jueves, 8 de septiembre de 2016

Circular por Santa Elena y Polituara

Calle única de Polituara
Un sencillo y entretenido paseo a caballo entre la Tierra de Biescas y el valle de Tena es el que nos lleva desde el parking de Santa Elena hasta el despoblado de Polituara

Podemos decir que este camino se trata de la continuación a la ruta que ya os describimos que iba desde Biescas hasta la ermita de Santa Elena. Ambas por separado son rutas cortas, ideales para realizar en una mañana o en una tarde. Si lo preferís, las podéis unir, teniendo en cuenta que es una ruta lineal que requiere de combinación de vehículos si no queremos volver por el mismo camino.

Línea P. Batería de San Martín
Unos 4 kilómetros al norte de Biescas encontramos el conjunto de Santa Elena, formado por el Fuerte, la ermita y el dolmen. A pie de carretera tenemos un parking donde dejar el coche (990 metros).

Comenzamos a caminar por asfalto cruzando el río Gállego por un puente. A los pocos metros, nos encontraremos una bifurcación que seguiremos hacia la izquierda enlazando con el PR-HU-78 procedente de Biescas. A la derecha, el camino se va hacia el dolmen y el Sendero Adaptado.

Búnker de la Línea P
Siguiendo las indicaciones hacia el Fuerte de Santa Elena y Hoz de Jaca, llegaremos a una barrera que impide el paso a vehículos no autorizados. Aquí se halla un pequeño aparcamiento y el desvío del PR hacia Hoz de Jaca que debemos seguir (1000 metros). Este PR es un ramal del Camino de Santiago como así nos indica un panel informativo.

Por este sendero vamos a encontrar numerosos restos de la organización defensiva de los Pirineos, conocida como Línea P, una barrera defensiva que se construyó entre 1939 y 1948 formada por unos 6.000 búnkeres. Mediante un trazado estratégicamente dispuesto se levantaron espacios para evitar que la Alemania nazi o los aliados entrasen a España por la cordillera pirenaica.

Mortero de la Línea P
Junto al desvío del PR tenemos la Batería de San Martín, un muro aspillerado ubicado debajo del Fuerte de Santa Elena. Tras un breve descenso, nos encontramos con la vía ferrata de Santa Elena, donde comienza un espacio natural de multiaventura con paneles sobre la flora que nos vamos a ir encontrando.

Entramos en un agradable, sombrío y fresco bosque mixto donde podemos observar algunas especies como fresnos, acebos, pinos, boj, coronas de rey, abedules, sauces, grasillas, orejas de oso y avellanos.

Barranco Espumoso
A la media hora de comenzar, llegamos a un espectacular búnker de mortero que consta de dos zonas, una exterior y otra cubierta. Construido en 1946, es una de las obras más grandes que se conservan en el entorno de Biescas. Para disimular la construcción y evitar que fuese reconocida por el enemigo, se mimetizó con el terreno, por lo que puede llegar a pasar desapercibida.

Pocos metros más adelante, cruzaremos por un puente de madera el barranco Espumoso (990 metros), punto donde finaliza la Tierra de Biescas y comienza el valle de Tena.

Puente tibetano sobre el Gállego
Junto al camino tenemos un nido de ametralladora desde donde se tenía acceso y alcance directo hacia la carretera. También podemos ver los restos de una pequeña central hidroeléctrica que aprovechaba las aguas del barranco que acabamos de cruzar.

Seguimos el PR para llegar, en un cuarto de hora, a un puente tibetano (990 metros), donde finaliza este circuito multiaventura.

Antiguamente este puente era de piedra y formó parte de las comunicaciones obligatorias entre Biescas y Polituara. Tras muchos años de uso y con la construcción del primer camino carretero en el valle de Tena, fue cayendo poco a poco en desuso.

Pozas de Polituara
Tras caminar por la orilla del Gállego y ver unas tranquilas y cristalinas pozas, ganaremos algo de altura pasando por un pequeño bosque de hayas para llegar a la losera de Polituara (1060 metros), una cantera de la que se extraían lajas de pizarra para construir los tejados de las casas. 

En sus alrededores pueden verse dos zonas de extracción, una escombrera y restos de las casetas de los loseros donde se cobijaban mientras realizaban este trabajo.

En media hora desde el puente tibetano, enlazaremos con el asfalto de la carretera de acceso restringido que va a la ya visible presa del embalse de Búbal. Dejaremos a la derecha el PR en dirección a la presa y Hoz de Jaca y giraremos a la izquierda (sur) para cruzar un puente y llegar al despoblado de Polituara (1015 metros).

El sendero es muy sombrío y fresco
Documentado por primera vez en el año 1295, su origen está ligado a la existencia de una antigua ermita románica conocida como Nuestra Señora de Polituara, que servía de albergue a peregrinos y viajeros.

Polituara era el primer pueblo del valle de Tena en la ruta hacia Francia y el Balneario de Panticosa. Estaba junto al Camino Real que recorría de norte a sur este valle. Como paso obligado de personas y mercancías era un lugar propicio para el cambio de caballerías, el paso del ganado en trashumancia y para el establecimiento de comercios.

Restos de una caseta de loseros
Para hacernos una idea del trasiego de gentes que pasaban por aquí, este pequeño pueblo llegó a tener dos comercios de ultramarinos, panadería, herrería, zapatero, losero y parada de la ruta de autobuses. Llegó a tener seis casas, destacando sobre el resto Casa Domec, que era panadería, comercio de ultramarinos, mesón y carnicería.

La primitiva ermita románica fue construida antes del siglo XIII y sobre ella se edificó la actual en el XVIII.

La expropiación de sus casas y tierras por la construcción del embalse de Búbal en la década de los años 60-70, apenas a un kilómetro del pueblo, y la modificación del trazado de la carretera provocó su abandono.

Ermita de Polituara
Una buena noticia. Una persona vecina del pueblo, lo ha comprado entero y lo está rehabilitando. Encontramos mucho material de construcción en su única calle. Ni resto de la maleza que se apoderaba de sus ruinas. El tejado de la iglesia es de nueva construcción y su perímetro lo encontramos rodeado de andamios. El tejado de otra de las casas, que debía ser la panadería, también estaba nuevo.

Tras la visita, seguiremos por la carretera en dirección sur hasta encontrar un búnker y una barrera. A los pocos metros, encontramos a la izquierda un desvío marcado con un hito y un panel en mal estado que desciende de nuevo al puente tibetano. Un panel nos informa de su obligada normativa. 

Calle única de Polituara
Lo cruzaremos con cuidado y desandaremos el sendero que nos había traído hasta aquí hasta regresar al Fuerte de Santa Elena y al parking en 40 minutos desde Polituara.

Sencilla ruta, en su mayoría circular, con una distancia de 6 kilómetros y un desnivel positivo acumulado de 250 metros realizada en 2 horas y media contando las paradas.

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