Atardecer sobre la Foz de Salinas |
Regresamos a la Hoya de Huesca
para realizar una atractiva ruta circular en la que disfrutaremos de una gran
variedad paisajística, botánica y geológica.
Vamos a ascender al collado de La
Osqueta, paso natural que comunicaba las poblaciones de uno y otro lado de la
sierra de Santo Domingo, pasando por la espectacular Foz de Salinas y el despoblado de
Salinas Viejo.
Nos desplazamos hasta Villalangua (635 metros), un pequeño núcleo perteneciente al municipio de Las Peñas de
Riglos y ubicado a 9 kilómetros del embalse de La Peña, a mitad de camino entre
Murillo de Gállego y Puente la Reina de Jaca.
Foz de Salinas y collado de La Osqueta |
Desde su casco urbano ya podemos observar
parte de nuestro recorrido, divisando las estrechas paredes de la Foz de
Salinas y el Portillo d’a Osqueta que, con su característica y caprichosa forma
de W, rompe el homogéneo relieve de la sierra de Santo Domingo.
Comenzamos a caminar junto a la
iglesia de San Miguel Arcángel, siguiendo el PR-HU-97 hacia Agüero y el pueblo
viejo de Salinas. Cruzaremos el río Asabón por una pasarela y seguiremos un
sendero por su margen derecha en el que veremos un buen ejemplar de avellano.
Entrada a la Foz de Salinas |
Unos metros más adelante este
sendero enlaza con una pista (620 metros), por la que caminaremos en suave
ascenso durante unos minutos, dejando a la izquierda otra pista sin señalizar (660
metros).
Poco después nos toparemos con un
desvío (670 metros), junto a un gran roble marcescente, donde dejaremos la
pista para tomar un bonito sendero en dirección a Agüero que nos adentrará en
la Foz de Salinas.
Caminaremos entre boj, robles y esbeltos
muros de piedra que delimitan antiguos campos de labor con la sonora compañía
de una acequia a la derecha y del barranco de Salinas a la izquierda.
Fuente de la Rata |
Este camino cuenta con un
conjunto de mesas interpretativas que nos van a dar las claves para descubrir
este singular paraje desde el punto de vista de la formación del paisaje, su
geología, la fauna y la vegetación que nos vamos a ir encontrando.
Nos iremos acercando
a los impresionantes cortados rocosos de la foz. En lo alto de los mismos, vigilando nuestros movimientos, podemos observar una gran cantidad de buitres
leonados que anidan en estas paredes.
Las afiladas agujas de la Foz |
Antes de atravesar la imponente brecha, cruzaremos el barranco de Salinas por un pequeño puente (745 metros) para continuar ascendiendo por su margen derecha y nos encontraremos un desvío señalizado que se dirige al pueblo nuevo de Salinas.
Merece la pena detenernos para contemplar y disfrutar de la verticalidad de este enclave geológico y de las afiladas, escarpadas y estrechas crestas de estos paredones de roca caliza.
Junto a un bonito puente medieval hallaremos la Fuente de la Rata (800 metros), que forma una cascada que cae sobre piedra tosca o toba, fruto de la acción del agua sobre los musgos, tallos y raíces presentes en este salto. Dada su ligereza, era utilizada para la construcción de arcos, ventanas o chimeneas.
Salinas Viejo. Iglesia de Santa María Magdalena |
Iremos dejando atrás el
desfiladero para adentrarnos en el pequeño valle donde se asienta el pueblo de
Salinas Viejo. Ascenderemos con moderada pendiente hasta llegar, tras una hora
de camino, a este despoblado (915 metros).
Salinas Viejo es un asentamiento cuyo
origen se remonta al siglo XII ubicado en un difícil entorno debido a la
existencia de una explotación de sal. La sal provenía de un pozo de agua salada
que desde hace mil años abastecía al Monasterio de Ruesta.
