de Canfranc-Estación, bien señalizado desde la carretera. Cogimos la mochila y comenzamos a caminar siguiendo la carretera en dirección Astún-Candanchú.

Tras unos quince minutos, llegamos a la entrada del Camping de Canfranc por la que debemos pasar. Nos encontraremos de frente una pequeña bajada que nos lleva a un puente sobre el río Aragón. Lo cruzamos y seguimos por la pista hasta que, a pocos metros, nos encontramos con unos carteles indicativos que nos suben por unas escaleras hasta el llano del camping.

Ibón superior de Anayet
Cruzaremos el camping y llegaremos a un refugio de piedra donde hay un desvío señalizado hacia los ibones de Anayet. Lo tomamos y alcanzaremos la pista que nos adentra en la Canal Roya. Pasaremos por la Fuente de los Cerezos y más adelante la abandonaremos para coger el sendero que nos acompañará hasta el fondo del valle.

Cruzaremos el río de la Canal Roya por una pequeña pasarela de cemento y seguiremos las indicaciones hacia Formigal y Anayet. A partir de aquí, el sendero no tiene pérdida hasta llegar a La Rinconada, final del valle y el lugar donde se precipitan las aguas de los ibones formando unas bonitas cascadas que reciben el nombre de ‘El Salto del Agua’ (1920 metros).

Ibón inferior de Anayet
La Rinconada tiene un encanto especial. Es un lugar rodeado de grandes paredones y en sus llanos de manto verde podremos encontrar caballos salvajes pastando. El agua de las cascadas rompe el silencio en su caída formando el río de Canal Roya y unos bonitos meandros, bien visibles conforme vamos ascendiendo la última parte del camino. 

Duro repecho el que nos queda hasta llegar a los ibones. Parece que no hay camino evidente, pero las marcas de GR-11 y los mojones son abundantes y nos ayudan a ascender mediante lazadas que hacen que la pendiente sea menos pronunciada. Si andamos sigilosos podremos ver, con un poco de suerte, alguna que otra marmota y algún sarrio por las alturas.

De vuelta por Canal Roya
Nuestro esfuerzo tiene recompensa tras tres horas y media de subida. Y ésta no es otra que encontrar frente a nosotros una panorámica que difícilmente se olvida. Las nubes nos impidieron ver el Midi d’Ossau (2884 metros), el Pico Anayet (2574 metros) y parte del Vértice de Anayet (2555 metros), pero nos quedamos sorprendidos de la belleza de los ibones. Estamos a 2230 metros de altitud y disfrutando de la tranquilidad que nos envuelve. No dejéis de rodear los ibones y ver sus diferentes panorámicas, a cual mejor.

La vuelta la hicimos por el mismo camino de ida pero, si se continúa el GR-11, podemos descender en unas tres horas hasta Formigal, comunicando el valle del Aragón con el de Tena en aproximadamente siete horas de bonita travesía. 

Cascadas del 'Salto del Agua'
Esta es una ruta que recomendamos hacer en primavera o principios de verano ya que, con el deshielo, el Salto del Agua y los ibones tienen un buen caudal. Entrado el verano es posible que las cascadas estén secas y el nivel de los ibones se haya reducido considerablemente. La belleza del lugar es espectacular en cualquier época, pero si se quiere ver en su máximo esplendor, es con los mayencos la mejor fecha para visitarlo.

Con esta ruta queremos hacer saber que todos los espacios naturales son más importantes que cualquier pista de esquí. Que si amas la naturaleza como la amamos nosotros estarás en contra de este proyecto y que si conoces Canal Roya entenderás de qué estamos hablando. ¡SALVEMOS CANAL ROYA!

El manto verde y sus barrancos
Más fotos sobre esta ruta en nuestra galería de Pinterest.

Existe una iniciativa popular de recogida de firmas en contra del proyecto. Haz click aquí para acceder. Nosotros ya hemos firmado y tú, ¿a qué esperas?