jueves, 23 de febrero de 2017

Circular por la Foz de Salinas y el collado de La Osqueta

Atardecer sobre la Foz de Salinas
Regresamos a la Hoya de Huesca para realizar una atractiva ruta circular en la que disfrutaremos de una gran variedad paisajística, botánica y geológica. 

Vamos a ascender al collado de La Osqueta, paso natural que comunicaba las poblaciones de uno y otro lado de la sierra de Santo Domingo, pasando por la espectacular Foz de Salinas y el despoblado de Salinas Viejo.

Nos desplazamos hasta Villalangua (635 metros), un pequeño núcleo perteneciente al municipio de Las Peñas de Riglos y ubicado a 9 kilómetros del embalse de La Peña, a mitad de camino entre Murillo de Gállego y Puente la Reina de Jaca.

Foz de Salinas y collado de La Osqueta
Desde su casco urbano ya podemos observar parte de nuestro recorrido, divisando las estrechas paredes de la Foz de Salinas y el Portillo d’a Osqueta que, con su característica y caprichosa forma de W, rompe el homogéneo relieve de la sierra de Santo Domingo.

Comenzamos a caminar junto a la iglesia de San Miguel Arcángel, siguiendo el PR-HU-97 hacia Agüero y el pueblo viejo de Salinas. Cruzaremos el río Asabón por una pasarela y seguiremos un sendero por su margen derecha en el que veremos un buen ejemplar de avellano.

Entrada a la Foz de Salinas
Unos metros más adelante este sendero enlaza con una pista (620 metros), por la que caminaremos en suave ascenso durante unos minutos, dejando a la izquierda otra pista sin señalizar (660 metros).

Poco después nos toparemos con un desvío (670 metros), junto a un gran roble marcescente, donde dejaremos la pista para tomar un bonito sendero en dirección a Agüero que nos adentrará en la Foz de Salinas.

Caminaremos entre boj, robles y esbeltos muros de piedra que delimitan antiguos campos de labor con la sonora compañía de una acequia a la derecha y del barranco de Salinas a la izquierda. 

Fuente de la Rata
Este camino cuenta con un conjunto de mesas interpretativas que nos van a dar las claves para descubrir este singular paraje desde el punto de vista de la formación del paisaje, su geología, la fauna y la vegetación que nos vamos a ir encontrando.

Nos iremos acercando a los impresionantes cortados rocosos de la foz. En lo alto de los mismos, vigilando nuestros movimientos, podemos observar una gran cantidad de buitres leonados que anidan en estas paredes.

Las afiladas agujas de la Foz
Antes de atravesar la imponente brecha, cruzaremos el barranco de Salinas por un pequeño puente (745 metros) para continuar ascendiendo por su margen derecha y nos encontraremos un desvío señalizado que se dirige al pueblo nuevo de Salinas.

Merece la pena detenernos para contemplar y disfrutar de la verticalidad de este enclave geológico y de las afiladas, escarpadas y estrechas crestas de estos paredones de roca caliza.

Junto a un bonito puente medieval hallaremos la Fuente de la Rata (800 metros), que forma una cascada que cae sobre piedra tosca o toba, fruto de la acción del agua sobre los musgos, tallos y raíces presentes en este salto. Dada su ligereza, era utilizada para la construcción de arcos, ventanas o chimeneas. 

Salinas Viejo. Iglesia de Santa María Magdalena
Iremos dejando atrás el desfiladero para adentrarnos en el pequeño valle donde se asienta el pueblo de Salinas Viejo. Ascenderemos con moderada pendiente hasta llegar, tras una hora de camino, a este despoblado (915 metros).

Salinas Viejo es un asentamiento cuyo origen se remonta al siglo XII ubicado en un difícil entorno debido a la existencia de una explotación de sal. La sal provenía de un pozo de agua salada que desde hace mil años abastecía al Monasterio de Ruesta.

