Escartín. Chaminera de Buisán |
El Pirineo no es sólo montañas y valles.
En ocasiones, nos sorprende con lugares donde antes hubo vida y que hoy sólo
esconden sentimientos y recuerdos enterrados bajo montones de piedras.
Todas estas piedras tienen historias
que contarnos. Son testigo de un doloroso paso del tiempo que ha acabado por
dilapidar cualquier resistencia contra la naturaleza. Naturaleza que siempre
gana y que se apodera lentamente de todo lo que encuentra a su paso.
Esto es lo que sientes cuando te
adentras en Sobrepuerto, un territorio deshabitado que atrapa a cualquiera que
camine por él. Triste y silenciosa, es una zona especial, de la que incluso se han
escrito novelas como la famosa “La lluvia amarilla” de Julio Llamazares
o “Memoria de un montañés” de José Satué.
Calles de Bergua |
Hasta esta ruta, sólo conocíamos
el camino que desde Oliván se dirige a Berbusa y Ainielle, así que nos propusimos hacer una circular
para visitar los despoblados de Escartín y Basarán y el ansiado paraje del Puen
d’as Crabas.
Partimos del pueblo de Bergua
(1030 metros). Para llegar hasta aquí hemos de coger en Fiscal una carretera en
mal estado que, en 7 kilómetros de continuos baches, nos deja en su entrada.
Aparcamos los coches aquí y descendemos ya caminando hasta sus casas.
Indicaciones curiosas en Bergua |
Bergua no sólo ha conseguido
resistir a la despoblación sino que comienzan a verse tejados arreglados y
chamineras con fumo. El pueblo combina casas rehabilitadas con casas
espaldadas. Un cobertizo con buzones es lo primero que nos encontramos.
Paseamos por sus calles, pasando
junto a la iglesia parroquial de la Asunción (s. XV). Vemos unos curiosos
paneles direccionales hechos a mano que nos abren todo un abanico de itinerarios
para conocer Sobrepuerto y muchos de sus despoblados: Escartín, Otal, Ainielle,
Basarán, Cillas, Cortillas, Sasa, Ayerbe de Broto y la Pardina de La Isuala.
El PR hacia las pozas de Bergua |
Nos hayamos al sur de las peñas
Erata (2003 metros), Pelopín (2005 metros) y Manchoya (2033 metros). Un paraje
caracterizado por un relieve alomado, donde barrancos como el Forcos han
cincelado, a lo largo del tiempo, magníficos valles secundarios. La vegetación
es una de las más exuberantes de la zona, con bosques autóctonos gobernados por
robledales y hayedos y un sotobosque dominado por el boj.
Al oeste del pueblo parte el PR-HU-117,
que discurre por el interior de un frondoso bosque y desciende hasta la confluencia
de los barrancos La Pera y Otal (930 metros), dando lugar al barranco Forcos,
afluente del Ara. En algunas zonas, el camino se encuentra empedrado y delimitado
por muros de piedra donde el musgo crece aprovechando la humedad.
Pozas de Bergua |
Ambos barrancos son salvados por
pasarelas metálicas, a las que llegamos en unos tranquilos 25 minutos. Buen lugar para darse un chapuzón en verano. Tras cruzar
la primera sobre el barranco de La Pera dejaremos a la izquierda el desvío del
PR-HU-3 hacia Basarán, por donde regresaremos.
Cruzando la segunda por encima del
barranco de Otal, veremos otra bifurcación. A la izquierda remontando el barranco
nos iremos a Escartín y Otal y a la derecha hacia Ayerbe de Broto y la
Iglesieta de los Moros, un eremitorio con posible origen altomedieval ubicado
en una pequeña cavidad junto al barranco Peña Blanca.
Descansador de Casa Ferrer |
Por tanto, nos iremos hacia la
izquierda paralelos a la margen izquierda del barranco de Otal.
Pasaremos por el Llano de la Insola, donde el barranco esconde unas
tranquilas pozas de color verde esmeralda.
