martes, 29 de abril de 2014

Cascadas de Ardonés

Cascada de Ardonés
Como hoy día 29 de abril se celebra la festividad de San Pedro Mártir en Cerler, os presentamos una de las rutas que se pueden hacer en su entorno. La ruta de las tres cascadas de Ardonés, también denominadas Cascadas del Boom, es una sencilla ruta circular con apenas 250 metros de desnivel y menos de siete kilómetros de distancia que parte desde la zona alta de la localidad de Cerler (1530 metros).

El sendero está balizado en su totalidad con las marcas blancas y amarillas de PR en dirección hacia la ermita de San Pedro Mártir, donde hoy se acude en romería. 

En sus primeros metros, es un sendero con abundante vegetación y flanqueado por muros de piedra. Poco a poco nos vamos acercando al barranco de Remáscaro hasta llegar a la ermita de San Pedro Mártir (1620 metros), patrón de la localidad junto a San Lorenzo. Es una pequeña ermita con un tejado bajo el cual cruza el sendero, en cuyo sencillo interior se encuentra un altar y el santo.

Cascadas del Clotet (izq) y Ardonés (dcha)
Continuando el camino se desciende hasta el barranco de Ardonés y lo cruzamos por el puente del Molino (1650 metros), continuando nuestro camino a los pies de sus aguas. Nos encontraremos con otro puente más adelante, pero éste no lo cruzamos. Ya tenemos vistas de dos de las cascadas, las que forman los barrancos de la Mascarada y del Clotet, y se va intuyendo la ubicación de la cascada de Ardonés, la más caudalosa de todas.

Iremos llaneando hasta cruzar la pista de tierra que procede de la carretera que lleva a la Estación de Esquí y, en ascenso, nos introduciremos en un bonito bosque de abetos y pinos con vistas a una pequeña represa que almacena el agua de las cascadas.

Cascada del Clotet
El último tramo, de moderada pendiente y estrecho sendero, nos deja a los pies de la cascada de Ardonés, la 'Cola de Caballo' del valle de Benasque, que baja con gran caudal y una fuerza espectacular.

A alguno le puede dar respeto cruzar el puente sobre la cascada. Sólo tiene barandilla en uno de sus lados y la fuerza del agua hace que tengas que agarrarte firmemente a ella. El agua baja muy cerca del puente, cuyo suelo metálico estaba muy resbaladizo, y nos mojó por completo. 

El primer apoyo de los pies en la roca de pizarra mojada e inclinada nada más cruzar el puente es el punto más problemático de la ruta, en el cual hay que extremar la precaución y asegurar bien los apoyos.

Ya en la otra vertiente, el sendero desciende hasta Cerler sin sobresaltos. Cruzaremos los barrancos que antes veíamos desde el otro lado, el del Clotet primero y el de la Mascarada después, para ir acercándonos al pueblo en un agradable paseo, siempre bajo la atenta mirada de las marcas de PR que se mantienen fieles al caminante. Finalmente, cruzaremos el Barranco Alto muy próximo ya a Cerler y terminaremos flanqueados por muros de piedra como al inicio de la ruta.

Cascada de la Mascarada
Otra forma más cómoda de acceso es desde la carretera de acceso a la Estación de Esquí de Cerler. Nada más cruzar el señalizado barranco de Ampriu por un puente, a unos 500 metros nos encontramos con una curva cerrada a la derecha. A su izquierda, en una pequeña explanada se deja el coche.

Desde este punto parte una pista de tierra sin señalizar en dirección noroeste y que pronto gira a dirección este que en una media hora nos deja a los pies de las cascadas. También se puede acceder con el vehículo por esta pista hasta acabar en un llano próximo a las cascadas, a cinco o diez minutos de las mismas.

