jueves, 17 de noviembre de 2016

El pico del Cuezo, entre valles del Alto Sobrarbe

Valle de Pineta desde el pico del Cuezo
Regresamos al Alto Sobrarbe para ascender al desconocido pico del Cuezo (2034 metros), un mirador extraordinario de los valles de Pineta y Chisagüés.

Situado en el extremo más oriental de la sierra de Espierba, a caballo entre las cuencas de los ríos Cinca y Real, desde este modesto y sencillo pico disfrutaremos de un entorno alpino con magníficas vistas de la cara norte del macizo calcáreo más alto de Europa, el Monte Perdido

Pista de acceso al collado de Espierba
El camino se inicia en el pueblo de Espierba. Para llegar hasta allí tomaremos la carretera que, desde Bielsa, se adentra en el valle de Pineta en dirección al Parador Nacional. Tras 7 kilómetros, nos desviaremos a la derecha por otra estrecha carretera que asciende un par de kilómetros hasta este disperso núcleo.

Seguiremos hasta su barrio alto, donde se inicia una pista forestal por la que circularemos unos metros. Veremos una mesa informativa y una barrera, donde la pista se vuelve de acceso restringido. Junto a ella aparcaremos los coches y comenzaremos a caminar por la pista en dirección noroeste (1450 metros).

Valle de Chisagüés desde el collado de Espierba
Desde el inicio gozamos de unas vistas espectaculares de la cara norte de la sierra d’as Zucas y sus Tres Marías, así como de las Puntas Verdes, de los rocosos mallos Gran (2475 metros) y Embasador (2550 metros), de la cresta de Monesma y de las Treserols.

El valle de Pineta es un valle glaciar de referencia con desniveles superiores a los 1500 metros entre el fondo del valle y sus cumbres. Desde nuestra posición apreciamos diferencias significativas entre las dos laderas que forman el valle.

Pico del Cuezo. Al fondo, Punta Fulsa
La ladera norte es abrupta y salvaje, con fuertes pendientes e imponentes paredones. Su situación de umbría favorece la existencia de estratos horizontales, más resistentes a los fenómenos erosivos.

En ella se identifican los efectos de los aludes, con las cuencas de salida en forma de embudo en su parte superior y los canales o zonas de recorrido, que se encuentran prácticamente desprovistos de vegetación. 

Caserío de Chisagüés
En cambio, en esta ladera sur donde nos encontramos, por su orientación solana, es más vulnerable a la erosión creando relieves más suavizados y disgregables, caracterizándose por grandes zonas de pastos ubicados en un altiplano que se asoma al valle, cuyos lindes se encuentran limitados fundamentalmente por boj, serbales y cerezos.

En pocos minutos la pista se bifurca, continuando por el ramal de la derecha dejando la pista por la que veníamos a la izquierda (1500 metros). Esta nueva pista va ganando altura con suaves y cómodas lazadas por el interior de un pinar, si bien es cierto que existen senderos que la acortan.

Chinipro, Peña Blanca, Robiñera, La Munia...
Tras algo menos de una hora de ascenso llegaremos al collado de Espierba (1809 metros), desde donde ya se visualizan el valle del río Real, la montaña de Ruego y el pico de La Mota (2579 metros) por encima del pequeño pueblo de Chisagüés

A la izquierda del collado vemos una senda que, en ascenso, nos conduciría a los Llanos de Dué y al pico Comodoto (2355 metros), situado en el extremo opuesto de la sierra de Espierba. Nosotros llanearemos por la pista en dirección sureste rodeando la Punta Taller (1867 metros) para salir, en 15 minutos, a una zona más despejada y llegar al collado de Sarratillons (1790 metros).

Desde el Cuezo. Valles de Pineta y Chisagüés
En este punto, la pista gira al noroeste para descender hacia el valle de Chisagüés o del río Real. Saldremos entonces de la pista siguiendo en dirección este, entre prados, una difuminada senda.