Interior de la iglesia de Santa María Magdalena
Tan sólo se mantiene en pie la ruinosa iglesia de Santa María Magdalena (s. XVI), donde podemos observar que el arco de su entrada está construido con piedra tosca.

En 1950, este núcleo sufrió un deslizamiento del terreno que motivó el traslado de la población al denominado Salinas Nuevo, ubicado junto a la actual carretera.

El sendero continúa rodeando los antiguos y trabajados bancales de los alrededores de Salinas. Con el tiempo, la vegetación ha recuperado lo que fue suyo y van apareciendo, dispersos y semiocultos entre la maleza, otros vestigios del pueblo. 

La W del collado de La Osqueta
Comenzaremos a ascender entre pinos y boj hacia el collado de La Osqueta por un sendero empedrado, utilizado por aquellas gentes cuando subían al alto a pasar largas temporadas. La abrupta orografía de este terreno no permitía cultivar demasiado y era necesario buscar zonas más llanas para poder trabajarlo.

Cada vez las lazadas son más cortas y ganan más desnivel, llegando al collado (1180 metros) en 45 minutos desde Salinas Viejo. Incrustados en la piedra caliza, podemos apreciar a simple vista gran cantidad de fósiles. 

Collado de La Osqueta. Vista este
Se observa un gran contraste de paisaje a uno y otro lado de la sierra. Al norte, destacan la sierra de San Juan de la Peña y la Peña Oroel con el Pirineo de fondo cubierto por las nubes y, a nuestros pies, la Foz de Salinas y Villalangua.

Al sur, el curso del barranco de Artaso y las grandes extensiones de bosque que dividen las comarcas de las Cinco Villas y la Hoya de Huesca.

En el collado nos despedimos del PR-HU-97, que desciende hasta el collado Rasiello para finalizar su recorrido en los cercanos Corrales de la Rabosera (1130 metros). Siguiendo el camino que desde allí parte, podríamos llegar hasta la localidad de Agüero por un marcado sendero.

Collado de La Osqueta. Vista oeste
Nosotros continuaremos por la derecha, en dirección oeste, por una amplia y bonita faja que llanea por la base de la pared sur de la sierra de Santo Domingo hacia los pueblos de Biel y Fuencalderas.

Si queremos alargar la ruta un par de kilómetros, podemos seguir el PR hasta los Corrales de la Rabosera y enlazar allí con una pista que discurre paralela a la faja que estamos recorriendo pero unos metros por debajo, que conectará más adelante con nuestro itinerario.

Recorriendo la cara sur de la sierra de Santo Domingo
Continuando por la faja descenderemos a una zona más abierta, con abundante matorral, donde nos separaremos de la pared para seguir por un sendero marcado con pintura amarilla hasta llegar a unos prados y conectar con la pista anterior (1250 metros).

La seguiremos en ascenso hasta alcanzar el paso por donde regresaremos a la cara norte de la sierra (1285 metros) para comenzar a descender por un denso pinar.

Tras algo más de una hora de larga pista veremos un hito de piedras a los pies de una gran encina (1000 metros), por donde sale un antiguo sendero que desciende de nuevo a Salinas Viejo entre boj, aliagas y matorral.

La Foz cortada por el barranco de Salinas
Pero, de momento, continuaremos unos 300 metros por la pista para contemplar la Foz de Salinas desde un mirador más aéreo (995 metros).

Vista esta bonita panorámica, volveremos al desvío anterior para descender hasta Salinas Viejo, al que llegamos en pocos minutos. 

A partir de aquí hasta Villalangua, desharemos el camino por el que habíamos venido, disfrutando de la cálida luz sobre las agujas de la Foz de Salinas y del silencioso vuelo de las rapaces.

Villalangua, inicio y fin de la ruta
Ruta parte lineal y parte circular de 13’5 kilómetros de distancia y un desnivel positivo acumulado de 700 metros realizada en 4 horas y media sin contar paradas.

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