Surgencia de Fuenblanca |
Cualquier época es buena, pero la
primavera es un momento ideal para admirar el despertar de la naturaleza tras
el periodo invernal.
El deshielo hace que mane agua por todos los rincones formando cascadas rebosantes y estruendosas que, junto con el verde eléctrico de
los árboles dejan el paisaje espectacular.
Nos vamos al Parque Nacional de Ordesa y Monte Perdido para recorrer el Cañón de Añisclo. Hace tiempo os detallamos la
ruta hasta la zona de La Ripareta. Esta vez vamos más allá y nos adentramos en las
entrañas de este corte rocoso para llegar hasta la surgencia conocida como Fuenblanca.
El Bellós desde el puente de San Úrbez |
Tras aparcar el coche y siguiendo
las indicaciones, comenzamos el largo trayecto hacia la Fuenblanca descendiendo
hasta el puente románico de San Úrbez (900 metros), sobre el profundo y vertiginoso desfiladero del río Bellós, bajo la atenta
mirada del pico Mondoto (1962 metros) y los Sestrales. Junto a él se encuentra
otro puente mucho más moderno que facilita el paso de vehículos.
Ermita de San Úrbez |
Continuamos por el GR-15 en dirección
a Sercué y Nerín dejando a la derecha el desvío hacia Bestué y los Sestrales,
para llegar a una de las joyas de Añisclo, la preciosa ermita de San Úrbez (930
metros), durante siglos centro de devoción de los habitantes de Ballibió.
Veremos la unión de los ríos Aso
y Bellós conforme avanzamos. Dejaremos a la izquierda la 'Ruta del agua' que
nos acerca a la cascada y molino de Aso, para comenzar a remontar poco a poco el cañón.
Puente Sangons |
Disfrutamos del paisaje paralelos
a las cristalinas aguas del Bellós hasta llegar al puente Sangons (945 metros),
donde cruzamos a la margen derecha del río para introducirnos en la frondosidad
del bosque.
Acompañados por el sonido del
agua, seguimos disfrutando de cualquier rincón cuando la espesura del bosque
nos lo permite. A los 40 minutos de comenzar, el GR-15 se desvía a la izquierda
hacia Sercué, Nerín y Mallarguero, continuando nosotros en dirección a Cumaz y
La Ripareta para, poco después, cruzar una pasarela que salva el barranco de la
Escaliella (990 metros).
Remansos de agua cristalina |
El río es un auténtico
espectáculo. Pozas, cascadas, aguas remansadas… escondidos senderos nos acercan a
su orilla para contemplar rincones de belleza superlativa.
En hora y media llegamos a la
Fuente d’o Cumaz (1050 metros). Un buen lugar para finalizar un paseo con niños y donde podemos
coger agua para encarar el tramo más exigente de la ruta.
El Bellós a su paso por Cumaz |
Poco a poco nos iremos alejando
de la orilla del río. Cruzaremos los barrancos de Ficharol (1130 metros) y Las
Espluquetas (éste último tres veces) salvando el fuerte desnivel que nos
llevará a la zona conocida como Selba Plana (1365 metros) en una hora desde
Cumaz.
El mirador ubicado unos metros
más adelante es un buen lugar para reponer fuerzas y contemplar la cascada que
forma el barranco Mallo Sasé y los paredones más orientales del cañón.
El Bellós a su paso por La Ripareta |
Desde la Selba Plana llegaremos a
La Ripareta (1420 metros) en media hora. Un lugar bellísimo y muy fotogénico
donde el barranco de la Pardina se une al Bellós. Merece la pena descansar en
silencio escuchando el poderío del agua.
En este punto finalizamos la ruta la
última vez que vinimos y esta vez no iba a ser así. ¿Qué había a
partir de este punto? Un territorio inexplorado que pronto íbamos a descubrir a pesar de la lluvia, que comenzaba a hacer acto de presencia.
El imponente y estrecho cañón |
Minutos después de volver a
ponernos en marcha, dejamos a la izquierda el desvío hacia el Llano Tripals por
el barranco de la Pardina y continuamos hacia la Fuenblanca. Nos esperaban un
sinfín de cascadas y un magnífico hayedo vestido de verde primaveral.
Tras una hora desde La Ripareta,
llegamos a la zona conocida como El Estrecho, donde el río se encajona y las
paredes del cañón se juntan. Por una pasarela, cruzaremos a la margen izquierda
del Bellós (1540 metros). En este lugar hay una nueva desviación hacia el Llano Tripals y el
barranco de Capradiza con unas clavijas un tanto comprometidas.
Barranco de Capradiza |
Cruzada la pasarela, el sendero
gana altura rápidamente, mejorando la panorámica. Las paredes del cañón nos empequeñecen. El ambiente de alta montaña comenzaba a notarse y algún que otro
sarrio nos miraba preguntándose qué estábamos haciendo por allí...
En 15 minutos dejaremos a la
derecha el desvío que asciende hacia Cuello Viceto, Montaña de Sesa y San
Vicenda y continuaremos hacia nuestro destino. Tendremos imponentes vistas de
la cascada que forma el barranco de Capradiza intuyendo el empinado camino que
asciende al Llano Tripals.
Primeras vistas del collado de Añisclo |
Dos muy sencillos pasos con
cadenas nos facilitarán el avance. Poco a poco el cañón se va abriendo, la
lluvia amainaba y el sol comenzaba a salir tímidamente. Ya teníamos las
primeras vistas del collado de Añisclo (2453 metros), rodeado por las cornisas
de la Punta de las Olas (3002 metros) y por La Suca (2802 metros).
Y, tras 5 horas, llegamos a la
Fuenblanca (1680 metros). Si quisiésemos continuar la travesía, tenemos dos
opciones: tomar el GR-11 en dirección al Refugio de Góriz por el collado
Superior de Góriz o Collata de Arrablo (2343 metros) o seguirlo en dirección al
collado de Añisclo y descender los 1200 metros de desnivel que lo separan del Refugio de
Pineta.
Barranco de Arrablo |
La Fuenblanca es el lugar de nacimiento del río Bellós. Una surgencia que
emerge de la pared del Mallo Oscuro de la Punta de las Olas y que forma una
preciosa cascada. Es sorprendente observar cómo, de la nada, aparece semejante cantidad
de agua subterránea. En sus proximidades se halla un pequeño refugio de pastores.
El lugar, en las entrañas del cañón de Añisclo, es asombroso y espectacular. Junto a la surgencia, el rugir estruendoso del barranco de Arrablo pone la guinda a un paisaje mágico. Estamos solos en la zona menos transitada del cañón y hay que disfrutar el momento.
Atardecer sobre las paredes del cañón |
El regreso se realiza por el mismo camino en 4 horas. Nos limitamos a captar momentos y detalles que antes no habíamos percibido. Disfrutando del poder del agua, de la primavera y de las luces del atardecer en los impresionantes cortados que forma el cañón. Por algo Añisclo fue declarado Parque Nacional.
Ruta lineal de 24 kilómetros de distancia con un desnivel positivo acumulado de unos 850 metros realizada en 9 horas. La ida en 5 horas y la vuelta en 4, contando paradas.
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