miércoles, 11 de marzo de 2015

Vadiello - Huevo de San Cosme

Mallos de Ligüerri y Pico Borón
El Parque Natural de la Sierra y los Cañones de Guara (d’a Sierra y as Foces de Guara) fue declarado como tal en 1990 y nombrado Lugar de Interés Cultural (LIC) y Zona de Especial Protección para las Aves (ZEPA) más adelante. Sus más de 80.000 hectáreas nos abren un enorme abanico de posibilidades y mucho por descubrir. Su riqueza paisajística y su gran valor etnológico y patrimonial harán que nuestra visita sea de lo más productiva. 

Guara presume de tener algunos de los mejores descensos de barrancos y cañones de toda Europa, además de ofrecer a los amantes de la escalada formaciones rocosas muy atractivas y tener una amplísima red de senderos señalizados, como el que hoy os vamos a detallar y que nos lleva al embalse de Vadiello.

Esconjuradero de la Cruz Blanca
Para llegar al embalse tomaremos la carretera N-240 hacia Barbastro, nos desviaremos en dirección Loporzano y continuaremos unos 14 kilómetros hasta llegar al embalse, donde la carretera se termina. En una explanada antes de entrar en unos túneles de roca aparcamos los coches.

Conjunto de San Cosme
Ya en el aparcamiento tenemos paneles informativos de la ruta. Hoy seguiremos el itinerario S-7 del Parque o PR-HU-166. Descubriremos varias ermitas, la mayoría en estado ruinoso, y el pequeño mirador del Huevo de San Cosme, con posibilidad de ascender a la Peña de San Cosme (1048 metros). Un sencillo recorrido de 12 kilómetros ida y vuelta y apenas 220 metros de desnivel positivo (315 metros si se hace cima).

Iniciamos el camino atravesando el túnel de la derecha que nos conduce a la presa del embalse de Vadiello (730 metros), construida en 1971. Este pequeño embalse almacena el caudal del río Guatizalema y es uno de los que abastece de agua a la ciudad de Huesca.

Ermita de la Fuensanta
Nada más cruzar la presa comienza una ancha pista cerrada al tráfico que rodea el embalse por el sur. Camino muy cómodo y con una buena panorámica de los Mallos de Ligüerri (La Mitra, El Puro y el Mallo de San Jorge) y el calizo Pico Borón (1327 metros) a nuestra espalda.

Tras un par de kilómetros y media hora de camino, nos encontramos con un desvío señalizado hacia la ermita de San Cosme y San Damián. En este punto se ubica el esconjuradero de la Cruz Blanca (830 metros), de planta cuadrada y abierto hacia los cuatro puntos cardinales. Construcciones donde antiguamente se rezaba para ahuyentar de la zona las tormentas de viento y granizo.

Huevo de San Cosme
Una senda nos adentra en un bonito bosque y en unos 20 minutos llegamos al conjunto de San Cosme (800 metros), formado por la ermita de San Cosme y San Damián, la casa del ermitaño y la casa de los Condes de Villahermosa. La ermita está ubicada en la pared sur de la Peña de San Cosme y fue restaurada y cerrada al público por sus propietarios en el año 2006, por lo que no se puede visitar.

A partir de aquí, continuamos la pista. Pasaremos por delante de la ruinosa ermita de San Úrbez (820 metros), para descansar en la de Fuenblanca (835 metros), la mejor conservada. En su interior, unas mesas de piedra y un manantial del que brotan dos chorros de agua fresca invitan a tomar un respiro.

Hoya de Huesca
Tras la parada, proseguimos el camino pasando por la ermita de San Gregorio (840 metros) y por la de la Virgen de la Fabana (850 metros), que como la de San Úrbez, se encuentran en pésimo estado de conservación.

Tras media hora de camino desde San Cosme y San Damián, cambiaremos la pista por un sendero en un desvío señalizado a la izquierda hacia el Huevo de San Cosme (910 metros) que asciende fácilmente hasta un llano conocido como El Plano. Avanzaremos por un sombrío y fresco bosque de carrascas, donde volvemos a ver una importante señal indicando el Huevo de San Cosme. Prestad mucha atención a este punto, más tarde hablaremos de él.

Vadiello desde la cornisa
Continuamos los últimos metros a hasta alcanzar el mirador del Huevo, donde termina el itinerario (905 metros) tras 2 horas de camino. Dada la cercanía de la mole, de unos 50 metros de altura, y el pequeño mirador ubicado a sus pies, la perspectiva pierde atractivo pero no deja de impresionarnos.

Retrocedemos sobre nuestros pasos para desviarnos hacia la Peña de San Cosme. En la última señalización que hemos mencionado hacia el Huevo, ubicada en el bosque del Plano, parte un sendero en dirección suroeste marcado con escasos hitos. Sabiendo esta indicación, el sendero no tiene pérdida alguna y nos lleva en unos 20 minutos hasta la cornisa de la Peña, desde donde vemos desde lo alto el entorno del embalse y los Mallos, así como el curso del Guatizalema y la Hoya de Huesca

Pico Borón
La techumbre de la ermita de San Cosme y San Damián se ubica a más de 150 metros bajo nuestros pies. El recorrido por pista que hemos seguido se divisa muy bien desde estas cornisas, pudiendo apreciarse incluso el esconjuradero por el que nos hemos desviado con anterioridad. Merece la pena acercarse hasta este lugar y disfrutar de sus vistas.

Si se quiere hacer cima debemos de cruzar el Paso de la Nartesa. Un paso muy corto pero muy expuesto, no recomendado para la gente con vértigo. Está provisto con una cuerda que facilita el trabajo. Una vez en el otro lado, sólo queda seguir por el firme conglomerado hasta llegar a la cima, a la que nosotros renunciamos debido a las fuertes rachas de viento que ya soplaban tras el Paso de la Nartesa.

Misteriosos los Mallos de Ligüerri 
Tras disfrutar de la amplia panorámica que nos ofrece este balcón, volvemos sobre nuestros pasos de nuevo hasta El Plano y, desde aquí, por el mismo camino hasta llegar a la pista. Continuaremos en leve ascenso hasta el alto de la Carrasca (940 metros) donde la pista comienza a descender hacia el embalse apreciando, ahora sí, frente a nosotros los Mallos de Ligüerri y el Pico Borón, poniendo punto y final a la ruta tras unas 5 horas contando las paradas.

A medida que descendíamos las nubes iban adueñándose de los Mallos, dándoles por momentos un aspecto imponente y misterioso. Un frío viento, tímidos copos de nieve y un leve granizo nos acompañaron en los últimos metros. Más que amenazarnos, hicieron que disfrutáramos más viendo cómo cambiaba el paisaje en cuestión de minutos.

Embalse desde la presa
Una sencilla y entretenida ruta para conocer una pequeña parte de este Parque Natural. El camino hasta el Huevo de San Cosme es apto para todas las edades. Para los más atrevidos, la Peña de San Cosme es el colofón a una jornada tranquila y muy gratificante. Esperamos que os haya gustado.

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