Desfiladero del Bellós desde las Sardineras |
El Sobrarbe esconde caminos solitarios
y casi olvidados que fueron muy transitados antaño. Vamos a conocer el que
unía la Ballibió con el valle del Ara, un camino de vital importancia por ser
la única vía de comunicación que existía entre ambos.
Para ello nos dirigimos a Escalona, puerta
de entrada al Cañón de Añisclo por el valle del Cinca. Nos desviaremos hacia
Puyarruego, dejando a la derecha la carretera que se introduce en el desfiladero de las Cambras en dirección a la ermita de San Úrbez.
Mondoto, Monte Perdido, Añisclo y Las Olas |
Después de cruzar un pequeño puente por
encima de las pozas del río Bellós, seguiremos la sinuosa carretera que se adentra
en el valle de Vió por la margen izquierda del río Yesa.
Tras 12 kilómetros estaremos en
las inmediaciones de Buerba. Poco antes de llegar a su núcleo urbano nos encontraremos
a nuestra izquierda un ensanche con un contenedor verde, punto de inicio de nuestra ruta y lugar donde dejamos el
coche (1140 metros).
Punta de Arán y Nabaín |
La fotogénica visión de Monte
Perdido, del Soum de Ramond y de la Punta de las Olas ya destaca desde este
punto, así como el pequeño caserío de Vió, el Mondoto y los Sestrales,
que aparecen por detrás del rocoso Tozal de San Miguel.
Comenzamos a caminar siguiendo el
PR-HU-44 hacia el despoblado de San Pietro y Boltaña por una cómoda pista en
dirección sur con la mirada puesta en la Punta de Arán, en Nabaín y en el pico
Comiello, punto más elevado de la sierra de Bolave.
Restos de la ermita de la Virgen de Collarán |
En 15 minutos llegaremos al
cuello de Arán (1115 metros) donde se hallan los restos de la ermita de la
Virgen de Collarán.
En este punto, la pista da paso a
un sendero que desciende sin pausa hacia el río Yesa rodeando la cara este de
la Punta de Arán paralelo a la margen derecha del barranco de San Chaime.
Nos encontramos en un paisaje agreste
y salvaje donde disfrutaremos, en absoluta soledad, de un sendero tradicional dominado
por la carrasca, el boj y algunos ejemplares de roble.
Va apareciendo el macizo de los Sestrales |
Nuestro itinerario realiza una
circular completa al macizo de Bramapán, por lo que lo vamos a observar desde múltiples
posiciones. Mientras vamos descendiendo veremos su cara oeste y, al sur, la
pequeña aldea de Morillo de San Pietro destaca en un altozano al otro lado del
río Yesa.
Tras una hora de descenso llegaremos al espléndido puente de Morillo (765 metros) sobre las
cristalinas aguas del Yesa.
Puente medieval de Morillo |
Entre Boltaña y el valle de Añisclo el río Yesa modela un trazado protagonizado por pequeños pero profundos
cañones que configuran un valle muy angosto.
Por ello se construyeron interesantes
puentes que facilitaran la comunicación entre los caseríos asentados en esta zona
además de utilizarse como símbolo militar, comercial, religioso y de poder
social.
El puente de Morillo presenta un
gran arco de medio punto y uno menor a modo de aliviadero en uno de sus
laterales. Su calzada plana y ancha permite un paso cómodo, además de ser un
excepcional mirador desde el que contemplar la riqueza natural del entorno.
Las cristalinas aguas del Yesa |
Su origen se podría encontrar en
el periodo medieval, pero también es cierto que su aspecto actual responde a sucesivas
reformas derivadas de los daños producidos por las fuertes riadas.
Una vez cruzado el puente,
comenzaremos a ascender entre boj y pinos por la margen derecha del río
siguiendo el PR-HU-44. Minutos después, hemos de estar atentos para localizar un
sendero sólo señalizado con marcas de pintura azul (840 metros).
Último rayo de luz en Morillo de Sampietro |
Es aquí donde dejaremos el PR
para volver descender al río Yesa, tan sólo unos metros aguas abajo del puente
que acabamos de cruzar, en la confluencia con el barranco de San Chaime (755
metros).
