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Amanecer sobre el Gran Batisielles |
Tras una noche más fría de lo que
nos imaginábamos, en la que una de las tiendas amaneció con algo de escarcha,
nos pusimos en pie para comenzar un nuevo día. Sin tiempo para pensar en la
jornada anterior, tuvimos el placer de ver el espectacular amanecer desde el Gran Batisielles (2220 metros).
Nunca antes habíamos visto un amanecer
tan bonito y tardaremos mucho tiempo en olvidarlo. Los rayos de sol parecían oro e incidían con fuerza en las Tucas de
Batisielles (2845 y 2803 metros), cuyas siluetas se reflejaban con tonos
anaranjados en las aguas del ibón. Conforme el sol iba cogiendo altura, el
resto de paredones comenzaban a iluminarse, invirtiendo sus
imágenes en la superficie del agua.
Agujas de Perramó reflejadas en el Gran Batisielles |
Por el sur, las Tucas de
Ixeia (2837 metros) se desperezaban y despertaban a sus vecinas. La Tuca la Trapa (2431 metros), el Tucón
de Chuise (2797 metros) y la Tuca
del Chinebro (2732 metros) comenzaban a absorber la luz matinal mientras
que las Agujas de Perramó (2553 y
2545 metros) esperaban nuestra visita a lo largo del día.
Era difícil quitarle el ojo a
semejante espectáculo. Cada instante era único. Cada cosa sucedía en su justo
momento. La armonía y la perfección estaban construyendo un escenario inmejorable
y nosotros tuvimos el privilegio de poder disfrutarlo.
Ibón de l'Aigüeta de Batisielles |
Tocaba desayunar, desmontar las
tiendas y prepararse para otro gran día de montaña. La previsión no podía ser
mejor, ni una nube y un sol radiante. Así que, recogido todo, nos volvimos a
poner la mochila y comenzamos a caminar. Nuestro objetivo, los ibones de Perramó (2255 metros) y Escarpinosa (2025 metros), para cerrar la circular iniciada el día
anterior.
Comenzamos siguiendo el GR-11 que
dejamos hace unas horas en dirección suroeste. Desde el inicio comenzamos a
ascender teniendo una buena panorámica del ibón de Escarpinosa, muy por debajo
de nuestra posición.
Ibones de l'Aigüeta de Batisielles y Gran Batisielles |
En el primer kilómetro ya se
salvan 100 metros de desnivel, que nos dejan, en unos 45 minutos, en la orilla
del ibón de l’Aigüeta de Batisielles (2330
metros), cuyo reguero vierte a los citados ibones de Escarpinosa.
En este punto enlazamos con el
GR-11.2 que dejamos el día anterior en el ibonet de Batisielles para seguirlo
en dirección al Refugio del Ángel Orús
buscando un collado (2490 metros) a los pies de la Aguja oeste de Perramó,
donde abandonaremos el GR. Éste es el repecho más duro de la jornada en el que
se salvan 160 metros de desnivel en poco más de medio kilómetro, con algunos
trepes sencillos que con lluvia podrían resbalar.
Ibón de Perramó y Tucas d'Ixeia |
De vez en cuando, conviene echar
la vista atrás y contemplar desde lo alto los charcos que rodean el ibón de
l’Aigüeta de Batisielles junto con el ibón Gran Batisielles, donde hemos pasado
la noche, que queda bastante más abajo que éstos. Este tramo nos lo tomamos con
mucha tranquilidad y llegamos al collado en poco más de una hora.
Desde el collado, tendremos una
amplia vista hacia los ibones de Perramó, las Tucas de Ixeia, La Trapa, el Tucón
de Chuise, la Tuca del Chinebro y el Portillón
de Eriste, así como a los ibones de
la Tartera de Perramó (2350 metros) y la Tuca d’es Corbets (2904 metros).
Ibones de la Tartera de Perramó |
Tras reponer fuerzas durante un
buen rato, ponemos la directa para descender un desnivel de 240 metros hasta la
planicie de Perramó en unos 45 minutos, donde paramos a comer.
En los alrededores del ibón de
Perramó podemos ver pequeños ibones que desaguan a un barranco rumbo a los
ibones de Escarpinosa. Desde esta planicie, las Agujas de Perramó imponen aún
más y las turquesas aguas del ibón hacen del lugar una verdadera maravilla.
Una vez repuestas las fuerzas, el
descenso hacia los ibones de Escarpinosa se puede realizar por ambos márgenes
del barranco.
Macizo del Perdiguero y valle de Estós |
Nosotros optamos por realizarlo
por la margen derecha para descender una empinada pedrera que en 600 metros de
distancia salva un desnivel de más de 200 metros, dejándonos a la orilla de
estos espectaculares ibones en una hora y media.
Dicen que los ibones de
Escarpinosa son unos de los más bonitos del Pirineo, y no lo dudamos. Tienen
muchos detalles por los que son catalogados como tal. Sus aguas cristalinas,
sus reflejos, la bonita cascada que forma el Barranco de Perramó… Todo en un
entorno de cuento y rodeado de una extensa vegetación en la que abunda el pino.
Ibón de Escarpinosa. Reflejos de las Agujas de Perramó |
Tendremos que cruzar el Barranco
de l’Aigüeta y continuar por su margen izquierda por el señalizado sendero S-3
del Parque Natural Posets-Maladeta que nos llevará en 45 minutos al ibonet de
Batisielles (1870 metros), que vimos el día anterior. Un sendero precioso con
múltiples cascadas y saltos, relajándonos con el sonido del agua y atravesando
pequeños torrentes por medio de pasarelas de madera.
A partir de aquí, desharemos el
camino de ida. Descenderemos los 560 metros de desnivel que nos separan del
valle de Estós (1310 metros) pasando por la Palanca de Carboneros (1750 metros),
la Fuente de Coronas (1550 metros), la Cabaña de Santa Ana (1490 metros) y la
Palanca de Aiguacari (1450 metros) para llegar al parking en unas dos horas y
cuarto desde el ibonet, dando por concluida la circular.
Finalizando la circular |
Este segundo día fueron 10.5
kilómetros con un desnivel positivo de 270 metros y un desnivel negativo de
1200 metros realizado en unas 7 horas, a ritmo lento y sin contar paradas. A lo
que añadimos los 6.5 kilómetros y los 900 metros de desnivel positivo del
primer día.
Tiempo ya de pensar en todo lo
acontecido en estos dos días donde hemos podido disfrutar de una experiencia
para enmarcar. Todo salió a la perfección y terminamos celebrándolo en Benasque
con una buena merienda. Volveremos por este valle en septiembre...
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