En unos minutos, dejaremos a la
izquierda un ramal del PR-HU-117 hacia Basarán y “Otal por barranco” (985 metros). Comenzaremos entonces a ascender en dirección Escartín alejándonos
del barranco acompañados por boj, pinos, avellanos y robles.
Inscripción de Antonio Azón. Diciembre de 1930 |
Al ganar altura, la vista va
mejorando poco a poco. Podemos ver el caserío de Bergua en la ladera opuesta al
barranco. Cruzaremos el barranco de San Clemente para, posteriormente,
llegar al descansador d’as Eretas de Casa Ferrer (1080 metros), en cuyo dintel
está inscrito el año 1872.
El camino zigzaguea entre
esbeltos muros de piedra delimitando antiguos bancales y campos de labor. Cuánto
tránsito llevarían estos caminos antaño. Hoy todo es silencio, sólo roto por
nuestro caminar.
Plaza y fuente de Escartín |
Tras 20 minutos desde el
descansador llegamos al Plano Sarrato, donde un nombre inscrito en unas rocas
nos llama la atención. Es el de Antonio Azón, último vecino de Escartín -junto
con su hermana Generosa- que dejó su impronta en varios lugares de Sobrepuerto.
Éste, concretamente, data de diciembre de 1930.
Unos metros más adelante, ya
tenemos la primera visión de Escartín, solitario, en lo alto del cerro. Cruzaremos
el seco barranco Corvera (1260 metros) para afrontar la última parte del ascenso,
rodeados de bancales, y llegar al pueblo (1360 metros) en una hora y media de
marcha.
Escartín. Casa Pedro Escartín |
En su entrada, vemos un panel
direccional con indicaciones hacia “Otal por Matils” y “Basarán / Otal por barranco”. Por éste último es por donde continuaremos la ruta. En
la ladera contraria, se observan las ruinas de Basarán y el pico Oturia (1921
metros) como telón de fondo.
En Escartín se vivía
fundamentalmente con una economía de subsistencia basada en la ganadería. Sus
últimos habitantes Antonio y Generosa, de Casa Navarro, silenciaron el pueblo
en 1966. Desde entonces, el paso del tiempo va dinamitando todo cuanto queda en
pie.
Escartín. Casas Lacasa y Juan |
Entramos al pueblo siguiendo las
marcas de PR hacia “Otal por Matils”. El tiempo se detiene. No se oye nada.
Hace mucho tiempo que aquí ya no queda nadie. Respetamos el silencio. Muros
caídos, casas engullidas por la maleza y otras que se resisten a aceptar su triste
final. Esto es la esencia de Sobrepuerto, un territorio que debe ser protegido.
Era un pueblo bastante grande,
con una plaza en la que aún se conserva la herrería, cuyo dintel data de 1920, la
fuente y el lavadero. Muchas casas y bordas se mantienen en pie a duras penas,
algunas con grandes pórticos y ventanales, y chamineras que ya no
humean.
Escartín. Borda con Basarán y el Oturia al fondo |
En lo más alto, destaca la iglesia
románica de San Julián, de cuyo origen quedan pocos detalles debido a sus
múltiples modificaciones. Se mantiene en precario estado, con muchas grietas. En
la puerta hay un buzón con un libro de visitas donde podemos dejar nuestras impresiones
de tan imponente lugar.
Estamos cerca de 2 horas y media
recorriendo el pueblo y entrando hasta donde nos permite la vegetación. Cada rincón
nos detalles de vidas pasadas. Qué duro debió de ser para aquellas gentes dejar
parte de su vida aquí y emigrar en busca de un futuro mejor.
Escartín. Iglesia de San Julián |
Con tristeza, volveremos al desvío anterior, a
la entrada del pueblo, y seguiremos el PR en dirección “Basarán por
barranco”. Descendemos entre bancales por una senda que se encuentra muy
vestida y, en ocasiones, nos hemos de abrir paso entre el boj y las aliagas. Se
nota que éste sendero es menos frecuentado. No conviene perder las referencias
amarillas y blancas del PR.
En menos de media hora, llegamos
al barranco de Los Huertos y a la fuente Os Moros (1130 metros). Cruzaremos el
barranco y, en pocos minutos, pasaremos junto al molino de Casa Buisán, con una
enorme muela incrustada en su pared fechada en 1870.
