Cenarbe. Iglesia de San Pedro |
Esta semana regresamos a la
Jacetania para visitar lo poco que queda de Cenarbe, un despoblado expropiado
en la década de los 50 por el Patrimonio Forestal con motivo de la construcción
del embalse de Yesa.
Un sencillo y agradable paseo circular
que nos sorprenderá por la variedad de puntos de interés que nos vamos a ir
encontrando a lo largo de sus 14 kilómetros.
Nos desplazamos hasta Villanúa (945 metros), núcleo que se encuentra dentro de lo que fue el glaciar
del valle del Aragón, cuya morrena principal se localizaba donde actualmente se
ubica Castiello de Jaca.
Collarada y los Campaniles |
La ruta se inicia en las afueras
del pueblo y sigue la estrecha carretera que se dirige al cementerio por el
Camino de Orbil, paralelos a la margen izquierda del río Aragón.
Rodeados de campos de cultivo, caminaremos
de forma cómoda por el GR-65.3.1 y el Camino de Santiago en dirección a
Castiello de Jaca, teniendo a nuestra espalda vistas fabulosas de los picos
Collarada, Collaradeta y de Los Campaniles.
Pasaremos por un antiguo vertedero
sellado ubicado unos metros antes de un panel explicativo sobre la formación
del valle del Aragón que señala diversos puntos como la modesta sierra
Carrascala y la Punta la Rapeda.
Viaducto de San Juan con Collarada al fondo |
Poco después, dejaremos a la
izquierda el sendero de las Espetreras y seguiremos por la carretera con
visión del pueblo de Aratorés y de la sierra de los Ángeles.
Poco a poco el valle se va
abriendo al norte, divisando la zona de Tortiellas, los Lecherines y el pico de La Raca, que
cierra por el sur el circo de Astún.
En pocos minutos llegaremos al cementerio
(955 metros), donde el asfalto da paso a una pista de tierra por la que deberemos
de continuar.
Ermita de San Juan de Izuel |
Dejaremos a la derecha el desvío
al Campamento Cheso y el Camino viejo de Orbil para seguir por
el marcado GR y el Camino de Santiago.
Tras pasar junto a una placa que
señaliza una fuente llegaremos a una bifurcación sin señalizar (960 metros), en
la que continuaremos por el camino principal. Metros después, volveremos a
obviar las indicaciones que conducen al camino viejo de Orbil.
Pasaremos por una explotación
ganadera, momento en el que la pista se retuerce en una curva. En un nuevo
cruce seguiremos por la pista principal (935 metros), comenzando a divisar
la silueta de la Peña Oroel.
Interior de la ermita de San Juan de Izuel |
Tras 45 minutos de camino, enlazaremos
con el GR-15 en dirección a Acumuer y la ermita de Santa María de Iguácel, dejando el
GR-65.3.1 y el Camino de Santiago que continúan hacia Castiello de Jaca. Ya
observamos la cresta de los Bacún y el cordal que finaliza en la Punta Canals.
Este nuevo GR nos conduce al viaducto
de San Juan (960 metros), conocido popularmente como viaducto de Cenarbe, una
de las obras arquitectónicas más relevantes que fue necesario construir para la
línea internacional Pau-Canfranc-Zaragoza.
Entre pinos de repoblación |
La calidad de su construcción y
su estratégica funcionalidad le hicieron una pieza determinante en el complejo
trayecto que hubo que trazar para superar la abrupta orografía del valle.
Se inauguró en 1916 y se sitúa
después de un túnel helicoidal construido para que el Canfranero ganase altura
antes de encarar el tramo más complicado de esta mítica línea ferroviaria.
Fuente de Cenarbe |
Nosotros seguiremos por la pista,
pasando una barrera que impide el paso de vehículos a motor para llegar, en 20 minutos, a la ermita de San Juan de Izuel (1010 metros), el único resto
que ha pervivido del antiguo poblado de Izuel (s. XIII), en cuyo interior
encontramos pinturas murales.