Una vez en el río, cruzaremos sus
transparentes aguas para continuar ascendiendo con moderada pendiente por el
interior de un bosque de carrascas. No conviene despistarse porque las marcas
azules se pueden perder con facilidad.
Gallisué. Ermita de San Mamés |
El bosque da paso a una solana
ladera por la que ganaremos altura hasta conectar, en una hora, con la
carretera Buerba-Puyarruego (1055 metros), por donde habremos transitado con el
coche para dirigirnos al punto de inicio de la ruta.
Seguiremos su asfalto en descenso
casi un kilómetro hasta llegar a una zona vallada (1015 metros) que da acceso
al despoblado de Gallisué (1050 metros).
Este pequeño núcleo ubicado en la
falda de Bramapán lo forman 3 casas, ubicadas todas ellas en una única calle
que finaliza en la ermita de San Mamés.
Ruinas en Gallisué |
Se encuentra deshabitado desde finales
de la década de los 70 aunque una de sus casas se encuentra restaurada y el
pueblo es actualmente utilizado como explotación ganadera.
Tras pasear por lo poco que queda
en pie comenzaremos el regreso hacia Buerba. Lo haremos rodeando las caras este
y norte de Bramapán por el poco conocido camino de las Sardineras, que nos va a aportar un punto de vista diferente del curso del río
Bellós.
Calle única de Gallisué |
El sendero se dirige hacia el
norte atravesando las praderas que quedan por detrás de las casas de Gallisué.
Veremos una senda que se pega a la pared este de Bramapán y comienza a llanear a
la vez que se adentra entre la vegetación.
Entre carrascas y boj tendremos
excelentes vistas del desfiladero de las Cambras, por cuyo fondo se escucha el
rugir del Bellós en su camino hacia el Cinca, así como de los prados de la
Pardina Barona y su cercano Tozal de los Lobos.
Disfrutaremos además de una envidiable
panorámica de gran parte del Sobrarbe. Destacan las peñas Montañesa y del
Solano, las puntas Lierga y Suelza, el Castillo Mayor y los macizos de Cotiella
y Posets.
Casa rehabilitada en Gallisué |
También los picos Pegueras,
Bacibosa, La Planota, Maristás y Punta l’Orbar, la Peña Altura y el Portillón
de Tella, así como los pueblos de Ceresa, Laspuña, Escalona, Puyarruego,
Belsierre, el despoblado de Muro de Bellós, la fortaleza de Muro de Roda e,
incluso Tella y su Puntón de las Brujas.
Tras poco más de media hora por la
divisoria del Parque Nacional de Ordesa y Monte Perdido y después de ganar casi un
centenar de metros de altura, obviaremos un desvío que desciende al Cañón deAñisclo (1135 metros) y continuaremos en dirección al pueblo de Vió.
Sestrales, Tres Marías y Castillo Mayor desde Gallisué |
Cambiaremos la cara este de
Bramapán por la norte, más sombría y fresca y dominada por el pino. Cambiaremos
también de perspectiva, dejando el desfiladero de las Cambras para adentrarnos
en el modelado y accidentado barranco de Arpió o Labaneras, afluente del
Bellós.
Los paredones de los Sestrales y
el Tozal de San Miguel volverán a hacer acto de presencia conforme recorramos esta
preciosa senda. Aparecen también los tresmiles ordesanos y las Tres Marías, que
por fin dejan de esconderse mostrándonos toda la belleza que atesoran.
Ceresa, Laspuña, Escalona y Belsierre |
Otra media hora después dejaremos
a la derecha el desvío hacia Vió (1120 metros) para dirigirnos a la carretera
Puyarruego-Buerba, por la que caminaremos unos minutos hasta regresar al coche.
Ruta circular de 12 kilómetros
con un desnivel positivo acumulado de unos 750 metros realizada en poco más de 4
horas sin contar paradas.
Barranco de Arpió y desfiladero de las Cambras |
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