Molino de Casa Buisán |
Minutos después, una bifurcación nos
marca el camino a Otal, Basarán y Bergua. Siguiendo el PR hacia Basarán,
llegaremos a la unión del barranco de Los Huertos con el de Otal en el mágico
Puen d’as Crabas (1040 metros).
Un rincón increíblemente bello,
solitario y salvaje. Aprovechamos para comer disfrutando del rugido del agua,
donde el barranco de Otal forma una cascada rodeada de
flysch rocoso.
En este paraje se ubicaba una
gran losa que hacía de puente uniendo ambas orillas hasta que, en 1976, una
riada se llevó este paso natural.
Barranco de Otal en el Puen d'as Crabas |
Remontando el barranco de Otal
por su margen izquierda siguiendo las marcas del PR, llegaremos a un
estrechamiento del mismo que permite cruzarlo y comenzar a ascender mediante
lazadas hacia Basarán por el interior de un umbrío bosque.
Dejaremos a la izquierda un
desvío hacia Bergua por el camino bajo del Paco de Basarán, marcado con una
pequeña señal de madera. En menos de media hora desde el Puen d’as Crabas,
llegamos a un cruce donde cambiamos el PR-HU-117 por el PR-HU-3 (1170 metros).
A la izquierda, hacia Bergua. A la derecha, hacia Basarán por un sendero
delimitado por robustos muros de piedra.
Barranco de Otal en el Puen d'as Crabas |
Antes de entrar al pueblo
pasaremos por la fuente de La Pepita, que data de 1932 y, en 15 minutos desde el cruce,
estaremos en sus ruinosas calles (1362 metros). Desde Escartín nos ha costado
algo menos de hora y media.
Basarán es uno de los pueblos peor
conservados de Sobrepuerto. Fue abandonado en la década de los 50 y hoy todo es
maleza y montones de piedras en el suelo. Alguna casa, como Casa Francho, y la
pequeña ermita de La Virgen, al este del pueblo, es de lo poco que se conserva
de pie.
Barranco de Otal |
Su iglesia románica de San Úrbez fue
desmontada piedra a piedra en 1971 y trasladada y reconstruida en Formigal para
evitar que su final fuese como el que ha tenido el resto del pueblo.
Desde Basarán se observa Escartín
en la otra vertiente, dominada por el cordal de Gábalo (1958 metros), Manchoya,
Punta Cotonal (1986 metros), Tozal de la Virgen (1908 metros), Monchoa (1962
metros) y Pelopín, el puerto y el despoblado de Otal, el pico Erata, Asín de Broto
y su ermita de San Mamés, la sierra de Coronas y Peña Canciás (1928 metros).
Basarán. Casa Francho |
El regreso se realiza por el
mismo camino hasta la bifurcación del PR-HU-3 hacia Bergua (20 minutos). Metros
después, cruzaremos el barranco Abe y nos adentraremos en un magnífico bosque
mixto con ejemplares de acebo, avellano, arce, álamo, haya, abeto, serbal, boj,
quejigo y pino silvestre.
En suave descenso por el camino
alto del Paco de Basarán, caminaremos por un sendero almohadillado por hojas que tapizan el suelo. Da gusto pasear por senderos con tanta variedad de
flora.
Basarán. Ermita de la Virgen |
En 40 minutos, nos toparemos con
un desvío de madera hacia el Puen d’as Crabas por el camino bajo del Paco de Basarán-Bergua. Más adelante, dejaremos a la derecha el desvío a Cillas por el Solán
d’Arras (960 metros) minutos antes de regresar a las pasarelas de Bergua.
Desde las mismas, remontaremos el
ascenso final hasta Bergua por el PR-HU-117, que nos dejará en su caserío en una hora y media desde
Basarán.
Paseando por las ruinas de Basarán |
Ruta circular de poco más de 12
kilómetros de distancia con un desnivel positivo acumulado de unos 900 metros
realizada en 4 horas y media sin contar las múltiples paradas que merece.
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