Poco después de la ermita, dejaremos
el GR-15 a la derecha y seguiremos la pista ganando altura por el interior de
un pinar de repoblación, con una visión ya lejana del viaducto de San Juan y del valle
del Aragón.
Viaducto de San Juan y Aratorés |
Tras media hora comenzaremos a ver,
en lo alto de una loma, la maltrecha torre de la iglesia de Cenarbe. Junto a la
pista veremos su bonita fuente y seguiremos hasta llegar, en menos de 2 horas,
al silencio y las ruinas del pueblo (1180 metros).
Lo único que se mantiene en pie
es la iglesia románica de San Pedro (s. XII), con numerosas modificaciones
posteriores. La encontramos con grandes grietas en sus muros, con el tejado
hundido y con una torre defensiva que tiene los días contados.
Cenarbe. Iglesia de San Pedro |
Desde 2012 la iglesia se
encuentra incluida en la lista roja de la Asociación Hispania Nostra, que recoge
aquellos elementos del patrimonio histórico español que se encuentran en peligro
de desaparición.
Cenarbe fue un pueblo ganadero y agrícola
que rondó los 200 habitantes en su máximo histórico a principios del siglo XX
hasta que fue despoblado a mediados de los años 60.
Sus tierras se repoblaron de
pinos con la idea de frenar la erosión de este y el anexo valle de la
Garcipollera y así evitar la posible colmatación del vaso del embalse de Yesa.
Cenarbe. Interior de la iglesia de San Pedro |
Sus casas fueron dinamitadas en
los años 80 para evitar que el ganado entrara en ellas. Y quien sabe si para facilitar
su expolio o para evitar cualquier posible reivindicación futura de los vecinos
respecto a sus propiedades.
Por el PR-HU-2.1, que sale detrás de la iglesia e inicialmente vestido
por la vegetación, comenzaremos el regreso hacia Villanúa. Rodeados de boj y
retirando alguna zarza, iremos avanzando entre antiguos bancales de cultivo y
muros de piedra que resisten a duras penas el paso del tiempo.
Entre robles de regreso a Villanúa |
Un sendero tradicional muy
frecuentado antaño por los vecinos de Cenarbe en el que van a ir apareciendo
algunos ejemplares de roble y carrasca en una vegetación donde predomina el
pino.
En ocasiones, el sendero se
encuentra empedrado a modo de calzada. Con un leve descenso llegaremos una zona árida donde la erosión ha modelado una zona
de afiladas calizas por donde bajan un par de barranqueras (1125 metros).
Pasaremos por un pequeño
robledal, oteando las últimas vistas del despoblado de Cenarbe antes de llegar,
en 40 minutos, a un cortafuegos (1220 metros), punto más elevado de la ruta.
Dolmen de Diez Campanas |
A partir de aquí el PR-HU-2.1
comienza el descenso por el interior un bosque dominado por el pino, el boj y
alguna pequeña masa de erizón disfrutando de una buena panorámica del valle hasta enlazar, en 20 minutos, con una pista (1120 metros) que seguiremos en dirección norte.
Escasos metros después, veremos
que el PR deja la pista y sigue descendiendo por la izquierda. De forma
momentánea, abandonaremos este PR y seguiremos por la pista para visitar el
cercano dolmen megalítico de Diez Campanas (1135 metros).
Tortiellas y pico Lecherín |
Su nombre se debe a que, según dicen,
desde su posición se escuchaban las campanas de las iglesias de 10 pueblos
distintos.
Tenemos la opción de acercarnos a
los prados de Diez Campanas o seguir descendiendo, ahora por el PR-HU-2, hacia
Villanúa. Pasaremos por una fuente, cruzaremos la vía del Canfranero (1060
metros) y, tras una hora y media desde Cenarbe, estaremos de vuelta en el
pueblo.
Finalizando la ruta en Villanúa |
Ruta circular de 14’5 kilómetros
con un desnivel positivo de 450 metros realizada en menos de 3 horas y media
sin contar paradas.
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