Paseo muy agradable apto para todo tipo de personas y edades. Recomendable ropa impermeable en primavera. 


viernes, 25 de abril de 2014

Por la Bal de Benás

Sahún
Esta pasada Semana Santa visitamos uno de los pocos valles que nos quedaban por conocer. Estuvimos en la zona más oriental del Pirineo Aragonés, la Ribagorza, disfrutando de la Bal de Benás, el 'Valle Escondido'. Nos alojamos en el tranquilo y bien conservado pueblo de Sahún, situado a 7 kilómetros del centro neurálgico del valle, la villa de Benasque, y disfrutamos de unos días rodeados de un entorno único y privilegiado en el Parque Nacional Posets-Maladeta.

Sahún se sitúa a 1124 metros de altitud entre los barrancos de Surri y Cambra y conserva numerosas muestras de arquitectura tradicional en sus estrechas y empinadas calles. Su iglesia románica de San Juan Bautista se alza en la parte alta del pueblo. Data del siglo XII con modificaciones renacentistas en los siglos XVI y XVII. Muy cerca de la misma podemos observar un antiguo abrevadero-lavadero y un mural cerámico realizado en 2006 por José María Lacoma en el que se muestra el pueblo y el entorno de Sahún. En sus inmediaciones conviene visitar el Santuario de la Virgen de Guayente, construido en el siglo XIII que consta de iglesia y residencia prioral desde donde se tienen unas excepcionales vistas del valle.

Anciles
Anciles es un precioso pueblo situado a dos kilómetros al sur de Benasque, en el que se pueden observar edificios señoriales de piedra muy bien conservados con escudos en sus fachadas. Destaca su iglesia parroquial de San Pedro Apóstol. Es de origen románico pero actualmente de este estilo sólo queda su primitivo ábside, compuesto únicamente por cantos rodados. En la calle principal, de nombre General Ferraz, se ubica el Restaurante Ansils con una fachada en la que llama la atención la forma romboidal de sus ventanales y el tamaño de los mismos, todos diferentes entre sí.

Eriste se encuentra a pie de la carretera A-139 y frente al embalse de Linsoles, construido en 1964 y que almacena las aguas del río Ésera. En ellas podemos dar un paseo en piragua mientras disfrutamos de la naturaleza y de la tranquilidad del lugar. Destaca la iglesia románica de San Félix del siglo XII, reconstruida tras la Guerra Civil y remodelada por completo en el siglo XXI. En el pueblo podemos visitar el Centro de Interpretación de los Monumentos de los Glaciares Pirenaicos, situado en la antigua escuela, en el que podremos conocer de primera mano el paisaje glaciar, su formación y su estado de conservación, así como las consecuencias que el cambio climático está haciendo en los mismos a través de proyecciones audiovisuales y exposiciones interactivas.

Eriste y embalse de Linsoles
Eresué forma parte de los llamados pueblos del Solano del valle de Benasque y, al igual que Eriste, pertenece al municipio de Sahún. Situado a 1350 metros de altitud, su acceso es a través de una estrecha pero asfaltada carretera a pocos metros de pasar la localidad de Sahún. Poco a poco se va ascendiendo mediante lazadas y vamos viendo el espectacular paisaje que nos rodea. En este pequeño pueblo llama la atención la iglesia de San Juan Bautista, del siglo XII y de estilo románico-lombardo en su origen, ya que ha sufrido numerosas modificaciones en su conjunto.

Eresué. Iglesia de San Juan Bautista
Sesué se sitúa en la margen izquierda del Ésera y su acceso es a través del Puen de la Ocisa que cruza el río y que fue construido en la década de los años 60. En la parte alta del pueblo se encuentra la iglesia de San Ginés que data del siglo XI, desde donde tenemos una bonita panorámica tanto de Sesué como de Villanova, enfrente del mismo y en la margen derecha del río. Adentrándonos en el pueblo por su calle principal se llega al Ayuntamiento, ubicado en el lugar donde estuvieron las antiguas escuelas, abiertas hasta 1975. En las proximidades podemos realizar Vía Ferrata del Castellaso, instalada recientemente en una antigua cantera de mármol.