Pasaremos por la zona conocida como Ereta Tolosa e iremos cresteando la sierra. Al fondo, ya podemos adivinar el final del cordal, coronado por el pico del Cuezo.

Nos adentraremos en un bosque de pinos con abundante musgo. El sendero sólo se encuentra marcado por hitos pero no ofrece ninguna dificultad para seguirlo. 

Comodoto, Balcón de Pineta, Astazus y Marboré
Cada vez la panorámica es mejor. Al este, podemos observar las puntas Suelza (2972 metros), Fulsa (2866 metros) y Urdiceto (2596 metros) junto con el macizo de Cotiella, más al sur. El valle de Pineta también nos enseña la Pala de Montinier (2593 metros), la Peña Altura (2289 metros) y el Portillón de Tella.

Los últimos metros hasta la cima son lo más exigente de la ruta. Terreno abierto y rocoso pero sin ningún tipo de dificultad. Tras dos tranquilas horas de camino, llegamos al pico del Cuezo.

Valles de Chisagüés, Bielsa y Urdiceto
Al noroeste sobresale el Comodoto por detrás de todo el cordal de la sierra de Espierba, haciendo de barrera natural entre los valles de Pineta y Chisagüés. Por detrás del mismo aparecen los Montaspró y el Pic Blanc o pico de La Capilla (2828 metros).

Cayendo al valle de Chisagüés podemos ver, en su cabecera, la zona de Petramula, por donde pasa el GR-11 para acceder a La Estiva y a los Llanos de Lalarri.

Por encima, el Chinipro (2795 metros), la Punta de las Puertas (2771 metros) y su collado, que da acceso a los ibones de La Munia o Gorgos del Tormacal, así como Peña Blanca (2905 metros) y los tresmiles de Robiñera y La Munia.

Puntas Fulsa y Suelza al este
Además, la mencionada montaña de Ruego, donde se hallan las abandonadas minas de Liena, el inconfundible pico de Espluca Ruego (2631 metros), por cuya base se accede al vertiginoso Camino de las Pardas, junto con el pico de La Mota y el pequeño pueblo de Chisagüés.

Dominando el circo de Pineta, aparece entre las nubes la línea de tresmiles del Cilindro, Monte Perdido, su glaciar, el pico Añisclo y el Soum de Ramond o Punta de las Olas. Le siguen el collado de Añisclo, La Suca (2802 metros) y las Tres Marías. 

Regresando al collado de Espierba
Bien visible el Balcón de Pineta y las cascadas del Cinca o Churros de Marmoré, que da sus primeros pasos tras su nacimiento en el ibón de la Plana de Marmoré. Al fondo de la misma se alzan los Astazus, el Petit y el Gran y, por delante de éste último, el pico Tucarroya (2818 metros) y las afiladas aristas del Garién (2859 metros) y del Felqueral (2718 metros).

Al este las puntas Suelza, Fulsa y Urdiceto y, más al sur aparece el collado de Cruz de Guardia, comunicación de los valles de Bielsa y Chistau y paso del GR-19.1, el Tozal d’Escubillons (2427 metros), la cresta de Maristás y Punta l’Orbar y los picos Bacibosa (1993 metros) y Pegueras (2045 metros).

Acortando la pista por el interior del pinar
En el nuboso macizo de Cotiella, se divisa perfectamente la cresta de las Peñas del reloj, con la Peña las Once (2658 metros) como punto más elevado, la cresta de Armeña, los Mobisones, la Punta Es Litás (2623 metros), la colladeta del ibón de Plan y la mole de Cotiella como telón de fondo.

El regreso lo realizaremos por el mismo camino en poco más de hora y media, tomando los mencionados atajos que acortan la pista. Finalizaremos la ruta en Espierba haciendo una breve visita a su iglesia del Santo Cristo (s. XVII). 

Espierba. Iglesia del Santo Cristo
Ruta lineal de 11’5 kilómetros de distancia con un desnivel positivo acumulado de unos 600 metros, realizada en menos de 4 horas sin contar paradas.

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