Interior de la iglesia de Santa María Magdalena |
Tan sólo se mantiene en pie la
ruinosa iglesia de Santa María Magdalena (s. XVI), donde podemos observar que
el arco de su entrada está construido con piedra tosca.
En 1950, este núcleo sufrió un
deslizamiento del terreno que motivó el traslado de la población al denominado Salinas Nuevo, ubicado junto a la actual carretera.
El sendero continúa rodeando los
antiguos y trabajados bancales de los alrededores de Salinas. Con el tiempo, la
vegetación ha recuperado lo que fue suyo y van apareciendo, dispersos y
semiocultos entre la maleza, otros vestigios del pueblo.
La W del collado de La Osqueta |
Comenzaremos a ascender entre
pinos y boj hacia el collado de La Osqueta por un sendero empedrado, utilizado
por aquellas gentes cuando subían al alto a pasar largas temporadas. La abrupta
orografía de este terreno no permitía cultivar demasiado y era necesario buscar
zonas más llanas para poder trabajarlo.
Cada vez las lazadas son más cortas
y ganan más desnivel, llegando al collado (1180 metros) en
45 minutos desde Salinas Viejo. Incrustados en la piedra caliza, podemos
apreciar a simple vista gran cantidad de fósiles.
Collado de La Osqueta. Vista este |
Se observa un gran contraste de paisaje a uno
y otro lado de la sierra. Al norte, destacan la sierra de San Juan de la Peña y
la Peña Oroel con el Pirineo de fondo cubierto por las nubes y, a nuestros pies, la
Foz de Salinas y Villalangua.
Al sur, el curso del barranco de
Artaso y las grandes extensiones de bosque que dividen las comarcas de las
Cinco Villas y la Hoya de Huesca.
En el collado nos despedimos del
PR-HU-97, que desciende hasta el collado Rasiello para finalizar su recorrido en
los cercanos Corrales de la Rabosera (1130 metros). Siguiendo el camino que
desde allí parte, podríamos llegar hasta la localidad de Agüero por un marcado
sendero.
Collado de La Osqueta. Vista oeste |
Nosotros continuaremos por la
derecha, en dirección oeste, por una amplia y bonita faja que llanea por la
base de la pared sur de la sierra de Santo Domingo hacia los pueblos de Biel y
Fuencalderas.
Si queremos alargar la ruta un
par de kilómetros, podemos seguir el PR hasta los Corrales de la Rabosera y
enlazar allí con una pista que discurre paralela a la faja que estamos
recorriendo pero unos metros por debajo, que conectará más adelante
con nuestro itinerario.
Recorriendo la cara sur de la sierra de Santo Domingo |
Continuando por la faja
descenderemos a una zona más abierta, con abundante matorral, donde nos
separaremos de la pared para seguir por un sendero marcado con pintura amarilla
hasta llegar a unos prados y conectar con la pista anterior (1250 metros).
La seguiremos en ascenso hasta alcanzar
el paso por donde regresaremos a la cara norte de la sierra (1285 metros) para comenzar
a descender por un denso pinar.
Tras algo más de una hora de larga
pista veremos un hito de piedras a los pies de una gran encina (1000 metros),
por donde sale un antiguo sendero que desciende de nuevo a Salinas Viejo entre boj,
aliagas y matorral.
La Foz cortada por el barranco de Salinas |
Pero, de momento, continuaremos
unos 300 metros por la pista para contemplar la Foz de Salinas desde un mirador
más aéreo (995 metros).
Vista esta bonita panorámica,
volveremos al desvío anterior para descender hasta Salinas Viejo, al que
llegamos en pocos minutos.
A partir de aquí hasta Villalangua, desharemos el
camino por el que habíamos venido, disfrutando de la cálida luz sobre las
agujas de la Foz de Salinas y del silencioso vuelo de las rapaces.
Villalangua, inicio y fin de la ruta |
Ruta parte lineal y parte
circular de 13’5 kilómetros de distancia y un desnivel positivo acumulado de 700
metros realizada en 4 horas y media sin contar paradas.
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