La restaurada iglesia de San Miguel |
De nuevo por Sobrepuerto, un
paisaje desprotegido que tan buenos recuerdos nos trae de andanzas pasadas. En
esta ocasión vamos a visitar el despoblado de Otal, uno de los pocos núcleos
que nos quedan por descubrir.
A Otal se puede llegar desde
varios puntos. Si comenzamos en Yésero o Broto seguiremos íntegramente el
GR-15, sendero con el que también enlazaremos si iniciamos el recorrido en el puerto de Cotefablo, en Linás de Broto o en Fragén.
En descenso hacia las pasarelas de Bergua |
Desde la Tierra de Biescas
también podremos llegar por Espierre y su Val Menuta o desde Oliván pasando por
los despoblados de Berbusa y Ainielle siguiendo los pasos de la famosa Lluvia
Amarilla de Julio Llamazares.
Pero nosotros comenzaremos en el
conocido pueblo de Bergua (1030 metros), punto neurálgico de varias de nuestras
rutas por la zona. Desde aquí partimos cuando visitamos Escartín, Basarán,
Sasa, Cillas y Cortillas.
Dejamos el coche en la entrada
del pueblo y descenderemos a su caserío para encontrarnos con la maltrecha
iglesia parroquial de la Asunción (s. XV).
Unión de los barrancos de la Glera de Otal y La Pera |
Siguiendo por su calle baja pasaremos
por O Güerto Pepa buscando el PR-HU-117, sendero que se inicia junto a un panel
informativo de la Iglesieta de los Moros y que desciende a las pozas de Bergua rodeado
de musgo y boj.
Este idílico bosque finaliza en
las pasarelas ubicadas en la confluencia de los barrancos de la Glera de Otal y La Pera
(930 metros), donde ambos se unen formando el barranco Forcos. Lugar muy
frecuentado en verano para darse un chapuzón.
Tras cruzar la primera de las
pasarelas dejaremos a la izquierda el PR-HU-3 que asciende al despoblado de
Basarán. Cruzando la segunda, el camino hacia Ayerbe de Broto y la Iglesieta se
va a la derecha, siguiendo nosotros el PR hacia Escartín y Otal.
Flysh del barranco de San Clemente |
Entre muros de piedra
comenzaremos a remontar el barranco de la Glera entre una vegetación dominada
por el boj, el roble y las carrascas.
En media hora de camino, pasado
el Llano de la Insola y sus verdosas pozas, llegaremos a otro cruce donde
dejaremos el desvío a Escartín para continuar siguiendo las indicaciones hacia
Basarán y Otal (985 metros).
En días calurosos la espesura del
bosque nos facilita una agradable sombra bajo la cual ganaremos altura de forma
casi inapreciable.
Barranco de los Huertos |
El sendero llanea unos metros
por encima del barranco de la Glera adentrándose en la frondosa vegetación.
Cruzaremos el barranco de San Clemente (965 metros) en un bonito rincón rodeado de
flysh antes de encontrarnos con una borda.
Tras una hora de camino cruzaremos
el barranco Corvera (1035 metros) que precede a un tramo donde un
muro de piedra ha caído sobre el sendero.
Minutos después llegaremos al
barranco de los Huertos, que cruzaremos por la base de un salto de agua con
abundante musgo (1060 metros) antes de llegar a otro cruce del PR-HU-117.
Entre carrascas y boj, la tónica del camino |
A la derecha iríamos a Escartín y
a la izquierda a Basarán, por lo que nuestro camino sigue recto hacia Otal.
Pero antes de continuar, nos desviaremos unos metros hacia Basarán para descansar
en el espectacular paraje del Puen d’as Crabas (1040 metros).
Volviendo a la bifurcación
anterior seguiremos el recorrido hacia Otal. Tras un pequeño claro del bosque nos
encontraremos con una borda en cuyo dintel se haya inscrito el nombre de
Antonio Azón y el año 1936.
En ocasiones el sendero se desdibuja
entre la hierba y el matorral pero las carrascas y los robles se encargan de
abrirnos un estrecho pasillo natural almohadillado por la hojarasca.
Otal. Casa O Royo |
Media hora después cruzaremos el barranco
de Seretas (1100 metros) para seguir ascendiendo entre una masa de
erizones en flor.