Sesué
Todo el valle gira alrededor de la villa de Benasque, capital turística y punto de acceso a la Estación de Esquí de Cerler. En ella podemos gozar de un animado ambiente y multitud de servicios como restaurantes, alojamientos y tiendas pero sin dejar de lado su conservado y admirable casco antiguo. En el centro de la villa encontramos el Ayuntamiento o Casa de la Vila con su bella fachada, y la iglesia románica de Santa María del siglo XIII dedicada a San Marcial, Patrón de Benasque. Otros emblemas de la villa son el Torreón almenado de Casa Juste del siglo XV y el Palacio de los Condes de Ribagorza de estilo renacentista que data del siglo XVI.

Saliendo de Benasque ascenderemos hasta el pueblo más alto del Pirineo, Cerler, ubicado a 1530 metros de altitud. Junto a él se encuentra la Estación de Esquí y es por ello que predominan los apartamentos utilizados como segunda residencia y orientados, fundamentalmente, a la temporada de invierno. El pueblo cuenta con todas las comodidades para el turismo y acoge miles de esquiadores que cada año disfrutan de los 79 kilómetros esquiables de Aramón Cerler.

Valle de Benasque
Toda esta zona está influenciada por el Parque Natural Posets-Maladeta, declarado como tal en 1994 y que hoy también ostenta las categorías de Lugar de Importancia Comunitaria (LIC) y Zona de Especial Protección para las Aves (ZEPA). Engloba los términos municipales de Benasque, Gistaín, Montanuy, Sahún y San Juan de Plan, abarcando parte de las Comarcas de la Ribagorza y del Sobrarbe. Dentro del mismo, el valle más conocido y visitado es el de Benasque. En él podremos llegar hasta los Llanos del Hospital, antiguo hospital para peregrinos y convertido en hotel con spa, donde además podemos realizar esquí de fondo, nórdico y de travesía rodeados de un entorno privilegiado.

Pasado los Llanos, llegamos a lugares tan emblemáticos como el Plan d’Están o el Forau de Aigualluts, la ruta senderista más típica de la zona y con espléndidas vistas de los picos del Aneto y Maladeta. Para los amantes de las ascensiones, los picos Aneto (3404 metros), Maladeta (3308 metros), Perdiguero (3321 metros) y Posets (3375 metros) son los más famosos y emblemáticos del Parque pero no los únicos, puesto que esta zona es la de mayor concentración de picos que superan los 3000 metros de todo el Pirineo.

Llanos del Hospital
Tres días no son suficientes para conocer a fondo el valle pero sí para hacerse una idea general del mismo. Nos hemos quedado sorprendidos del entorno y de las múltiples posibilidades que ofrece, tanto a nivel de turismo rural como de sus agradables senderos que comunican la mayoría de las poblaciones de la zona. Un lugar donde siempre tendrás algo nuevo que conocer.

miércoles, 2 de abril de 2014

Valle de la Solana

Giral
La semana pasada tuvimos el placer de visitar uno de los valles más desconocidos de la Comarca del Sobrarbe pero no exento de belleza e historia.

El valle de la Solana se trata de un valle despoblado desde la década de los 60. Fue una de las zonas afectadas por la obra fantasma del embalse de Jánovas, que nunca se llegó a construir. Sus tierras fueron expropiadas para la repoblación de pinos y sus familias no tuvieron más remedio que emigrar y empezar de cero sus vidas en otra parte.


Castellar y sus muros
El valle lo conforman dos barrancos, las Guargas de Cajol y las Guargas de Burgasé, y una gran cantidad de poblaciones como Burgasé, Cajol, Campol, Castellar, Gere, Ginúabel, Giral, Muro de Solana, Puyuelo, San Felices, San Martín de la Solana, Sasé, Semolué, Tricás y Villamana.

