Barranco del Boj. Corona del Mallo y Peñas Parda y Telera |
Aprovechando el sol y el buen tiempo antes de la última gran nevada, nos acercamos al valle de Tena para ver uno de los ibones más accesibles de todo el Pirineo, el ibón de Piedrafita (1610 metros). Para nosotros un lugar tan conocido como hermoso pero que siempre apetece volver a visitar.
Para ello nos acercamos hasta el pueblo de Piedrafita de Jaca, a 12 kilómetros de Biescas, y seguimos las indicaciones hacia el conocido Parque Faunístico de La Cuniacha (1370 metros), en cuyo aparcamiento dejamos el coche.
Ibón de Piedrafita y Peña Telera |
La Cuniacha es un Parque en el
que podremos contemplar 13 especies de animales que se encuentran en
semi-libertad y repartidas en diferentes recintos. A lo largo de unos 4 kilómetros
realizaremos un recorrido conociendo el hábitat de ciervos, renos, corzos, gamos,
sarrios, cabras montesas, bisontes y lobos europeos, jabalíes, muflones, linces
boreales, osos, caballos de Przewalski y otras especies autóctonas como
ardillas, marmotas y aves. Es un buen plan para pasar un día en familia y muy
recomendable para enseñar a los más pequeños a disfrutar y cuidar de la
naturaleza que los rodea.
Arco Natural de Piedrafita |
La ruta que os describimos comienza en la puerta del Parque y asciende en su mayor parte por pista forestal cerrada al tráfico por una barrera. Ya desde el inicio encontramos una señal de madera indicando la dirección a seguir. El camino no tiene ninguna pérdida y es muy llevadero. Apenas 240 metros de desnivel, 4 kilómetros de distancia y una hora de tiempo, sin contar la vuelta.
Como es lógico, el invierno se hace notar. El paisaje en esta época del año le otorga al paseo aún más ingredientes, si cabe. Encontramos todo el camino con nieve y alguna zona helada, por lo que hay que tener cuidado de no resbalar y caerse. Una ruta muy recomendable para realizar con raquetas de nieve.
'Residencia' de pastores |
A medida que ascendemos, vamos
teniendo una mejor panorámica del valle y de la Sierra de la Partacua, con la Corona
del Mallo, Peña Parda y la
imponente Peña Telera (2761 metros)
al frente, a cuyos pies se encuentra el ibón. Va apareciendo el núcleo de Piedrafita
de Jaca y, al otro lado del valle, los pueblos de Panticosa y El Pueyo de Jaca,
junto a las tranquilas y azules aguas del embalse de Búbal, arropados por el imponente macizo de Tendeñera.
Dejaremos atrás el desvío hacia
la Plana Terrosa y en unos 40 minutos
llegaremos al Barranco del Boj, que
recoge las aguas del ibón. Dejaremos a la derecha la pista y el Refugio de Telera o de las Planas y tomaremos un desvío señalizado que en unos 15
minutos nos dejará en nuestro destino.
Peña Blanca y Mandilar |
Este es el tramo más bonito del
recorrido. Caminamos al borde del barranco en silencio, con el único sonido de
las aguas circulando por debajo del hielo. Todo el paisaje blanco, virgen, como
si nadie supiera de su existencia, ninguna pisada humana, nada que alterase su
perfección.
Y por fin, ante nosotros, la
imponente Peña Telera nos muestra su secreto, su rincón, su tesoro más preciado.
Envuelto en hielo, tiritando de frío, el ibón apenas se aprecia por la nieve
que lo rodea y lo protege hasta la llegada de la primavera. Merece la pena rodearlo
para contemplar la belleza del paisaje desde todos sus ángulos.
Musales, Frondiellas y Balaitous |
Aquí finaliza nuestra ruta, pero decidimos aproximarnos al Arco Natural de Piedrafita (1850 metros) para alargar un poco más el paseo. Aunque la nieve dificultaba cada vez más nuestro paso y decidimos no subir hasta él, conseguimos tener a la vista esta maravilla de la geología, a la que le prometemos una visita más detenida en otra ocasión.
Paramos a descansar próximos al
Arco y nos deleitamos con el innumerable sinfín de picos que tenemos a la vista.
Peña Blanca, Mandilar, Fenías, Argualas, Algas, Garmo Negro, Brazatos, Baciás, la Cresta de Labaza,
los Dientes de Batanes, Xuans, los Picos del Serrato, Frondiellas,
Balaitous, Musales y Palas entre
otros muchos.
Atardece en silencio |
Esta vez, pudimos captar las
últimas luces del día en la Partacua. Transfieren paz, sosiego, tranquilidad,
como si las montañas se despidieran de nosotros. En la otra vertiente, los
últimos rayos de sol sobre los picos. Las nubes tapando sus cumbres, lentamente,
como si la película del atardecer estuviese llegando a su fin. Increíble.
Habíamos hecho esta ruta un par
de veces más y nunca la habíamos encontrado tan bonita. Un paseo muy sencillo
que merece la pena que conozcáis. El ibón pierde mucho nivel en verano debido a
sus reducidas dimensiones, por lo que recomendamos hacer esta ruta en invierno
o en primavera. Una ruta que, esperamos, no tardéis mucho en descubrir.
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