Fuente de Fornos |
Os presentamos una ruta menos
conocida pero no por ello exenta de gran belleza. Hoy recorremos con vosotros
el sendero que une la localidad de Badaín con la cascada del Chorro de Fornos,
nacimiento del río Irués.
Este río tiene un corto recorrido
ya que pronto se une al barranco de la Garona que, a su vez, desemboca en el
Cinca a la altura de la localidad de Badaín, en la cabecera del embalse de
Laspuña, construido en 1965.
La Fuente y el Chorro de Fornos
son dos surgencias situadas en un estrecho congosto que emanan de las entrañas
del macizo de Cotiella. La naturaleza calcárea de estas montañas ha hecho que
el agua de lluvia y del deshielo, con el paso del tiempo, las haya erosionado y
haya formado cavidades, simas y surgencias.
Chorro de Fornos |
Para llegar a Badaín tenemos que
coger en Aínsa la carretera A-138 en dirección Bielsa. Pasaremos las
poblaciones de Labuerda, Escalona y Hospital de Tella y llegaremos a
Lafortunada, donde tomaremos un desvío señalizado hacia Badaín, situado a un kilómetro.
El camino comienza en la pequeña
plaza donde veremos postes de madera indicando el GR-15 hacia Saravillo y el
Chorro de Fornos. El sendero se inicia con un ligero ascenso hasta llegar al
punto donde los dos caminos se desvían. A la izquierda se sigue el GR-15,
mientras que a la derecha seguimos nuestro camino. Único punto donde hay que
prestar atención a las poco visibles indicaciones.
A partir de aquí el sendero es
muy llevadero, alternando pequeñas subidas y bajadas, siempre paralelos al
barranco de la Garona. Al cabo unos 45 minutos llegaremos a un puente metálico
que hemos de cruzar y seguir por la otra orilla. Este es el lugar en el que se
une el rio Irués al barranco de la Garona.
Río Irués |
El camino es estrecho y con mayor
vegetación que el del otro margen pero se sigue fácilmente. Estamos en la
garganta del río Irués y tras 20 minutos llegamos a la Fuente de Fornos, una
surgencia a la que podemos descender cómodamente por un estrecho camino.
Desde la Fuente, media hora nos
separa de nuestro objetivo. A partir de aquí el sendero gana pendiente y
piedras inestables que hacen que tengamos que extremar la precaución. Hay un
paso delicado en el que hay una cuerda para facilitar la seguridad, pero que se
salva sin ningún tipo de problema.
Conforme nos vamos acercando escuchamos
el ruido que produce el agua de la cascada al precipitarse al río. Nada
comparable al estruendo que se escucha al llegar. El Chorro baja espectacular,
con una fuerza y un caudal que hacen imposible el paso al otro lado del río
para contemplar mejor la surgencia. Un lugar paradisíaco en pleno Pirineo.
La mejor época para realizar la
ruta es en primavera por la gran cantidad de agua existente. En otra época, la
cascada del Chorro puede que esté baja de caudal o incluso seca. El sendero es
sombrío en su mayor parte debido a su densa vegetación.
Os dejamos un vídeo del lugar. ¡Os encantará!
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