El sendero enlaza con una pista procedente
de Escartín por la que seguiremos en dirección norte (izquierda) hasta llegar a
una valla y cruzar por primera vez el barranco de la Glera en el paraje conocido
como Planaglera (1170 metros).
En este punto dejaremos la pista,
que continúa hacia la Cruz de Basarán, para continuar en dirección Otal. Superaremos
un cercado para el ganado y, siguiendo el PR, remontaremos el barranco por su
margen derecha superando un pequeño paso de tablillas de madera.
Otal. Casa Francho |
Irán apareciendo pequeñas masas
de pino y haya en una vegetación que seguirá dominada por el boj. El sendero
nos volverá a acercar al barranco para cruzarlo nuevamente (1200 metros) tras
dos horas y cuarto de camino.
De vuelta en la margen izquierda el
pino se acentúa y el sendero gana altura de forma más decidida. Cruzaremos el barranco de l’Artosa (1320
metros) y ascenderemos la solana ladera que nos acercará al
pueblo.
Ascenderemos con mayor pendiente
al mismo tiempo que veremos la arteria que forma el barranco de la Glera por el
corazón de Sobrepuerto.
Otal. Iglesia de San Miguel |
Podemos intuir al sur las ruinas
de Basarán, la Peña Canciás, el Pueyo de Cortillas y el Tozal de Santa Marina y, al oeste, la ermita de San Benito de Erata en lo alto del cordal.
Conforme nos acercamos comienzan
a aparecer vestigios de un pasado habitado. Los esbeltos muros que flanquean el
camino se rinden al paso del tiempo y se van desplomando en un sendero cada vez
más desolador.
Tras 3 horas de camino llegamos
al despoblado de Otal. Lo primero que observamos es una conservada borda y el bonito pozo de Casa Calderero.
Otal. Campanario y escuela |
Seguidamente daremos con Casa O
Royo, la única que se mantiene en buen estado de las 15 casas que llegó a tener
el pueblo, portando con orgullo sus tres alturas.
Si entramos en su interior y nos
asomamos por alguna de sus balconadas retrocederemos a tiempos en los que Otal
tenía vida y alegría.
Podemos imaginarnos a los pequeños correteando por las
calles y a los mayores sentados a la sombra de los nogales o dentro de las
casas pegados al fogaril en los largos días de invierno.
Iglesia de San Miguel. Al fondo, el cordal de Erata |
Esta recóndita aldea se ubica en
el fondo del circo custodiado por los picos Erata y Pelopín, en la
cabecera del barranco de su mismo nombre, y es el núcleo situado a mayor
altitud de Sobrepuerto (1465 metros).
Como en toda esta zona las duras
condiciones climatológicas, su difícil acceso y su aislamiento fueron los
principales motivos para su definitivo abandono a finales de la década de los
60.
Casa Orós fue la última que cerró
la puerta en 1969, aunque dos hermanos de Casa O Royo regresaban todos los
veranos con el ganado hasta el año 2000.
Otal, Casa Sanromán. Al fondo, el cordal de Pelopín |
La maleza esconde los singulares bancales
aterrazados visibles desde las cumbres cercanas. El vacío y la soledad que se
respira paseando por sus calles contrasta con la cantidad de historias vividas
tras esas paredes que hoy luchan por no espaldarse.
El silencio sólo es cortado por
el sonido de los cencerros de las vacas, únicas guardianas del pueblo. También
destaca la chaminera de Casa Sanromán, otro de los iconos que resisten al
abandono en Otal.
Otal. Chaminera de Casa Francho |
En la parte alta del pueblo se
encuentra la iglesia románica de San Miguel (s. XI), de la que sólo queda de su
planta original el ábside.
De estilo serrablés, sufrió diferentes reformas y ampliaciones
en los siglos posteriores, siendo declarada Bien de Interés Cultural en 1982
tras ser de nuevo restaurada por la Asociación Amigos del Serrablo.
Su techumbre hundida en la
primavera de 2012 fue restaurada por el Gobierno de Aragón entre finales de
2014 y principios de 2015 evitando así que otra valiosa joya patrimonial cayera
en el olvido.
Otal. Pozo de Casa Calderero |
Ruta lineal de 18 kilómetros con
un desnivel positivo acumulado de 650 metros realizada en 6 horas sin contar
paradas.
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