Se encuentra situado en la margen izquierda del río Ara y accedimos a él a través de un camino señalizado entre las poblaciones de Fiscal y Boltaña a la altura del puente de las Guargas. No es el único camino para adentrarse en sus entrañas, pero sí que es el que nos va a llevar a conocer el pasado de varias poblaciones que tuvieron vida y una de las vías más importantes en la trashumancia.

Por dos de los despoblados del valle discurre la Vía Pecuaria de la Solana y del valle de Vió, que comunicaba el Parque Nacional de Ordesa y Monte Perdido con la ribera de Fiscal y que servía para trasladar el ganado desde las zonas altas a las bajas y viceversa. 

Semolué
Giral es primer pueblo por el que pasa la Vía Pecuaria y sus casas se encuentran en torno a una única calle, la de San Ramón. Según el censo de 1900, llegó a contar con siete casas y ocho edificios auxiliares. Destaca la iglesia de la Asunción del siglo XVI. A la entrada del pueblo existe una explanada para vehículos. Vimos un turismo estacionado, muestra de que a pesar de la cantidad de piedras existentes en el camino, se puede acceder sin vehículo todoterreno.

Salimos de Giral por la Vía Pecuaria hasta llegar a Castellar, núcleo que destaca por sus bien trabajados y conservados muros de piedra que evitaban que el ganado entrase en propiedades particulares. En su única calle destaca la Iglesia de San Saturnino del siglo XVI. Llegó a tener seis casas abiertas y otras tantas bordas. Hoy vive aquí una pareja joven de neorrurales que nos indicaron el sendero para llegar a Semolué.

Cajól
Nos alejamos ahora de la Vía Pecuaria para tomar un sendero que discurre entre un frondoso bosque. Prestando mucha atención a posibles desviaciones erróneas del camino, descendemos hasta el despoblado de Semolué. Este es un pequeño pueblo que llegó a tener sólo cinco casas abiertas. Destaca la Iglesia de San Salvador del siglo XIX, cuya torre está hoy engullida por la vegetación. Nos encontramos con una persona que vivía aquí y que trabajaba unos cultivos en la zona baja del pueblo.

Retrocedemos nuestros pasos para coger la pista que, sin ningún tipo de pérdida, nos lleva directos a Cajol. Destaca la Iglesia de San Salvador del siglo XVIII en torno a una única calle que llegó a tener trece casas. No vimos a nadie, pero sí dos vehículos que hacen pensar que vive alguien en el pueblo. 

Burgasé
Después de reponer fuerzas, seguimos la marcha rumbo a Burgasé, volviendo a enlazar con la Vía Pecuaria hasta las inmediaciones del Cuello de Burgasé, pasando por la mallata de Alseto.

Junto con Sasé y Cajol, Burgasé fue cabecera de valle y uno de los pueblos más importantes de toda la Solana. Destaca su Iglesia parroquial de la Asunción del siglo XVI que fue reformada en el XVIII. Junto a la misma se alza su esconjuradero del siglo XVII, uno de los pocos que quedan en pie en el Sobrarbe. El pueblo llegó a tener treinta casas y escuela. Posee una fuente que data del año 1928 y que fue remodelada en el año 2005 en homenaje a Antonio Garcés, vecino del pueblo que fue asesinado en el campo de exterminio austriaco de Mauthausen-Gusen.

Burgasé
La escasa luz del día que quedaba nos impidió fotografiar bien el pequeño pueblo de Gere. Lo más llamativo es su Iglesia de San Saturnino que data del siglo XII. Había cultivos en la parte baja y un invernadero, por lo que alguien vive allí.

La Solana es un valle muy extenso lleno de recuerdos y pequeños detalles. Aún nos queda un duro camino por recorrer para poder conocer todos los rincones de este poco conocido lugar. A pesar de estar ‘casi’ deshabitado, se siente todavía la memoria de los que aquí construyeron parte de su vida.

Fuentes: